La noche del nueve de mayo de 2018 estará marcada siempre en la historia del fútbol italiano. Sobre todo, porque se disputó la final de Coppa Italia. Era un duelo bastante apetitoso. A un lado, la Juventus, la favorita para ganarlo todo, en la búsqueda de añadir otro título más a su palmarés y, por ende, el cuarto doblete (y cuarta Coppa) consecutivo. Al otro, el nuevo Milan de Gattuso. Un grande convertido en aspirante que poco a poco trata de recuperar el trono del país transalpino. 

La primera parte fue un ejemplo de la final que se esperaba. Dos escuadras que acechaban al área rival, pero sin gran peligro. La  Vecchia Signora se preocupó por el control del balón, con un Douglas Costa estuvo muy desaparecido y Pjanić desconectado, fue Dybala el encargado de llevar todo el peso del equipo. Mientras que el Diavolo cerraba muy bien los espacios, con dos líneas muy juntas, prácticamente impenetrable. Incluso Cutrone tuvo en sus botas una clara ocasión.

Sin embargo, en la segunda parte fueron los bianconeri los encargados de descorchar el champán. Fue Benatia, quien con un perfecto testarazo tras un servicio de esquina del bosnio puso el 1-0. Poco después, Douglas Costa, con la inestimable ayuda de Donnarumma, puso más de cara la final con el dos a cero. Pero por si fuera poco, volvió a entrar en escena el héroe inesperado. En otro córner, al meta rossonero se le resbaló el cuero de las manos, siendo otra vez el central marroquí el que empujaba este al fondo de la portería. Doppietta, la primera con la camiseta bianconera, para el natural de la localidad francesa Courcouronnes, que, quizás, le servía para resarcirse de aquél fatídico penalti que cometió sobre Lucas Vázquez en Champions League.

Dos tantos que contribuyeron al contundente 4-0 de la Juve y, como no, a conseguir la tan ansiada 4ª Coppa consecutiva. Y es que Benatia se ha convertido en la presente campaña, tras la marcha de Bonucci, precisamente al Milan, en una pieza clave en los esquemas de Massimiliano Allegri, sobre todo tras la lesión de Chiellini.