Las largas eliminatorias para poder clasificarse a la Copa del Mundo son, sin duda, uno de los procesos más difíciles para los diferentes seleccionados. En especial si el seleccionado en cuestión no es uno de los equipos potencia de su respectiva confederación. En Europa, el trabajo de casi cuatro años se ve premiado con un puesto directo y una chance de entrar tras un duelo a ‘vivir o morir’ contra otro seleccionado que también ha hecho muchos méritos por llegar.

Este último es el caso de cuatro seleccionados, cuatro naciones que clasificaron y se alcanzaron a montar en el último tren que salía con destino a Rusia. Cuatro selecciones dentro de las que estuvo el combinado de Suecia, la selección que en su momento fue liderada por Henrik Larsson o Freddie Ljungberg y Zlatan Ibrahimović, quien decidió retirarse del futbol internacional después de la Eurocopa 2016.

Suecia superó a Italia en la repesca | Foto: @FIFAWorldCup
Suecia superó a Italia en la repesca | Foto: @FIFAWorldCup

El equipo nacional sueco selló su clasificación a la máxima cita mundialista en la segunda fase de las eliminatorias, jugando un partido de repesca contra otro de los conjuntos que quedó en la segunda plaza de su grupo. Sin embargo, llegar a poder disputar dicho partido no fue nada fácil para los dirigidos por Janne Andersson, pues desde el sorteo de los grupos se preveía el duro camino.

Un grupo parejo y con históricos

El día 25 de julio de 2015, un año después de que Alemania alzara la Copa del Mundo en Brasil, se realizó el sorteo de los grupos para la Clasificación de las selecciones UEFA a Rusia 2018. El sorteo dejó al combinado sueco en un grupo duro, uno de los más complejos de los nueve, pues se vería las caras con Francia, Holanda, Bulgaria, Luxemburgo y Bielorrusia. Un grupo con un campeón del mundo — Francia en 1998 —, un tres veces semifinalista — Holanda en 1974, 1978 y 2010 —, y tres conjuntos que no viven un presente destacado pero que no se pueden dar por descartados.

Ya conociendo sus rivales, el equipo de Andersson se dispuso a enfrentar la primera fecha en su casa. La selección de Holanda, liderada por Wesley Sneijder y Virgil Van Dijk llegó al Friends Arena Solna, y salió con un botín considerable, dado que el encuentro finalizó empatado 1-1 con goles de Berg para los locales y Sneijder para los visitantes. Un punto difícil de conseguir para los suecos pero que, al ser en casa, dejaba un ligero sin sabor en la boca de los aficionados. Posteriormente, seis puntos entraron en la bolsa de los suecos, le ganaron 0-1 a Luxemburgo con un gol de Lustig y vencieron 3-0 a Bulgaria con tantos de Toivonen, Hiljemark y de Lindelof.

Todo era buena energía y positivismo hasta que en la cuarta fecha visitaron a Francia y se llevaron una derrota 2-1 del Stade de France. Esto sumado a que Holanda, uno de sus rivales directos, había ganado su encuentro 1-3 contra Luxemburgo, hacía que el panorama fuera complicado para Suecia. Sin embargo, la fecha de marzo de 2017 trajo consigo sorpresas y una alegría para el combinado de Andersson. En dicha fecha, Suecia despachó 4-0 a Bielorrusia con dos goles de Forsberg, uno de Berg y otro de Kiese Thelin, y, por si tres puntos fueran poco, el combinado holandés cayó 2-0 contra Bulgaria.

Forsberg es la nueva estrella del equipo sueco | Foto: @RBLeipzig_EN
Forsberg es la nueva estrella del equipo sueco | Foto: @RBLeipzig_EN

La sorpresa se vivía en el Grupo A de las eliminatorias. Además, en la siguiente fecha Suecia derrotaba a la favorita Francia 2-1 gracias a un tanto en el minuto 93 de Ola Toivonen tras un error del portero Lloris. Esto dejaba a los suecos con muchas chances de colarse en el segundo lugar del grupo y poder jugar la repesca. Las siguientes dos fechas dejaron un saldo de una derrota y una victoria, perdieron 3-2 con Bulgaria y le ganaron 0-4 a Bielorrusia, replicando el resultado del primer partido.

Con esto, Suecia sumaba 16 unidades con diferencia de gol de 11 a favor, mientras que Holanda contaba con 13 puntos y diferencia de gol de cinco a favor. Así las cosas, con seis puntos en juego, Suecia dependía de sí misma para ir a la repesca, ganado los seis se clasificaba como segunda e incluso perdiendo uno de los dos partidos podía clasificar, pues su diferencia de gol era muy superior.

La historia cuenta que en el penúltimo partido, Suecia le endosó ocho goles a Luxemburgo y dejó su clasificación virtualmente sellada, pues, aunque Holanda ganó 1-3 su partido, la diferencia era de tres puntos y 12 goles con los neerlandeses, a quienes enfrentaban en el último partido de la primera fase. Ámsterdam se preparaba para buscar una hazaña inédita en la historia del futbol, pues Holanda necesitaba ganar por un margen muy grande para pasar al repechaje. No obstante, como era de esperarse, esto no ocurrió y solo pudieron ganar 2-0, dejando a Suecia en la repesca y quedándose ellos sin Mundial.

Otro sorteo difícil

Fue un camino muy duro para Suecia, vencer a Italia y Holanda por un lugar en Rusia | Foto: @FIFAWorldCup
Fue un camino muy duro para Suecia, vencer a Italia y Holanda por un lugar en Rusia | Foto: @FIFAWorldCup

Tras finalizar en la segunda plaza del grupo A con 19 puntos, Suecia enfrentó el sorteo de los juegos de repesca, con la esperanza de un poco de suerte que los ayudase a clasificar a Rusia. El sorteo no fue bondadoso con los suecos, los emparejó con la multi-campeona mundial, Italia. El equipo italiano había sido segundo del grupo G, el cual fue ganado por España.

La apasionante serie dio inicio en el Friends Arena de Solna, donde Suecia consiguió mantener su valla en cero ante el ataque de Italia, que fue comandada por jugadores como Belotti, Insigne o Immobile. Además, logró llevarse un gol de ventaja, sellando el partido en un 1-0 con gol de Johansson, quien entró desde el banquillo.

La vuelta, en el Giuseppe Meazza en Milán, era un juego de alto voltaje ante la posibilidad de que Italia, el campeón de 2006, se quedara sin Mundial. Y así fue. Un gran trabajo defensivo del conjunto de Andersson obligó a los azzurri a la desesperación y con ello los suecos cerraron el partido con un 0-0 al más puro estilo italiano.

Todo era alegría para Suecia, el Mundial era una realidad. Habían sabido sortear las muchas y rocosas complicaciones que se les habían presentado, y ahora se planteaban el reto de enfrentar la Copa del Mundo en el grupo F. Grupo en el que se enfrentaran a México, Alemania y Corea del Sur. Otro sorteo que no fue amable con los suecos.