La MLS no defrauda. Es así. En una de las competiciones más imprevisibles del mundo del balompié, el soccer es una mera demostración de que en cuestión de minutos todo puede pasar. Otro ejemplo reciente es el de la contienda que mantuvieron durante la noche de este pasado sábado FC Dallas y Vancouver Whitecaps en el Toyota Stadium del Frisco.

Se medían así dos franquicias situadas en puestos de Playoffs, el gran objetivo por todo equipo que llegue a la liga cerrada norteamericana por excelencia. Ya que, una vez dentro, las posibilidades para alzarse con la tan ansiada MLS Cup se igualan para todos. No obstante, a un lado se encontraba uno de los mejores sistemas defensivos de la liga, como es el cuadro texano. Y, al otro, uno de los peores como son los canadienses.

La insistencia tuvo premio

Dicho lo cual, se podría decir que, teniendo en cuenta justo lo anterior, el guion del partido siguió esos patrones. Dominio y un push más que evidente por parte de FC Dallas, que aprovechaba cada dos por tres las aguas que hacía la defensa de los Caps. Mas cuando lo hacían con insistencia. Algo evidente del potente caudal ofensivo con el que gozan los de Óscar Pareja: Mosquera, Mauro Díaz, Lamah y Urruti. Dinamita pura.

Sin embargo, el premio del gol no llegó hasta el filo del descanso. Fue obra del joven lateral diestro Cannon, quien estrenaba su casillero goleador con una obra maestra desde el borde del área. Disparo con la pierna izquierda que recorrió la trayectoria perfecta, a la par que el efecto necesario, para colarse por la misma escuadra de la portería de defendida por Rowe. Con ese 1-0 se finalizaban los 45 minutos, con unos desaparecidos Whitecaps en Frisco.

Cannon marcó su primer gol en la liga. / Foto: MLS
Cannon marcó su primer gol en la liga. / Foto: MLS

Un giro final inesperado

La segunda mitad siguió con la misma tónica. Lejos de pensar que los pupilos de Carl Robinson saldrían a comerse el mundo, sucedió todo lo contrario. Fue de nuevo FC Dallas quien llevó la iniciativa del partido y zarandeaba el árbol en busca de un dos a cero que dejase más encarrilado el duelo. Y, como ocurriría con la primera diana, algo acabó cayendo. El propio Urruti inició una contra que él mismo se encargó de finalizarla con un bello disparo cruzado, imposible de nuevo para Rowe.

Todo esto sucedió en el minuto 78. 2-0 y la franquicia texana saboreaba un nuevo triunfo que les alzaba todavía más arriba en la tabla. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, el cuento cambió de final de modo repentino. Primero, Blondell se cocinó él mismo una jugada por línea de fondo que acabó buscando un pase a la desesperada, el mismo que se encargó de empujar al fondo de su propia portería el hondureño Figueroa.

Y lo mejor estaba por llegar. Corría el minuto 98 (añadidos más que normales en la MLS) cuando Maurer cometió un penalti que se encargó de transformar -a punto estuvo de detenerlo- Kei Kamara, quien anotaba en el minuto 99 y 36 segundos el gol más tardío en la historia de liga. 2-2 final con unos Vancouver Whitecaps inéditos durante gran parte del partido que se acabaron encontrando con un punto que les sabe a gloria. Todo lo contrario a FC Dallas, quienes dejaron escapar un triunfo que tenían prácticamente en la mano.