Siete partidos de liga fuera de casa en 2018 y siete derrotas. Ese es el pobre y preocupante balance de un Arsenal que no termina de arrancar como visitante.

De hecho, ni siquiera lo hizo, pues desde el comienzo del curso los partidos lejos del Emirates Stadium se han convertido en una auténtica tortura que es, precisamente, la que le ha alejado de los puestos altos de la clasificación. Misma teoría maneja Arsène Wenger, que considera, además, que muchos de estos partidos fuera han venido influidos por la UEFA Europa League

“Si nos fijamos en nuestra temporada, en casa hemos tenido una buena dinámica ganadora. Lejos hemos echado en falta muchas cosas: falta de confianza y luego que hemos descuidado algunos partidos por la UEFA Europa League”.

"Jugarán para ganar la Premier League. Estoy convencido porque hay algo especial en este equipo"

Convencido, por otro lado, de que esto cambiará la próxima temporada, reconoce que “la calidad está ahí y el espíritu es excepcional”.

“Creo que si el equipo tiene uno o dos buenos resultados la próxima temporada, jugarán para ganar la Premier League. Estoy convencido porque hay algo especial en este equipo”, añadió un técnico que lamentó la tarjeta roja a Mavropanos tras el 1-0 del Leicester, una acción tan discutida como determinante para el resto del encuentro: “No estoy de acuerdo con la tarjeta roja porque Holding habría llegado al balón. Mavropanos no era el último hombre”.

También se mostró contundente en lo que a la señalización del penalti que supuso el 3-1 para el Leicester se refiere: “Es algo creativo e imaginativo del árbitro. Lo hemos vuelto a ver y es una buena internada pero no es penalti”.

En cuanto al partido, cita la “frustración” como la palabra que mejor puede definir el desarrollo del juego: “Creo que jugamos un buen partido diez contra once, demostrando calidad en nuestro fútbol y espíritu. Estoy triste porque la decisión ha ido en contra de nosotros y estamos molestos porque perdimos un partidos que no deberíamos haber perdido. Es algo a lo que nos tenemos que enfrentar. Ahora no tiene demasiadas consecuencias, pero es una continuidad de lo que ha venido sucediendo a lo largo de la temporada”.

Sobre su rival, Wenger aceptó que “jugaron bien”, aunque volvió a citar la expulsión como el elemento que desencadenó las constantes contras de los Foxes: “Cuando tienes que atacar diez contra once es normal que, cuando pierdes un balón, tu rival tenga espacio y oportunidades para ir al ataque”.

Con algo relacionado con el Leicester prosiguió su comparecencia de prensa. Y es que, la afición del King Power Stadium rindió un pequeño homenaje a Arsène Wenger cantando y coreando su nombre en algunas fases del encuentro.

Agradecido con el tributo, Wenger lamenta perder la atmósfera del fútbol inglés: “Estoy enfadado conmigo mismo porque no puedo disfrutar de esto porque estoy pensando en ganar, pero estoy muy agradecido a los aficionados. Echaré de menos la atmósfera tan especial del fútbol inglés”.

Finalmente, aceptó que Lacazette no jugó por rotación mientras que Jack Wilshere abandonó la concentración por un problema familiar, aunque ve cerca la renovación del inglés: “Ha estado con nosotros, pero se ha tenido que ir por un problema de su esposa. Por lo demás, solo le doy un consejo: que se quede en el club. Todo apunta a que lo hará, pero no sé qué tan cerca está de firmar o no el contrato”.

Con esta duda de cara a final de temporada se viven los últimos días de Wenger en el club, pues el próximo fin de semana termina la competición liguera en Inglaterra.