El fútbol es un deporte donde jamás puedes hacer una valoración precipitada. Todo puede cambiar en cuestión de segundos. Y la máxima de que nada es lo que parece, se acentúa de manera evidente. Y esta es precisamente la historia de Argentina y Croacia durante el desarrollo del mundial que se disputó en Francia cuando corría el año 1998.

Viernes 26 de junio, la fase de grupos del deslumbrante mundial de Francia está apunto de acabar y el grupo H acoge uno de los partidos con mayor interés de los que aún restaban por disputar. 

Argentina, con 6 puntos, se enfrentaba a la sorprendente Croacia de Miroslav Blazevic, que había llegado hasta la Copa del Mundo gracias a una repesca donde se tuvo que ver las caras con Ucrania en un doble partido donde al final el país croata consiguió imponerse. 

Los rojiblancos llegaban al último encuentro también clasificados tras haber hecho una gran fase, logrando los mismos puntos que la todopoderosa selección albiceleste, nada más y nada menos que 6. Sin embargo en duelo directo, el conjunto sudamericano, que no lo tuvo fácil, no cedió terreno a Croacia.

El partido podría describirse como tenso. Ambos equipos llegaban con las misma puntuación y por tanto, estaba en juego finalizar el fase de grupos como primer clasificado. Logro que en principio, ambos deseaban. 

Passarella apostó por Carlos Roa, Roberto Ayala, Mauricio Pineda, Pablo Paz, Nelson Vivas, Matías Almeyda, Sebastián Verón, Marcelo Gallardo, Javier Zanetti, Gabriel Batistuta y Ariel Ortega; mientras que el seleccionador croata se decidió por un equipo de garantías, capaz de plantar cara a una selección calificada como favorita para llegar lejos en el mundial, compuesto por Drazen Ladic, DF 6. Slaven Bilic, Zvonimir Soldo, Dario Simic, Aljosa Asanovic, Robert Prosinecki, Zvonimir Boban, Silvio Maric, Mario Stanic, Robert Jarni y Davor Suker.

La disputa, como se esperaba, no dejó indiferente a nadie. Ambos equipos apostaron por su estilo. Con una Argentina vertical y con tendencia a buscar balones por alto. Y con una Croacia creativa y atrevida, sin miedos ni complejos. Sin embargo el combinado  de Blazevic no tardaría en recibir el tanto que a la postre significaría su derrota, cuando corría el minuto 36 de juego. Momento en que Pineda aprovechaba un buen centro para perforar la meta contraría. 

El combinado croata lo intentó. Buscó el empate y puso todo lo que tenía sobre el terreno de juego, dando entrada a jugadores como Goran o Stimac. Mas no fue suficiente para lograr el tanto que forzara el empate.

Cosas del destino, quizá el no haber marcado en aquel encuentro, llevó a Croacia por un camino 'de rosas' durante gran parte del mundial. Los croatas, debido a que terminaron como segundos, se vieron las caras después con Rumanía en octavos y con una mermada Alemania, en cuartos. 

Argentina por su parte, gracias a su clasificación como primera, se vió abocada a enfrentarse con Inglaterra, a la que venció con sudor y lágrimas en los penaltis. Y más tarde con Los Países Bajos, equipo contra el cual sucumbió el 4 de julio por 2-1, poniendo así fin a su trayectoria en el mundial de 1998.

La moraleja que nos trae esta historia es que en un mundial, una victoria no siempre es sinónimo de alegría y que la estrategia que, quien sabe si utilizó Croacia allá por el año 1998 en Francia, puede llevarte mucho más lejos.