A primera vista, el Grupo E de este Mundial de Rusia parecía ser cosa de Brasil. Sin embargo, los acompañantes de la selección brasileña no eran nada fáciles, y una jornada ha sido suficiente para confirmar los presagios. El equipo liderado por un Neymar desaparecido no fue capaz de superar a una sólida Suiza, mientras que la selección de Serbia volvía a un Mundial por la puerta grande sumando los tres puntos frente a la gran revelación de la última cita mundialista, Costa Rica.

En el partido entre balcánicos y centroamericanos destacó especialmente un hombre del combinado de Mladen Krstajic: Sergej Milinkovic-Savic. Los pronósticos apuntaban a que el jugador de la Lazio podía ser una de las grandes revelaciones del equipo serbio, y él mismo se ha encargado de confirmarlo desde el primer momento. 

Pese a que el gol de la victoria lo anotó Kolarov con un sensacional disparo de falta, el jugador de 23 años y con raíces en España fue, de largo, el mejor jugador del encuentro. La entrada en el equipo de Milivojevic dio mucha más libertad a Milinkovic-Savic, que ocupó la posición de segundo delantero por detrás de Mitrovic. Su derroche físico y sacrificio fue espectacular, además de protagonizar la mayoría de jugadas ofensivas de su selección, que en líneas generales fue muy superior a Costa Rica durante los noventa minutos. Pese a su gran estatura y envergadura, Milinkovic-Savic es un jugador muy bien dotado técnicamente, y el pasado domingo lo volvió a demostrar sobre el césped de Samara.

En un equipo donde abundan jugadores muy técnicos pero a la vez muy intermitentes en su rendimiento, la gran regularidad de Milinkovic-Savic puede resultar clave para conseguir activar al resto de integrantes del ataque serbio como Ljajic, Tadic Mitrovic. Todos ellos serán claves en el partido frente a Suiza, donde los serbios podrían sellar su clasificación para los octavos de final e incluso aspirar a la primera plaza del grupo por delante de los propios suizos y de Brasil.