Para "los chicos del Nilo", no hay nada imposible a pesar de las muchas dificultades que hay que superar para alcanzar la gloria por la que muchos equipos pelean cada cuatro años. Después de que su última participación mundialista roce casi las tres décadas, los ahora entrenados por Héctor Cúper tienen la esperanza de poder representar a tierras africanas en la gran fiesta moscovita, donde después de tanto tiempo, han conseguido llegar salvados por una estrella que les ha guiado hasta el comienzo de una ilusión: Mohamed Salah.

Hace veintiocho años, "los faraones" dejaban atrás sus dos participaciones en la primera fase del torneo para adentrarse en un periodo de pesimismo en el que ni Keops, ni Kefrén, ni Micerino, tuvieron representación a pesar de la mucha perseverancia que pusieron en conseguir la clasificación en medio de tanta competencia. Pero este año, todo ha cambiado para Egipto. Rusia se vestirá con sus mejores galas para recibir a la edición de la que siendo anfitriona, África podrá sentirse orgullosa: Egipto, Marruecos, Nigeria, Senegal y Túnez podrán luchar contra los grandes aspirantes por hacerse un hueco en el camino de la esperanza a partir del 14 de junio. En la ceremonia de apertura, las banderas se ondearán en la sede moscovita y con la anfitriona presidiendo, podrán convivir con el favoritismo personificado y con los afincados en la confianza.

Héctor Cúper, que ha dirigido a equipos como el Valencia y el Inter de Milán, tomó la batuta del conjunto faraón en el mes de marzo de 2015, llevándola hasta la final de la Copa Africana de Naciones que se disputó en 2017, clasificándolos además, para la primera gran cita en la que desde 1990, no dejaban estampada su firma, metiéndose de cabeza en el grupo A junto a Rusia, Arabia Saudí y Uruguay.

Amistoso frente a Bélgica | Foto: Selección de Egipto (Twitter)
Amistoso frente a Bélgica | Selección de Egipto (Twitter)

En el minuto 95, se paró el tiempo

Egipto volvía a resurgir de sus cenizas. Entonces el tiempo se paraba en los alrededores de las grandes pirámides, que presidiendo el orgullo de todo un equipo, serían testigos de la mejor hazaña que podían haber conseguido. Fue en el minuto 95 cuando la República Democrática del Congo sucumbía ante la majestuosidad personificada de la estrella y revelación de un equipo que mantiene la esperanza de cara a la gran cita: 'Momo' ponía el tiempo a contracorriente y de forma agónica, marcó el segundo gol que le servía para coronarse como la guía de todo un combinado nacional que después de haber mostrado tanta perseverancia, conseguía colgarse el cartel de segundo clasificado para la cita que se viviría en Rusia en el verano de 2018. 

Uno de los lanzamientos más importantes de la historia deportiva de Egipto

Desde el punto de penalti, la emoción convertía la posibilidad y la hazaña de la clasificación en una realidad. Con el delantero del Liverpool a la cabeza, Héctor Cúper conseguía ganarle la batalla táctica a su rival y romper a su vez, una sequía mundialista que ya se daba por adjudicada. Con el dorsal número 10, Mohamed Salah conseguía disolver un empate que parecía destinado para "los chicos del Nilo". Siendo goleador y guía, Egipto conseguía reafirmarse en sus expectativas y con acierto y autoridad, conseguía consolidarse como revelación en el panorama mundialista después de no haber podido estampar su firma en las citas que anteriormente se vivieron en Brasil, Sudáfrica, Alemania, Corea-Japón, Francia y Estados Unidos. Egipto conseguía un hito que quedaría grabado en los anales de la historia del fútbol, en la gloria. 
Así se consolidó Mohamed Salah: asumió sin titubear en el minuto 94 la responsabilidad de ejecutar uno de los lanzamientos más importantes de la historia deportiva de Egipto y no perdonó desde los once metros.

Amistoso frente a Colombia | Foto: Selección de Egipto (Twitter)
Amistoso frente a Colombia | Selección de Egipto (Twitter)

Un camino con muchas piedras

El camino no fue fácil. La última vez que Egipto estuvo presente en una cita como la que se vivirá en la fiesta moscovita, su pólvora en ataque personificada no había nacido. La presencia faraónica de este equipo hacía que no resurgía desde 1990 y por eso, el reto no era menor: tenían que conseguir aquello por lo que llevaban luchando tanto tiempo y volver a ser el combinado nacional más laureado de toda África.

Desde que su pesimismo se afincó en la gran cita, Egipto empezó a coger rodaje reinando y alzándose con cuatros trofeos en la Copa de África. A pesar de perder contra Camerún la que hubiera sido la octava, el subcampeón daba un golpe de autoridad y se hacía escuchar clasificándose para el Mundial, batiendo a otros combinados en duelos como en el que 'Momo' ya se reivindicó como revelación haciendo que pudieran evitar el sufrir ante Ghana en la última jornada.
Con el 2-1 en Alejandría, Uganda fue la única capaz de vencer a un equipo que con una única derrota, pudo pasar una fase de clasificación siendo invictos después de haber remontado la eliminatoria previa ante Chad. 

Después de esquivar los numerosos baches y las muchas dificultades, los de Héctor Cúper alcanzaban la gloria clasificándose y después de que 'las grullas' pincharan ante Ghana y después de que con el dorsal 10, el sueño quedara totalmente cumplido, sellando el billete para comenzar un camino en el que primarán la confianza y la esperanza, para que nada se tuerza y en el que la ilusión, siempre estará vigente.