El último paso para rubricar una temporada con la Eredivisie como meta. Eso es lo que les queda a estos dos conjuntos que ayer pusieron fin al primer partido de esta final de los playoffs de ascenso a la máxima categoría del fútbol holandés. 

El Almere City, uno de los jóvenes clubes del continente -fundado en 2001- busca el sueño de formar parte, por primera vez en su historia, de la división de oro holandesa. De Graafschap por su parte, ya militó en ella en varias ocasiones y espera con ganas la oportunidad de volver a dar guerra.

Almere y De Graafschap se verían las caras en el Yanmar Stadion. Un campo con una capacidad de poco más de 3.400 espectadores que rugían con esa ilusión que pocas cosas más que el fútbol son capaces de provocar. 

El partido empezó con dominio visitante, causado también por la experiencia de haber vivido a lo largo de su historia este tipo de partidos. El arreón inicial del conjunto entrenado por Henk de Jong poco a poco se calmaría aunque seguiría controlando las pautas del partido. Sin tantas llegadas a la portería local, pero con la posesión en su poder, el equipo de los súper granjeros conseguía inquietar al Almere que tenía mucha dificultad a la hora de hacer lo própio al guardameta visitante. Poco más que añadir respecto a los primeros cuarenta y cinco minutos que finalizarían con empate a cero.

La segunda mitad parecía seguir el mismo guión que la primera, con un inicio en el que el De Graafschap mantenía a raya al Almere y unas ovejas que querían despertar para felicidad de su público. Y así fue. Poco a poco el Almere se hacía con la posesión, amenazaba a Bednarek y despertaba los nervios de su invitado. 

La recompensa a la mejora del partido llegaría en el tramo final, dónde un joven van der Water desataría la locura en el Yanma Stadion. Era el minuto 84 de partido, un minuto en el que parecía que sería imposible la reacción visitante y la victoria estaría asegurada para el partido de vuelta. El chico de 21 años provocó la felicidad extrema y las gradas enloquecían. Pero, esto es fútbol.

Van der Water celebrando el gol del Almere | Fuente: Almere City.

Cuando todo estaba listo para irse con la ventaja de 1-0, llegó la jugada polémica. Penalti en el minuto 90. Una jugada desafortunada que se vería más castigada con la expulsión por roja directa de Overtoom. El centrocampista del Almere no se lo podía creer, al igual que todos los aficionados locales, una expulsión que provocará que el dorsal doce del Almere se pierda el partido de vuelta. El partido que puede ser la cita más importante de la historia del club.

Minuto 92, Serrarens, con los nervios a flor de piel, igualaría el tanto inicial para festejar un valioso empate a 1 que deja la eliminatoria muy bien encarrilada para los granjeros. Que solo deberán mantener este resultado para lograr el objetivo. Toda la presión cae del lado de las ovejas que han de salir a morir por su club, por su ciudad y por sus aficionados en el Stadion De Vijverberg.

Este fin de semana tendremos el desenlace final. Los últimos noventa minutos para certificar quien será equipo de Eredivisie y quien deberá volver a la Eerste Divisie.

El sueño de debutar en Eredivisie contra el sueño de volver a formar parte de los más grandes del fútbol holandés. Domingo 20 de Mayo, en Doetinchem

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