Para Rusia, esta edición de la Copa del Mundo significa una oportunidad de oro para demostrarle a millones de personas que entre tanto favoritismo, siempre cabe la sorpresa que se consigue a través de la perseverancia y la regularidad. Ese plan es el que maquina el combinado soviético de cara a conseguir su principal objetivo en un escenario más que conocido y en el que, por suerte, contará con el apoyo de los aficionados que, afincados en la esperanza y en la ilusión, esperan ver a la capital moscovita en lo alto de la órbita futbolística.

Llegar a lo alto no es nada fácil, pero tampoco es algo imposible para aquellos equipos que siendo soñadores, salen al terreno de juego a darlo todo con la mente puesta en conseguir forjar un camino de triunfo que esté a la altura del país que representa la pasión por el fútbol.

Largo y duro recorrido

La experiencia y la juventud serán las aliadas de los de Stanislav Cherchésov a la hora de batirse en duelo con los principales aspirantes a imperar en la gran cita. Uno de los protagonistas de la ilusión del pueblo soviético es el joven centrocampista de 27 años, Denís Chéryshev, quien con talento originario de La Fábrica, ha recalado en las arcas del conjunto anfitrión después de haber pasado tres temporadas en las que han primado las dudas y las lesiones.

Habiendo heredado la pasión por el fútbol de su padre, también futbolista, Denís tomó el testigo de su aventura ingresando en Valdebebas en el año 2002 para crecer a nivel personal y profesional en el que más tarde sería su sueño. A día de hoy, y 16 años más tarde, este centrocampista es tendencia en Rusia por su juventud y por su efectividad de cara a portería, asumiendo el rol de luchador en un camino en el que ha tenido que superar algunos baches como el de las continuas lesiones.

Su infortunio con el menisco, el quinto metatarsiano, las lesiones musculares en su cuádriceps y en sus isquios y una operación del tendón del recto anterior del cuádriceps, le han hecho reaccionar y volver con más fuerza a un panorama en el que deberá luchar para llevar a su país por el camino de la revelación si de verdad quiere conseguir el sueño por el que tantos otros saldrán a luchar. Tras haber superado todo ese calvario, las mejores expectativas de Denís pasan por alzarse con la gloria mundialista, al igual que lo hacen todos los participantes de esta gran y bonita fiesta.

Nada es imposible para un jugador que ya está matriculado en la experiencia que tiene a la hora de superar incontables muros. El haber pasado por el Real Madrid y no haber tenido la oportunidad de ser titular, le ha servido para pulir sus cualidades y enfrentarse a nuevos retos en los que poco a poco, se ha ido hallando más cómodo como profesional y que por supuesto, han sido la base que le ha llevado a asumir el reto de representar a su país en este escenario.

Perseverancia y orgullo

Para Denís Chéryshev, la perseverancia es un verdadero himno. Pase lo que pase, él nunca se rinde a pesar de que el reto que tenga por delante tenga un cierto grado de dificultad. Con orgullo y superación, el centrocampista logró reivindicarse contra Arabia Saudí en el que fue el primer partido del Mundial. Los soviéticos llegaban al Estadio Olímpico Luzhnikí para dar un golpe de autoridad y demostrar que la anfitriona no se iba a pasear teniendo la oportunidad de honrar a su bandera y a su país.

Además, el centrocampista da lecciones de humildad allí por donde va. A pesar de haber sido partícipe de la goleada, fue él quien le pidió a sus compañeros dejar cuanto antes la euforia del triunfo en el partido inaugural con la mente puesta en poner los pies en la tierra y teniendo, a su vez, las ideas más que claras. Para Denís, la lucha es la clave del éxito y quiere concienciarse cuanto antes de que no todo será tan fácil en esta gran aventura.

El ruso milita actualmente en el Villarreal y ha sido allí donde ha ido puliendo sus mejores características para llegar hasta donde ha llegado. Con juventud e ilusión por delante, seguro que Denís termina encontrando el camino correcto para que sea donde sea, pueda estar a la altura de lo que significa el fútbol para los soviéticos.