Con animales, imperios, poblaciones históricas y mucho color, la ilusión por llegar a Maracaná se palpaba en todos y cada uno de los estadios circundantes por los que pasó el esférico del Mundial de 2014.

En los prolegómenos de una cita que está a la vuelta de la esquina, la perseverancia será el himno de todos y cada uno de los aspirantes a imperar en el Olímpico Luzhnikí en Moscú. 
Ganar un Mundial no es nada fácil y bien lo sabe Argentina, que en la última final, celebrada en Maracaná, se enfrentó al Die Mannschaft con la ilusión intacta de levantar un trofeo que finalmente se convirtió en estrella y se plasmó sobre las camisetas del conjunto germano. 
Proclamándose tetracampeona mundial, Alemania pasó a ser invencible en los anales futbolísticos

Gary Lineker dijo en el Mundial de Italia 1990 que Alemania siempre terminaba venciendo a todos aquellos equipos que, defraudados y sobrados en expectativas, se quedaban por el camino. Así fue. Los germanos batieron a las esperanzas de la albiceleste en el momento en el que, a dos pasos y a contracorriente, se jugaban rozar la épica con las manos y conseguir su primer campeonato. El joven talento alemán dictó sentencia en la final con un detalle de calidad en la prórroga, que con la firma de Götze, anulaba la poca brillantez que habían demostrado durante el torneo.

En los anales futbolísticos quedaron marcadas dos palabras: decepción y revancha. Para la Argentina de Leo Messi no fue nada fácil desencallar una espinita que hoy en día, todavía está clavada. Los de Jorge Sampaoli esperan lucirse en un Mundial en el que los trenta y dos equipos clasificados irán a por todas con combustible de sobra.

Experiencia contra ilusión

En plena transformación de su fútbol, Alemania dio un golpe de autoridad con una plantilla en la que el talento futbolístico y la juventud fueron claves para mantenerse en pie en medio de tanta competencia. 
La Mannschaft levantaba su cuarto Mundial gracias a la inexperiencia tildada de ilusión de Mario Götze, quien en el centro del campo, logró arrebatarle la victoria a una Argentina que desfalleció en los minutos finales, cuando el conjunto alemán, sacó uñas y dientes para defender lo que tanto ansiaba conseguir.

En silencio, con paciencia y con un juego pausado aunque impecable, la Alemania de Joachim Löw fusiló las esperanzas de todos aquellos desafiantes que trataban de unirse a los anales de la historia de forma intermitente y con la mirada perdida, sumidos en un profundo vacío e intentando rebobinar los ciclos históricos mundialistas para alzar con ilusión lo que la experiencia y moderación sí lograron levantar en medio de tanto 'jogo bonito'.

Las citas mundialistas siempre vienen cargadas de luces y sombras que terminan por fundirse en medio de tantas manos que protectoras de un trofeo histórico, terminan siendo apartadas por la regularidad y consistencia a pie de campo
Quien toca la gloria, es merecido campeón por su consistencia y supervivencia a lo largo de un camino lleno de lágrimas y expectativas que siempre se quedan por cumplir.

Por otro lado, la tristeza de Argentina teñía a la ilusión de pesimismo, eclipsado por el orgullo de toda una afición. 

Con un torneo irregular y ambición, las lesiones y la intermitencia fueron los prolegómenos de una derrota en la que después de chocar ante la envergadura alemana, comenzó una revancha propia de titanes que queriéndose levantar cuanto antes, siguen con el sueño de la victoria en mente.
El talento descomunal, el control y el golpeo, tildaron de fuerza a la nueva campeona, haciendo que batiera a aquellos obstáculos que lejos de demostrar autoridad, sucumbieron ante la juventud y los anales de la historia futbolística, poniéndole punto y final a la esperanza.

Alemania, una tetracampeona a la altura del espectáculo | Getty Images
Alemania, una tetracampeona a la altura del espectáculo | Getty Images

Una Argentina basada en las estadísticas y un Messi perseverante

La Argentina de Alejandro Sabella consiguió cinco victorias y un empate en el Mundial de Brasil. 

Con Maracaná en mente, la albiceleste, liderada por Leo Messi, alcanzó el momento decisivo de la competición con unas estadísticas en las que el positivismo se había instalado como cimiento.

Con ocho goles a favor y tres en contra, Bosnia, Irán, Nigeria, Suiza, Bélgica y Holanda fueron las víctimas de un equipo que con Sergio Romero como héroe bajo palos, lideró un camino en el que su regularidad fue premiada.

Ya en la final, Argentina le plantaría cara al titán germano, que revalidaría su experiencia en el campeonato minutos después y en el tramo final de un partido en el que la ilusión y la lucha argentina quedaba anulada por la superioridad intermitente de Götze, que batía a Sergio Romero en el minuto 113.

El portero de la albiceleste demostró solvencia en la portería argentina, pero pasó por varios sobresaltos en el área frontal contra un equipo que de cabeza, estaba sobrado en efectividad. 

Con una defensa poco efectiva para frenar al centro del campo alemán integrado por Kroos, Muller, Özil y Schweinsteiger, el partido se tornó negro para una Argentina a la que le pudo la emoción.

Con la entrega de Lavezzi, Javier Mascherano y Biglia, Argentina no pudo remediar el control que poco a poco iban ganando los germanos a pie de campo. 

El desgaste físico le jugó una mala pasada al equipo de Sabella y en la prórroga, el despliegue y el esfuerzo que demostraron durante todo el partido fueron el prólogo de una caída anunciada.

Llegó el pitido final y con la primera derrota, la frustración. Pocas veces se le vio así de abatido a Leo Messi. 

La frustración del argentino reflejaba la bajada de ánimo de una Argentina a la que en el último momento, se le escapó el campeonato. El fútbol dejó de premiar a la regularidad para darle la victoria a la intermitencia.

Los de Sabella contaban con el mayor despliegue ofensivo, pero todos esperaban que fuera Leo quien dictara sentencia en Maracaná. 

El delantero rosarino no paró de intentarlo en ningún momento y empeñado en liderar a una Argentina con poco potencial y mucho desgaste, se le hizo de noche con oportunidades que siempre terminaban desviándose por el palo derecho de la portería de Neuer.
La suerte no estuvo de parte de Argentina, que quedó lejos de intimidar en el luminoso de Maracaná.

Tres entrenadores y ochenta futbolistas en la revolución de Argentina

Después de proclamarse subcampeón en tierras auriverdes, en la Argentina de Sabella se esperaba una revolución. 
Los cambios emergieron en la albiceleste a partir del infortunio vivido en Maracaná: tres entrenadores y ochenta futbolistas dejaron huella con la incertidumbre constante.
De los tres entrenadores que han pasado por la albiceleste desde la salida de Sabella, el que más futbolistas probó fue el primero: Gerardo Martino. 
Bajo su mandato, hasta 49 futbolistas jugaron con la celeste, dándole prioridad a un esquema táctico con el 4-3-3 por bandera. La diferencia la marcó en la zaga defensiva, cuando alineó a Mercado, Otamendi, Funes Mori y Rojo.
En una época de crisis, mientras Gerardo Martino renunciaba a su cargo de entrenador, 'El Patón' echaba la candidatura para liderar un proyecto en el que los cambios dejarían a la luz una única moraleja: no hay regularidad en el equipo. La AFA hizo debutar a Edgardo Bauza en el banquillo el mismo día en el que Lopetegui tomó las riendas de España.

La Argentina de Edgardo Bauza | Goal.com
La Argentina de Edgardo Bauza | Goal.com

Mientras que para el técnico español, la primera victoria contra Bélgica supuso el inicio de una racha de imbatibilidad, para el santafesino, el primer resultado no fue más que el prolegómeno de un final en el que como consecuencia de que la presencia de la albiceleste en Rusia corriera peligro, fue despedido y reemplazado por Jorge Sampaoli, recién llegado de tierras hispalenses.

Con la revolución a sus espaldas, la Argentina de Leo Messi no terminaba de ver un proyecto sólido y provechoso para consolidarse como un equipo de confianza con una idea definida y diferente a la del resto de sus rivales.

A juzgar por los prolegómenos, la AFA se tenía que decantar por un entrenador de corte ofensivo. El elegido fue Jorge Sampaoli, gustoso de la línea de tres en el fondo y matriculado en presión constante. Hasta ahora, el de Casilda ha sabido remendar situaciones difíciles en el banquillo albiceleste y ha dado un golpe de autoridad maquinando un equipo que peligraba en la fase clasificatoria de Rusia. La esperanza ha vuelto a un equipo que lucha por conseguir su tercera Copa del Mundo y que espera remendar las oportunidades perdidas del pasado.

La Argentina de Jorge Sampaoli | Goal.com
La Argentina de Jorge Sampaoli | Goal.com

Mineirazo al anfitrión

El anfitrión, con ganas de hacerse con la victoria mundialista en Maracaná, caía en el Estadio Mineirão, en Belo Horizonte. El partido de semifinales marcó un antes y un después para 'La Canarinha', que quedó relegada a un segundo plano por una Alemania que consiguió arrebatarle la épica.

Para los verdeamarelos, la goleada de la Mannschaft a placer supuso un duro golpe, que como el Maracanazo de 1950, quedó escrita en los anales de la historia del fútbol. Nunca antes un equipo había marcado siete goles en unas semifinales y menos a Brasil, imperante en el torneo.

La fragilidad de la Seleçao supuso que los germanos consiguieran el billete para estar en la final con autoridad, habiendo apabullado desde el inicio al equipo que llevaba la iniciativa en el torneo, pero que a la vez, llegaba desajustado defensivamente.

Un duro golpe para el anfitrión

En el primer córner que dispusieron los germanos, el balón le llegó a Thomas Müller, que en el segundo palo, remató a placer para comenzar la noche histórica de los de Joachim Löw y poner el 0-1 en el marcador en el minuto 11. En el intento de reacción de Brasil, aparecía Miroslav Klose, que destronaba a Ronaldo como máximo goleador de la historia mundialista al sumar su diana número 16.
Alemania pasó un rodillo en tierras auriverdes y cayó como una losa sobre ‘La Canarinha’.
Con la Mannschaft jugando a placer, con combinaciones y velocidad de por medio, no se había cumplido la media hora de partido y Khedira ponía el 0-5 en el marcador con los deberes ya hechos, anulando a un equipo que en la segunda mitad fue detenido por las intervenciones de Neuer, el arquero que frustró las opciones de Ramires y Paulinho y que hizo que los de Scolari bajaran los brazos, rindiéndose ante la que sería tetracampeona y quedándose fuera del podio en el que sí consiguió estar Holanda.

Caída del anfitrión en el Estadio Mineirão | Getty Images
Caída del anfitrión en el Estadio Mineirão | Getty Images

Maracaná y el morbo del 'jogo bonito'

Desde el principio, el Mundial de 2014 prometía por celebrarse en el escenario del 'jogo bonito' con un un país que había llegado a representar lo mejor del fútbol como anfitrión. 
'La Canarinha' apadrinaba la edición número 20 de la máxima competición deportiva y entre colorido y jolgorio, la pasión del fútbol se hizo escuchar en cada uno de los choques emocionantes que se jugaron con sorpresas y récords incluidos.

El Mundial de 2014 fue un campeonato de destronamientos, revelaciones y gestas reconocibles.
Pocos equipos habían marcado una era como la que comenzaba España, ganando tres grandes competiciones seguidas. Entonces, el telón del mérito se cerraba en tierras auriverdes, cuando los de Vicente del Bosque fueron protagonistas de una eliminación que comenzó con las goleadas con las que Holanda y Chile eclipsaban la autoridad de la rojigualda.

Una cita de destronamientos, revelaciones y gestas reconocibles

Por otra parte, África sorprendía. Dos equipos africanos se clasificaron para un duelo en el que Europa y Sudamérica llevaban la batuta. Argelia protagonizó el peligro contra los germanos y Nigeria hacía historia quedando en la segunda posición de su grupo, liderado por Argentina. 

Además, Costa Rica se ganó el cariño de los aficionados mundialistas al quedar por delante de Uruguay, Italia e Inglaterra en la fase de grupos cuando nadie les concedía opción alguna, dejando huella antes de quedar eliminada a penaltis contra Holanda.

El Mundial de 2014 fue espectáculo puro con goles y actuaciones excepcionales firmadas por los guardametas de los distintos equipos clasificados para el tramo más decisivo. 

Para infortunio el de Uruguay, que con la incertidumbre por el temor del estado de forma de Luis Suárez, sufrió un incipiente alboroto que terminó siendo eclipsado por la autoridad que el charrúa impuso contra los británicos. Pero esa victoria no le fue suficiente a un equipo que perdía a su mejor killer en ataque por la faceta más oscura del campeonato: Chiellini se convirtió en la última víctima del atacante de Salto. Siendo sancionado con nueve partidos e inhabilitado para esa gran cita, Uruguay se vio privado de pólvora y de dinámica influyente contra Colombia, ante quienes naufragaron del todo.

Colombia demostró destreza y deportividad con James Rodríguez a la cabeza a pesar de su eliminación contra Brasil. 'La Canarinha' lucharía por estar en la semifinal contra la todopoderosa Argentina. Con un lanzamiento de córner efectuado por Neymar, David Luiz se desmarcó en el área de David Ospina para enviarle un pase entre líneas a Thiago Silva, que no dudó a la hora de dar un golpe de autoridad poniendo el 1-0 en el marcador de forma precipitada, en el minuto 7 de partido. La faena fue rematada por los verdeamarelos, que se volvían a imponer al espíritu luchador de los colombianos con un 2-0 y que más tarde saldría a la luz con un recorte de distancias liderado por James Rodríguez en el minuto 80.

Maracaná fue el escenario de una bajada de telón en la que el principal artillero resultó ser Miroslav Klose, el ariete alemán de 36 años que tuvo en sus botas igualar la efectividad goleadora de Ronaldo en el Mundial de 2006 celebrado en sede germana. 

Los goles que se vivieron en un escenario de luces, sombras y acción, contribuyeron a que Brasil fuera la sede final de una de las citas con más dianas de la historia, quedando empatada con la que se vivió en Francia en el año 1998.

Cónclave de centenarios

Brasil fue testigo de auténticos hitos protagonizados por los jugadores que se reunieron en un cónclave de centenarios. Muchos futbolistas alcanzaron la mítica cifra de los cien goles o de las cien convocatorias con sus respectivos equipos, poniéndole la guinda al espectáculo mundialista.

Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, España Holanda y Nigeria fueron las sedes de un cónclave de triunfos más que meritorios. 

El Die Mannschaft se convirtió en el primer equipo capaz de alcanzar la cifra centenaria de encuentros en el Mundial. Con dominio de por medio, Müller anotó un triplete y Hummels firmaba el principio de un hito con un 4-0 en el marcador contra Portugal.

El 'Scratch du oro' alcanzaba el centenario a domicilio luciéndose contra Camerún consiguiendo un 1-4 en el marcador y firmando la victoria número 69, imponiendo autoridad y asumiendo el rol de único equipo presente en todas las ediciones mundialistas.

Joseph Yobo, Mario Yepes, Per Mertesacker y Wesley Sneijder alcanzaban la cifra centenaria de internacionalizados con sus equipos.

Joseph Yobo alcanzaba el centenario de internacionalidades con Nigeria el 30 de junio de 2014 cuando Godfrey Oboabona se lesionó contra Irán atribuyéndose el rol de suplente. Siendo el último en alcanzar la épica en este contexto, cerró el ciclo de la veteranía en tierras auriverdes.

La cita de los centenarios

Mario Yepes lo hacía con Colombia unos días antes. El 19 de junio, el veterano defensa de 38 años, sopló las velas enfrentándose a Costa de Marfil.

Siendo el primero en hacerlo, Wesley Sneijder se convertía en el máximo participante en las convocatorias de Holanda el 13 de junio de 2014, alcanzando la cifra centenaria con el dorsal 10 a la espalda en una goleada contra España.

Per Mertesacker alcanzaba la gloria con Alemania el 21 de junio. El defensa del Arsenal celebró el alcance de la insigne marca contra Ghana en un choque de emoción en el que los africanos demostraron criterio.

La efectividad goleadora alcanzaba una hazaña liderada por Francia el 20 de junio cuando Olivier Giroud hacía el gol número 100. El astro del Arsenal cabeceó un saque de esquina ejecutado por Valbuena y batía a Benaglio, el guardameta hondureño.

Tres días después, Neymar lo hacía con Brasil. El 23 de junio, el dorsal número 10 verdeamarelo batía a Charles Itandje, el portero croata, con un cañonazo que le permitía alzarse con un récord individual y colectivo a la vez.

Andrés Iniesta, Dirk Kuyt y Javier Mascherano llegaban a los cien partidos con España, Holanda y Argentina respectivamente. 

El centrocampista manchego y jugador azulgrana vistió la rojigualda en su partido número 100, asumiendo el rol protagonista de líder en la medular después de darle un campeonato a España cuatro años antes en tierras africanas y despidiéndose de Brasil dando dos asistencias de gol contra Australia.

'El Jefecito', vistiendo el dorsal número 14, cumplía cien partidos con los de Sabella en el primer partido que disputó contra Irán, saldado con victoria gracias a un único gol firmado por su compatriota Leo Messi.

El que fuera jugador del Liverpool, Kuyt, alcanzó la cifra con Holanda el 29 de junio, en un partido en el que lideró el espíritu luchador del equipo cuando México se imponía con un gol Giovani Dos Santos.

Brasil fue sede del Mundial de 2014 y del cónclave de estrellas que simulaban veteranía acogiendo a los nuevos talentos que llegaban como refuerzo.

Con Rusia a la vuelta de la esquina, conviene recordar los prolegómenos de una cita en la que la lucha por alzarse con la gloria mundial será constante con el colorido de fondo llamando a las estrellas del espectáculo.

El Olímpico Luzhnikí en Moscú, sede de la final del Mundial de Rusia | Getty Images
El Olímpico Luzhnikí en Moscú, sede de la final del Mundial de Rusia | Getty Images