En el duelo entre dos de los técnicos argentinos de esta Copa del Mundo (Héctor Cúper y Juan Antonio Pizzi), salió victorioso el menos experto y quizá el menos favorito. Pero sin embargo, venció el más valiente, quien planificó una estrategia para dominar el encuentro y crear más ocasiones. Así lo definía el de Santa Fé: "el equipo nacional logró tomar la posesión de la pelota después del gol de Egipto y dominó el juego, lo que hizo que el equipo rival no pudiera hacer más de una oportunidad después de eso".
Y es que el partido en ningún momento se puso de cara para los leones del desierto, que tuvieron que sobreponerse al gol de Salah e incluso a un penalty fallado. Pizzi destacaba el cambio en la estrategia del encuentro, donde "después de la primera mitad, pensamos que si jugábamos más rápido en la segunda mitad, íbamos a ser capaces de generar más oportunidades, y esto es lo que les dije a los jugadores, que había que acelerar el ritmo de juego".
Respecto a las críticas recibidas en las alineaciones y esquemas de juego de los dos primeros encuentros del mundial, el hispano-argentino explicaba con claridad: "Hay decisiones que tengo que tomar de acuerdo con lo que veo en las sesiones de entrenamiento, por lo que a veces puedo tomar decisiones que te parecen incorrectas". Sin embargo, el resultado final del encuentro acabó dándole la razón ante un Egipto que rehusó asumir el control del partido y apenas generó peligro más allá de su estrella.
Arabia Saudí se despide de Rusia con la sensación de que la competición se les ha quedado corta, yendo de menos a más en su juego, confianza y resultados. Como comentaba Pizzi en la previa del encuentro, el equipo "había adquirido experiencia en los dos partidos previos", algo que debería servirles en futuras competiciones internacionales.