En un caluroso mes de julio de 1995, por aquel entonces Diego Pablo Simeone, conocido como el 'Cholo', cumplía su primera temporada con la elástica del club de su vida, el Atlético de Madrid. Fue el día cinco de ese mismo mes en el que nació su hijo mayor, Giovanni. Lo que estaba claro es que fuese niño o niña sería muy difícil que su futuro no estuviese ligado al balón. 

Por tanto, el 'Cholito' como se le conoce ya -sí, heredó hasta el apodo con el diminutivo-, comenzó a labrarse su trayectoria futbolística desde las inferiores de River Plate en 2008. Un año en el que, por cierto, su padre ya ejercía de entrenador del primer equipo. Sus grandes actuaciones en las categorías del equipo 'Millonario' le bastaron para ganarse un sitio con los mayores, firmando en 2011 un contrato por tres temporadas.

Giovanni celebrando un gol con River Plate. / Foto: zimbio.com
Giovanni celebrando un gol con River Plate. / Foto: Getty Images
 

No obstante, no fue hasta la campaña 13/14 cuando realizó su primera pretemporada con ellos. Un  momento en el que, debido a las numerosas bajas que sufrían, Ramón Ángel Díaz le dio la oportunidad de debutar en la máxima categoría del fútbol argentino. Sin embargo, no gozó de tanta suerte de cara a gol, ya que cerró el curso con veinte partidos y cuatro goles entre todas las competiciones.

Banfield y Genoa en apenas dos años

La siguiente temporada estuvo tan solo medio año vistiendo los colores de River Plate, ya que su participación se redujo con la llegada del 'Muñeco' Gallardo y, además, la fuerte competencia con hombres como Teófilo Gutiérrez, Rodrigo Mora, Driussi, Pisculichi, Boyé... . Por tanto, se le buscó una salida para ganar minutos e ir progresando, evitando un posible estancamiento. Así dio el paso de marcharse cedido en el próximo mercado a Banfield. Allí, con 'El Verde' pasa un año y medio bastante satisfactorio en cuanto a número de dianas se refiere y, también, progreso. 31 partidos y 12 dianas en total fueron sus registros con el equipo de Buenos Aires. Un pasaporte que le sirvió para fichar directamente por el Genoa.

Cruzado el charco por vez primera, y más cerca de su padre, pero alejado de sus dos hermanos y hermana más pequeños, comenzaba su aventura en el Grifone. Una etapa que tan solo duraría una campaña, ya que sus números fueron de 37 encuentros y 14 tantos, todo esto en su primera temporada en Serie A, para aquellos que dudaban sobre cómo encajaría en Italia. Unos registros que, además,  sirvió para evitar el descenso dele equipo rossoblù, quienes coquetearon con el infierno de la Serie B un año más. 

El 'Cholito' durante su temporada en el Genoa. / Foto: genoafc.it
El 'Cholito' durante su temporada en el Genoa. / Foto: genoafc.it

El desembarco en la bella Florencia

 La Fiorentina no lo dudó y se abalanzó sobre él este pasado verano. Ante la marcha de su máximo artillero al Milan, Nikola Kalinić. Con la difícil papeleta de suplir la baja del croata, quien había sido la gran esperanza viola durante tres cursos seguidos. Lo hacía en un mercado veraniego revuelto en Florencia, después de la enorme desbandada que hubo por las decisiones de Andrea Della Valle y Pantaleo Corvino de vender a un gran número de jugadores. Además, de Kalinić, también se marcharon Bernardeschi, Borja Valero, Vecino, Iličić, etc.

De los 13 goles, tres, mediante un hat-trick, se los endosó al Napoli 

De se modo, el 'Cholito' se convirtió en uno de los abanderados del nuevo proyecto púrpura que gobernaba Stefano Pioli. Empezó el curso 17/18 de la forma más irregular. Unos altibajos que coincidían con el mal momento de forma por el que pasaba la escuadra toscana. A esto le se unió la trágica del fallecimiento del capitán del equipo, Davide Astori. Sin embargo, precisamente fue a partir de aquél fatídico día cuando la 'Fiore' alzó el vuelo. De pronto encadenaron seis victorias consecutivas, lo que les hizo meterse de lleno en la lucha por entrar a la Europa League. 

Esas semanas sobresalió una figura. Y sí, fue la de Giovanni Simeone. Ahora, a falta de una jornada y con posibilidades, aunque remotas, de birlarle la 7ª plaza a la Atalanta, se podría decir que su primera temporada con los del Artemio Franchi no ha sido nada mala. 13 goles, tres de los cuales se los endosó al Napoli tres partidos atrás, lo que supuso la sentencia del Scudetto de la Juventus. También ha visto puerta ante equipos como la Roma, el Milan o el Inter. Es decir, víctimas para nada sencillas.

Si se cree y se trabaja, se puede

Y es que, tácticamente hablando, se trata de un delantero rocoso. Duro en el cuerpo a cuerpo. Con su 1'79 y una fuerte fortaleza física, utiliza esa corpulencia para imponerse a la defensa rival, la cual sale 'despedida' en cada choque con el argentino. Un ejemplo es su gol en el Olímpico frente a la loba, en el cual se deshizo de sus marcas como si de polvo se tratasen. Tampoco hay que obviar su capacidad asociación, sobre todo en su juego de espaldas a portería, aunque bien es cierto que no es uno de sus puntos fuertes. No obstante, y a pesar de las satisfactorias cifras que ostenta en su casillero, ha de mejorar en el la definición de manos a manos, ya que son varios los que se le han ido al limbo a la hora de encarar al portero contrario.

Simeone y su hat-trick al Napoli. / Foto: Gettyimages
Simeone y su hat-trick al Napoli. / Foto: Gettyimages

Su figura no ha pasado nada desapercibida para escuadras como el Napoli, Inter, Milan o la propia Roma. Dice mucho de él que en apenas dos años en Italia son ya 27 los goles que acumula, teniendo en cuenta que nunca había sido un delantero muy goleador durante su etapa en Argentina. No se sabe qué puede ocurrir este mercado. Pero está claro que será uno de los nombres más atractivos del verano.  Y es que algo tiene que ver el hijo de Diego Pablo Simeone. El gen del 'Cholismo' corre por sus venas. Siempre con el lema de 'si se cree y se trabaja, se puede'.