El 13 de junio del año 1998, en el Stade de Gerland, Lyon, se enfrentaban México y Corea del Sur por la primera jornada del Grupo E. Grupo que completaban Bélgica y Holanda.

Los mexicanos llegaron a el debut con una serie de incertidumbre, debido a los encuentros preparativos previos al mencionado campeonato mundial, encuentros con malos rendimientos y resultados preocupantes que encendían la alarma a poco tiempo de disputar el mayor evento futbolístico a nivel mundial. Era tan preocupante la situación del conjunto azteca que algunos aficionados pidieron la salida de Manuel Lapuente, entrenador del equipo mexicano en aquel entonces.

En frente, los asiáticos llegaban con la confianza puesta en aprovechar el mal momento del conjunto norteamericano.

Para aquel encuentro, Manuel Lapuente preparó un equipo titular conformado por: Jorge Campos; Claudio Suárez, Duilio Davino, Ramón Ramirez y Alberto García Aspe; Pável Pardo, Raúl Rodrigo Lara, Braulio Luna y Jaime Ordiales; Cuauhtémoc Blanco y Luís Hernández.

Por su parte, el entrenador Pyung Seok Kim alineó con: Bjung Ji Kim; Min Sung Lee, Sang Chul Yoo, Tae Young Kim y Myung Bo Hong; Do Keun Kim, Yung Yoon Noh, Jong Soo Ko y Sang Yoon Lee; Seok Ju Ha y Do Hoon Kim.

El encuentro comenzó con un conjunto azteca dominando el esférico y teniendo el control de juego de esa manera, sin embargo no era lo suficientemente peligroso para convertir su dominio en goles. El equipo coreano, teniendo jugadores veloces, optó por esperar en su campo y salir de contragolpe para aprovechar los espacios que dejaban los mexicanos.

A los 28' de la primera etapa, Seok Ju Ha adelantaba a los asiáticos tras un cobro de tiro libre pero con una pizca de suerte debido a que el balón fue desviado de su trayectoria para engañar así totalmente a Jorge Campos quien quedaba a mitad de camino. Sin embargo, al autor del gol vería la tarjeta roja minutos más tarde por una fuerte entrada a un jugador del equipo azteca, aún así los coreanos iban al descanso con la mínima ventaja de 1-0 a favor.

Manuel Lapuente, en el ojo de la tormenta, se vio obligado a realizar modificaciones en su equipo para cambiar el marcador en la etapa complementaria. Al inicio del mismo, mandó al campo de juego a Jesús Arellano y Rodrigo Peláez en reemplazo de Braulio Luna y Jaime Ordiales respectivamente.

El equipo azteca volvió del descanso con otro chip, ya que impuso su jerarquía desde el arranque del segundo tiempo, tanto que el recién ingresado Rodrigo Peláez anotaba el empate a los 51' de juego. Aquel gol, fue una inyección anímica para los aztecas ya que se adueñaron del lance.

Los coreanos comenzaron a sentir el hombre menos que tenían en cancha, ya que el conjunto mexicano obligaba a los mismos a hacer un gran despliegue físico. Luis Hernández anotaba el segundo de los mexicanos a los 74' de partido y conseguir así dar la vuelta al marcador.

Diez minutos más tarde, en una tarde-noche inspirada, nuevamente Luis Hernández anotaba para los mexicanos para de esa manera liquidar el partido a su favor por el marcador final de 3-1. Dispersando así todas las dudas que se había generado en la previa en cuanto al rendimiento del equipo comandado por Manuel Lapuente.

A 20 años de aquel gran partido, las selecciones de México y Corea del Sur volverán a verse las caras este sábado, esta vez, en Rusia 2018.