Los tres puntos viajaron para New York, después de la gran victoria conseguida por el equipo en un partido en el que los locales fueron superiores, pero no consiguieron plasmar esta en sobre el terreno de juego. En la primera parte los visitantes consiguieron adelantarse en el marcador durante los primeros minutos, para posteriormente defenderse de las pocas llegadas de su rival. En la segundo parte los locales trataron de igualar el encuentro, pero ese gol llegó tarde. Anteriormente los ‘taurinos’ habían logrado anotar un segundo y definitivo gol.

Clara ventaja

El inicio del partido estuvo igualado en cuanto a la posesión de balón, pero fueron los neoyorkinos los que en su primera llegada a portería, abrieron el marcador. La defensa local permitió a Wright-Phillips darse la vuelta en un saque de banda y colocar un centro al interior del área, donde apareció Royer adelantándose a su marcador y empujando el balón al fondo de la red.

Este tempranero gol obligó al Colorado Rapids A tener que doblar sus esfuerzos en estos primeros minutos, lo que supondría un gran desgaste para el resto del partido. Esta reacción le permitió generar varias llegadas sobre la portería rival, aunque sólo el mal acierto de sus delanteros impidió al equipo igualar el resultado. Durante este tiempo, el recién llegado al equipo, Sam Nicholson, fue el mayor generador de peligro.

El equipo de New York Red Bulls estaba siendo claramente superado por un rival que mantenía el control de la pelota, pero que sin embargo, no lograba plasmar esa superioridad en ocasiones manifiestas de gol. Esto hizo que para buscar la portería de los Rapids, tuviesen que basar su juego en acciones a la contra que no fueron difíciles de defender por los locales.

Cerca de la media hora de partido volvió el equilibrio en ambos equipos, pasando a disputarse el control de la pelota, volcando todo el juego en el centro del campo. Esto dejó sin apenas participación a los porteros, que no tuvieron muchas dificultades para defender las pocas llegadas que se vieron.

En los minutos finales de la primera mitad, Colorado Rapids de nuevo elevó la intensidad de su juego y buscó un gol que les ayudase a afrontar la segunda mitad con un resultado más favorable. Sin embargo, el acierto continuó siendo la asignatura pendiente del equipo local, que una y otra vez chocó contra una defensa que parecía impenetrable. Esta circunstancia hizo que se llegase al descanso con la victoria parcial del equipo visitante.

Los Rapids se estrellan contra un muro

La segunda parte continuo en la misma dinámica con al que acabase la primera mitad. Igualdad en el centro del campo con continuos cambios en la posesión de la pelota que poco a poco fueron convirtiéndose en llegadas de peligro por parte del equipo local.

Los Rapids encontraron en las bandas el punto débil de los neoyorkinos y con balones a la espalda de los laterales, consiguieron generar varias llegadas de riesgo, aunque la falta de puntería de los delanteros, negaron el gol a estos.

Este empuje inicial de los locales y sobre todo la falta de puntería, permitió a New York Red Bulls ir tomando protagonismo con el balón, facilitando así sus llegadas al área. Conforme fueron pasando los minutos, los locales fueron retrasando su posición, permitiendo varias ocasiones de peligro para los neoyorkinos en las que Wright-Phillips estuvo a punto de aumentar la distancia en el marcador.

Con el partido entrando en el último tramo, el entrenador local realizó algunos cambios en los jugadores del terreno de juego y dio entrada a futbolistas para reforzar el centro del campo. La mejoría de los neoyorkinos le llevó a perder el control sobre esta zona, por lo que era de vital importancia para remontar el encuentro, recuperarla.

Sin embargo, esta variante tuvo el efecto contrario. A falta de 15 minutos para el final del partido, un contraataque le permitió anotar un segundo gol que ponía las cosas muy difíciles a los locales. Muyl condujo un balón por banda derecha para poner en centro al interior del área en donde Derrick Ettiene Jr. se adelantó a los defensas para anotar.

Fue entonces cuando los locales se lanzaron a tumba abierta sobre la portería de los neoyorkinos, consiguiendo recortar distancias en el marcador a escasos minutos del final del partido. Jack McBean aprovechó un rechace de Robles para colocarse a un gol de su rival.

Hasta los minutos finales, los Rapids trataron de igualar el resultado, pero salvo algún disparo desde fuera del área, no consiguieron superar a la defensa rival, lo que dejó la definitiva victoria para los visitantes.