Carlos Manuel Brito Leal Queiroz. Ese es el nombre del hombre que ha conseguido clasificar a la Selección de Irán a su segundo Mundial consecutivo. Y lo hace tras proclamarse campeón de su grupo, y en el cual ha conseguido la mayor cantidad de puntos (22) de los diferentes equipos de la Conferencia asiática. Y lo ha conseguido, en gran parte, gracias a la gran labor de su entrenador, el ya mencionado, Carlos Queiroz.

El portugués, desde el 2011 en el cargo, ha aportado su experiencia en los banquillos a un combinado nacional iraní que espera lograr en Rusia 2018 su segunda victoria en la historia de las Copas del Mundo (la primera data del Mundial de Francia ’98 frente a EEUU por 2-1). Para ello, Queiroz ha armado un equipo en el que se prioriza el bloque, con las líneas muy juntas y transiciones defensa-ataque rápidas para coger desorganizado al contrario. El objetivo es ser sólidos y compactos, trabajar sin descanso y sin dar un balón por perdido, y constantemente pendiente de aprovechar al contraataque los espacios que dejan sus rivales a las espaldas.

El análisis de Irán es una perfecta radiografía del modelo de juego que ha planteado el entrenador portugués a lo largo de su carrera. En prácticamente todos los equipos por los que ha pasado, ha intentado implantar la misma idea futbolística, siempre variando ciertos matices en función de la plantilla y los jugadores que tuviera a sus órdenes. Así lo pueden corroborar desde las categorías inferiores de la Selección portuguesa hasta algunos de los mejores clubes del mundo, como el Real Madrid o el Manchester United.

A sus 65 años, queda ya algo lejos su primera experiencia en los banquillos. Primero con la Selección portuguesa Sub-16 y Sub-20, con las cuales alcanzó sus primeros éxitos. Además, tuvo el privilegio de foguear a una de las mejores generaciones del fútbol luso. Una serie de factores y hechos que le abrieron las puertas de la Selección absoluta de su propio país. Sin embargo, su trayectoria con el combinado nacional no fue la deseada. No fue capaz de clasificar al equipo para el Mundial de EEUU ’94, por lo que fue destituido.

En 1994 llega al banquillo del Sporting Club de Portugal, donde apenas estuvo dos temporadas. Tras ello, vivió una etapa de inestabilidad, ya que entre 1996 y 1999 estuvo en cuatro conjuntos diferentes: en el New York Red Bulls de EEUU, en el Nagoya Grampus de Japón, en la Selección de fútbol de los Emiratos Árabes Unidos, y en la Selección absoluta de Sudáfrica, a la que clasificó para el Mundial de Corea y Japón 2002. Un trotamundos del fútbol que le permitieron vivir experiencias que, a la larga, le han enriquecido en su propuesta futbolística.

El momento clave de su carrera es su unión al famoso representante Jorge Mendes. El también portugués es uno de los agentes FIFA con más repercusión y más renombre del panorama fútbol, ya que representa a estrellas mundiales como el mismísimo Cristiano Ronaldo. Gracias a esa alianza, Carlos Queiroz tuvo la oportunidad de recalar en el Manchester United como segundo entrenador de Sir Alex Ferguson. Allí ganó una Premier League, disputó una final de la Copa de la Liga y tuvo sus primeras experiencias con la competición rey, la Champions League.

Al año siguiente recala en el Real Madrid de “los galácticos” para sustituir a Vicente del Bosque. A pesar de comenzar con buenas sensaciones, la temporada acabó mal. Caer eliminado de la Liga de Campeones en cuartos de final, perder la final de Copa del Rey ante el Zaragoza y quedar cuarto en liga, le acabó costando el puesto con un solo título en su haber, la Supercopa de España.

A pesar de ello, en Manchester seguía teniendo buen cartel, por lo que regresó a las órdenes de Ferguson nuevamente como su ayudante. Tras cuatros años, se le volvió a presentar la oportunidad de dirigir a la Selección absoluta de Portugal, oportunidad que no desaprovechó y tomó el mando. Los Cristiano, Nani, Pepe y compañía le esperaban. Clasificó a su país para el Mundial de Sudáfrica 2010, pero cuando las expectativas estaban más altas, volvió a caer, ésta vez en octavos ante España (1-0). Pocas semanas después, lo cesaron.

Y para cerrar, su actual experiencia. Tiempo después de la Copa del Mundo 2010, se le contrata como seleccionador nacional de Irán, a la que lleva al Mundial 2014. Continúa hasta la Copa de Asia, en la que son eliminados en cuartos, lo que parecía su final al frente del combinado iraní. Además, problemas con la Federación de dicho país incentivaban dicho desenlace. Finalmente, y tras varios días de abandono, es reafirmado en su cargo y será el encargado de dirigir a Irán en Rusia 2018.

Por último, reseñar que es miembro del departamento técnico de la FIFA desde 1990.