Injusticia. Quizás esa pueda ser una de las palabras más resonadas en el día de hoy en Roma, especialmente en la región de Lazio. Corría el minuto 78. La Lazio ganaba por 2-1 al Inter. Así, la escuadra biancocelesti se aseguraba su participación en la próxima Champions League. Tenían todo en la mano. En el Olímpico, su hogar. Sus tifosi animaban sin parar.
Pero, de repente, todo se derrumbó como un castillo de naipes. Stefan De Vrij, quien ya había firmado precisamente con los nerazzurri para la siguiente campaña, se vistió de verdugo para cometer un infantil penalti sobre Icardi. El argentino se encargó de transformar la pena máxima, con la que, por cierto, igualaba a 29 goles y, por ende, el capocannoniere con Immobile. Lo peor todavía estaba por llegar. Un minuto después, Lulić vio la segunda amarilla e inmediatamente cayó el 2-3 con el cabezazo de Vecino. El Inter de Spalletti volvía a Champions League seis temporadas más tarde.
El ecosistema ideal
Mientras, la Lazio de Simone Inzaghi, uno de los grandes atractivos de este curso, se quedaba a las puertas. Parece difícil pensar que Lotito sea capaz de retener a algunas de las figuras que han brillado. Y es que los laziale han gozado de uno de los mejores tridentes de Europa de la mano de Luis Alberto, Immobile y Milinković-Savić. El técnico de Piacenza encontró el ecosistema perfecto desde bien pronto. Campeones de la Supercoppa con un gran juego al derrotar a la Juventus.
Ese cóctel ideal se basó en el esquema del 3-5-2. Unas directrices bajo las cuales les vino como anillo al dedo a los ya mentados tres jugadores. Immobile ha roto todos sus registros goleadores, llegando a los 29 en Serie A (41 entre todas las competiciones). Luis Alberto se vio favorecido por la marcha de Keita Baldé, aprovechando la mínima oportunidad para convertirse en el socio perfecto de Ciro. Tampoco es descabellado pensar que esta ha sido la mejor temporada del de San José Del Valle. Una muestra de ello son sus números: 11 goles y 16 asistencias.
Y el tercero en discordia, una de las sensaciones en el panorama balompédico europeo. La figura de Milinković-Savić no ha pasado desapercibida para nadie. Ese 1'91, serbio aunque de origen en Lleida, invita a pensar en un jugador tosco, torpe. Ni mucho menos. El partido de ayer es un mero ejemplo de ello. Bajo esa gigantesca envergadura, se esconde una técnica exquisita. Ágil, rápido, perspicaz... Y, evidentemente, duro al choque, casi inmaculado de cabeza, etc.
No es casualidad que ostente uno de los mayores porcentajes de duelos aéreos ganados en Serie A. 12 tantos y 4 pases de gol han sido sus números en competición doméstica. Sin embargo, esa no clasificación para Champions League invita al pesimismo en el entorno laziale. Será muy difícil retenerle al convertirse en un fichaje muy goloso para los gigantes europeos. Eso sí, primero tendrán que rascarse el bolsillo ya que será complicado ver un traspaso suyo por debajo de los 100 millones.
Adiós con un sabor agrio
Han sido la escuadra más goleadora de Serie A con 89 goles
Este último mes de la Lazio ha sido de lo más dramático posible. A la sorpresiva eliminación de Europa League tras marchar con un resultado de lo más favorable posible ante el RB Sazlburg, se le unió la noche de ayer. Un final que no ha de empañar el gran trabajo de Simone Inzaghi al frente de los laziale, que, no obstante, se marchan con el título de la Supercoppa mencionado anteriormente.
Un reflejo de lo trepidante que era el juego del de Piacenza es el haberse coronado como la escuadra más goleadora de toda la Serie A, incluso por encima de la Juventus, sí. 89 goles ha sido la marca registrada. Otra muestra del enorme caudal ofensivo que han derrochado desde la jornada número uno.