Marruecos, país ubicado en el norte del continente africano, clasificó al Mundial de Rusia 2018 siendo uno de los mejores combinados de toda la confederación, venciendo a equipos importantes como Costa de Marfil, Gabón o Mali, todos equipos del Grupo C en la clasificación. Los marroquís sellaron su clasificación venciendo 0-2 a los marfileños en su propia casa y volverán a un Mundial tras una ausencia desde 1998.

Los ‘Leones del Atlas’, como se les conoce, dominaron las eliminatorias africanas bajo la conducción del experimentado técnico Hervé Renard, nombrado entrenador del año en África en los años 2012 y 2015 por su labor con Zambia y Costa de Marfil. El entrenador francés llegó en 2016 a Marruecos con el objetivo de acabar la espera de 20 años sin una Copa del Mundo. Y lo logró con creces, haciendo jugar a su selección un fútbol atractivo y ofensivo, apoyado en figuras rutilantes y jóvenes con proyección.  

Marruecos dominó su grupo en la clasificación para el mundial | Foto: @FIFAWorldCup
Marruecos dominó su grupo en la clasificación para el mundial | Foto: @FIFAWorldCup

El fútbol de la selección de Renard se puede definir a partir de tres conceptos básicos pero vitales para las aspiraciones de los africanos: la intensidad, la flexibilidad de sus sistemas y la agresividad en la presión. A partir de aquí, Renard encontró un estilo propio para Marruecos cimentando una base de jugadores que cumplen la función de pilares. Dicho jugadores son el portero Munir, el capitán Benatia, el pivote El Ahmadi y el talentoso Hakim Ziyech.

Un estilo definido

El combinado marroquí ha desarrollado en los dos años con Renard como DT un estilo de juego definido que tiene como principales postulados la presión intensa, la verticalidad del juego y la apertura de bandas. El juego de Marruecos suele arrancar de dos maneras: por un lado, con la salida a ras de suelo con Benatia o con Saïss, un mediocentro reconvertido en central por la izquierda; por otro lado, con un balón largo del portero buscando al delantero Boutaïb, quien actúa como pívot.  La salida varía según el rival, por supuesto, y la presión que este ejerza sobre el equipo, además de depender del tipo de formación que utilice el equipo. Generalmente, cuando Marruecos utiliza una línea de tres centrales y dos carrileros, la salida suele ser en largo; mientras que con la línea de cuatro en fondo la salida es más fluida con pases cortos.

Ziyech, del Ajax, es la mayor esperanza de Marruecos en ataque | Foto: @EuropaLeague
Ziyech, del Ajax, es la mayor esperanza de Marruecos en ataque | Foto: @EuropaLeague

Lo que es independiente de la formación o módulo de juego es la forma de avanzar en el terreno, esto, pues siempre mantienen como principio de juego la apertura de las bandas. Sea con Amrabat, con Harit, con Ziyech, con Mendyl o con quien sea, los marroquís mantienen a dos jugadores bien abiertos por los costados con el fin de ensanchar a la defensa rival y generar espacios entre sus líneas. Esta apertura permite que los jugadores interiores como Belhanda y Boussoufa se muevan con libertad por el carril central y puedan combinar en jugadas colectivas. En ese sentido, la movilidad que proporciona el gran talento de esta selección, Ziyech, es vital. El jugador del Ajax, además de ser el que mayor desequilibrio individual puede generar, suele jugar con libertad en la cancha, arrancando por el costado derecho del ataque pero moviéndose por todo el frente. De esta manera, el nacido en Holanda cae hacia donde esté el esférico y crea superioridad numérica en la jugada.

En ese sentido, la movilidad que proporciona el gran talento de esta selección, Ziyech, es vital.

El equilibrio del equipo está a cargo del trabajo de Karim El Ahmadi, el mediocentro del Feyenoord, quien suele jugar por detrás de los interiores mencionados. El pivote de 33 años cumple un rol fundamental, pues es el encargado de cortar las avanzadas rivales cuando pasan por el medio haciendo uso de su agresividad — en el sentido futbolístico del termino —, siendo él el protector de la zaga de centrales y del lateral que tiende a quedarse en el momento en que su compañero por el otro costado se une al ataque. Quizá en esta faceta es en donde la selección de Renard más sufre, pues es una labor desgastante y que no suele recibir el necesario apoyo por parte de los interiores, dejando a El Ahmadi solo y a los dos centrales — que no son muy veloces— expuestos a contragolpes.

Módulo 1-4-1-4-1 de Marruecos, puede ser un 1-4-2-3-1 también | Foto: lapizarradelmister.es
Módulo 1-4-1-4-1 de Marruecos, puede ser un 1-4-2-3-1 también | Foto: lapizarradelmister.es

Módulos flexibles

El seleccionado marroquí suele utilizar tres módulos diferentes, según convenga por el partido y por el rival. Los dos más recurrentes son el 1-4-2-3-1 y el 1-4-1-4-1. El uso de uno o de otro depende de las características de los jugadores de los que Renard disponga en el rectángulo de juego. El prototipo de nómina, como se ve en la imagen de más arriba, suele estar compuesta en el segundo módulo, en el que El Ahmadi es el único mediocentro, Belhanda y Boussoufa son los interiores y a sus costados juegan Amrabat y Ziyech, con Boutaïb en punta. En los partidos en que Saïss es utilizado como un mediocampista o cuando el talentoso Harit ingresa a la cancha, el modulo se modifica a la primera estructura. Saïss ingresa en el medio para hacer el doble pivote, adelantando la posición de Belhanda o de Boussoufa para que actué como enganche; o Harit entra a ocupar un lugar en la banda izquierda, haciendo que Ziyech se acomode como mediapunta con libertad y alguno de los dos mediocampistas que queden en cancha retrase su posición para acompañar a El Ahmadi.

Módulo 1-3-5-2 de Marruecos | Foto: lapizarradelmister.es
Módulo 1-3-5-2 de Marruecos | Foto: lapizarradelmister.es

En los amistosos más recientes y en algunos partidos del Campeonato Africano de Naciones, el entrenador Renard empezó a probar con el tercer módulo de juego para los ‘Leones del Atlas’, un 1-3-5-2, como se ve en la imagen inmediatamente anterior. Para dicho sistema, suele darle ingreso al defensor Manuel Da Costa, quien se inserta entre Benatia y Saïss para cumplir como libero y los laterales se abren y adelantan para actuar como carrileros.

El uso de uno o de otro depende de las características de los jugadores de los que Renard disponga en el rectángulo de juego.

El medio permanece como en los anteriores sistemas, aunque uno de los dos interiores suele tener mayores responsabilidades defensivas mientras que el otro aprovecha esta cobertura para adelantarse y jugar como un enganche por detrás de los delanteros. Finalmente, las dos puntas suelen ser Ziyech, quien juega por la derecha y tiene la libertad de llegar a banda o de moverse a su deseo para crearle juego a su acompañante el gigante Boutaïb.

Estos cambios de modulo se pueden dar entre partido y partido o dentro del mismo compromiso según las necesidades, mostrando la flexibilidad y comodidad que ha conseguido crear el entrenador Renard en sus jugadores. Sin embargo, independientemente del módulo que utilicen, los principios de juego y la idea del seleccionado marroquí es la misma
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