Tras las salidas de Per Mertesacker y Santi Cazorla, llegaba el momento de ver cuál sería la primera incorporación del Arsenal y, sobre todo, cuál sería la primera apuesta de Unai Emery como entrenador gunner. Pues bien, tras unos rumores que tampoco han sido demasiado sonados en el panorama futbolístico, Stephan Lichtsteiner se convierte en la incorporación inicial del técnico de Hondarribia al conjunto londinense. A sus 34 años, deja la Serie A para poner rumbo a la capital británica para ser, en principio, el recambio de un Héctor Bellerín que parece tener asegurado el lateral derecho.

En sus siete años en la Juventus, Lichtsteiner ha ganado la Serie A

Y es que, si bien el suizo aporta experiencia a su avanzada edad, poca o ninguna polivalencia añade a la plantilla de Emery, pues apenas se mueve por el perfil diestro combinando los roles de lateral o carrilero según corresponda. Servir de apoyo para los más jóvenes parece ser su otra gran tarea con los gunners, algo por lo que ha destacado tanto en la Juventus como en la selección helvética, con la que ya acumula 99 partidos tras el disputado ante la selección española el pasado domingo.

Más prolongada ha sido su estancia con la Vecchia Signora. En total, se ha vestido con la camiseta del conjunto turinés en 259 partidos repartidos en siete temporadas. Siete cursos futbolísticos que, curiosamente, han tenido un denominador común: la consecución de la Serie A. A esos siete títulos ligueros hay que sumar cinco Coppa Italia y cuatro Supercopas del país con forma de bota.

Lichtsteiner recala en el Arsenal como agente libre tras acabar contrato con la Juventus y no extender su vinculación al equipo italiano. De esta forma, los gunners se hacen con los servicios de un futbolista que deja dudas en cuanto a su progresión, pues debido a su edad es un perfil que poco o nada se corresponde con un conjunto que presume de tener una plantilla joven y de futuro. Queda por ver qué sucede con hombres como Reiss Nelson o Calum Chambers, futbolistas que han sido el reemplazo de un Bellerín que, eso sí, no ha venido contando con un recambio de garantías desde su llegada al primer equipo.

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