El último partido de la temporada 17/18 de Bundesliga tenía como protagonistas a los deseosos Wolfsburgo y Kiel. Uno que decepcionó en su campaña y otro que superó todas las expectativas propuestas. Los 'Lobos' llegaban sin presión luego de haber conseguido una victoria en el difícil partido de ida, pero esa tranquilidad no iba ser suficiente contra un equipo que podía complicar las cosas en cualquier momento, cuando se lo propusiera.

Fue así entonces como el Kiel se preparó en el humilde Holstein-Stadion para recibir a un conjunto con una rica historia en la elite del fútbol alemán. Enfrentar al Wolfsburgo era algo histórico para el Kiel, ya que no hacía más de una temporada se encontraban disputando la tercera división. Jerarquía y superación en un play-off más que emocionante.

Recomponer lo hecho en la ida

Falta de puntería y fallas defensivas. Dos factores que influyeron enormemente en la primera parte de esta llave para el Kiel. Un par de costosos errores que Markus Anfang debía corregir para recibir al Wolfsburgo, ya que se estaban jugando el ascenso mano a mano contra un equipo con jerarquía y experiencia suficiente para este tipo de encuentros.

La ausencia de un mediocampista ofensivo talentoso como Drexler, quien fue determinante en la ida, quizás afectaría la conexión para llegar al área rival. De todos modos, contaban con velocidad por los costados y paciencia para construir. Faltaba definición. Así, bajo los gritos de un poco más de 7.000 aficionados, los locales saltaron al campo en busca de una hazaña más.

La fría tranquilidad de ir arriba

Experiencia y jerarquía del lado visitante

El Wolfsburgo no lo tuvo fácil en la primera parte de la llave. Si bien supo cuando asestar cada golpe y definir la ida, los descuidos del último cuarto mantuvo en vilo a los aficionados que se habían acercado al Volkswagen-Arena. Labbadia no quería correr esos riesgos y colocó todo en cancha para mantener o mejorar el resultado a favor.

Sin embargo, el factor de ir por delante en el marcador global significó tranquilidad. Si bien intentaría hundir al Kiel de una vez por todas, jugar con el tiempo y trabar el encuentro podría ser una opción debido a la intensidad con la que saldría el rival. Después de todo, la experiencia y jerarquía estaban de su lado.

Intensa propuesta

Se sabía que, bajo semejante marco de público, el partido tendría esa chispa de emotividad e intensidad provocada desde la tribuna hasta el campo de juego. Roces, quites, despejes, cortes peligrosos: todo se acumulaba para denotar un serio compromiso y deseo de jugar la próxima temporada en la Bundesliga. 

La clave del Wolfsburgo: enfríar el encuentro

El Kiel se mantuvo fiel al estilo demostrado en la ida e intentó construir lento y con una paciencia que cualquier monje envidiaría. La propuesta era trabajar el balón desde el fondo y al llegar al campo rival, acelerar por los costados para desequilibrar la defensa del Wolfsburgo. En cierta medida la estrategia funcionó mucho más por izquierda gracias a la gran velocidad de Seydel. Sin embargo, los delanteros no estuvieron finos y las pocas oportunidades que tuvieron en sus piernas no pudieron resolverlas.

Un partido muy disputado en la mitad del campo | Foto: @Holstein_Kiel
Un partido muy disputado en la mitad del campo | Foto: @Holstein_Kiel

Los Lobos fueron intermitentes. Reaccionaron en algunas ocasiones y contraatacaron pero se centraron más en cubrir todos los espacios, algo que con dificultad pudieron concretar. La mente de los visitantes estuvo en congelar el encuentro de a poco y aplicar intensidad cuando se requirió.

El único grito ahogado fue el gol de Malli, que luego Siebert en conjunto con el VAR anularon por posición fuera de juego. Luego de esa acción, no hubo más emociones en la primera etapa.

Trabas y definición

El primer cuarto del complemento fue desdibujado por ambos lados. Eso si, el Kiel se mantuvo en su plan de juego sin lograr vistosos resultados, mientras que el Wolfsburgo hizo lo posible por colocar trabas en el transcurso. El objetivo estaba funcionando. Los locales no pudieron revertir la situación con sus suaves llegadas. Incluso en la primera etapa tuvieron mas intervenciones. Seydel se desinfló y los delanteros se anularon dentro de la red estratégica que propusieron los visitantes.

A la vez que el Wolfsburgo utilizó su cabeza para pensar y enfriar el encuentro, también la utilizó para cerrarlo. Concretamente fue el joven zaguero Knoche quien se desmarcó en un tiro de esquina. Utilizó la vía área para conectar el centro e impulsó el balón hacia abajo. Kronholm no pudo hacer nada bajo la mirada atónita de sus compañeros y la afición local. La estrategia de los visitantes había funcionado: golpear en el momento adecuado mientras el juego era pausado y trabado.

Angustia reflejada en los jugadores locales | Foto: @Holstein_Kiel
Angustia reflejada en los jugadores locales | Foto: @Holstein_Kiel

Para el Kiel, llegar hasta estas instancias es de presumir

Sobre el final parecía que el Kiel se llevaría, al menos, un gol de recuerdo. Tras una serie de rebotes, el balón terminó en la red del Wolfsburgo. No pasaron ni dos minutos para que Siebert lo anulara por una intervención con el hombro que, a su criterio, era considerada como mano. Con diez minutos por delante, los aficionados que llenaron el Holstein-Stadium se jactaron de que ya no había esperanza, y animaron a su equipo con cánticos mientras el partido se moría.

La desazón de los jugadores tras el pitido final fue lógica y emotiva. Pero para un equipo que ascendió hace una temporada desde la tercera división y logró imponerse hasta los play-off, llegar hasta estas instancias es objeto de presumir. Por otro lado, el Wolfsburgo contará con otra oportunidad para corregir los errores del pasado y asumir conciencia. Algo fundamental para que la temporada que viene no caigan en la misma situación.