Hace cuatro años se vivió una auténtica fiesta en Brasil, con aroma a café. Los colombianos invadieron tierras brasileñas con la alegría que los caracteriza, aumentada por 16 años de ausencia en las citas mundialistas desde Francia 1998.

Llegaron de la mano de José Néstor Pékerman, el argentino que le dio una identidad al equipo colombiano y supo explotar los diamantes en bruto que el país sudamericano tenía. Y tal fue su desempeño en las eliminatorias, que se ubicaron como cabeza del grupo C, el cual lo completaba Grecia, Costa de Marfil y su último rival sería Japón.

Los cafeteros no tuvieron inconveniente en derrotar a los primeros dos seleccionados, con marcadores de 3-0 y 2-1, además demostrando uno de los mejores niveles de las 32 selecciones participantes. En la tercera y última jornada de esa fase, los colombianos ya estaban matemáticamente clasificados a octavos de final, pero debían enfrentarse a Japón, que, si bien sus chances de continuar en el torneo estaban extremadamente disminuidas, no eran del todo inexistentes.

Y lo cierto es que inicialmente, este fue el partido que más se le complicó al seleccionado colombiano, aunque es verdad que no jugaron con todo su equipo titular, teniendo en cuenta el partido que tendrían que disputar en octavos de final.

Sin su máxima estrella, James Rodríguez, Colombia no tenía la solvencia que había mostrado anteriormente, también con la ausencia de sus delanteros titulares Teófilo Gutiérrez y Carlos Bacca y algunos nombres más, el equipo era 50% suplente.

Si bien se adelantaron en el marcador con un penalti pateado por Juan Guillermo Cuadrado, los japoneses no se rindieron nunca y empataron al final de la primera parte. Tras el descanso, James ingresó, ya que Colombia no quería dejar ir su invicto hasta el momento y lo cierto es que su incorporación al partido, le dio un nuevo aire al cuadro colombiano.

En el minuto 55 dio una asistencia a Jackson Martínez que marcó el 1-2 y después el propio James anotó dos goles, uno de ellos siendo el más atractivo hasta el momento de los que tenía en su cuenta personal. El partido, la situación más que resuelta de Colombia y el resultado a favor dio espacio incluso para un homenaje al tercer arquero colombiano, Faryd Mondragón, quién ingresó al campo en el minuto 85 reemplazando a David Ospina, convirtiéndose así en el jugador más viejo en jugar un mundial, con 43 años.

Finalmente, el encuentro terminó 1-4 dejando a los japoneses eliminados y últimos de su grupo. En el otro extremo de la tabla los colombianos se garantizaron mantener la fiesta tricolor en Brasil por varios días más.  

El sorteo del pasado diciembre hizo que Colombia y Japón se vuelvan a encontrar en la fase de grupos y ahora tendrán que abrir las acciones del grupo H en el Mordovia Arena en Saransk. Los japoneses esperan poder revertir el resultado de ese último encuentro, pero los colombianos ya pusieron un listón alto para ellos mismos hace cuatro años, el cual por supuesto quieren superar.

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Sobre el autor
Laura Barrera
Estudiante de Periodismo Deportivo, seguidora del Real Madrid y Atlético Nacional. Entre Argentina y Colombia