Portugal pasó a octavos de final, pero por los pelos. Los portugueses comenzaron el partido tranquilos, confiados de que iban a ganar. Así lo demostró Cristiano Ronaldo en el túnel de vestuarios, gritando a sus compañeros que iban a llevarse el encuentro. Todo parecía tal lo previsto, pero los minutos finales casi cambian la historia. 

Toque sin profundidad

La selección de Fernando Santos saltó al campo con las ideas clara. Tocar y tocar hasta encontrar el hueco entre la defensa iraní. Todo sin precipitarse. Y así lo hicieron sus jugadores. De tal manera que lideraron la posición del balón durante los noventa minutos. Pero Irán se mantuvo contundente y a penas dejó algún espacio a los portugueses. Ante la situación, buscaron encontrarlos de otra manera: con el pase en largo a las bandas. Quaresma buscó en todo momento el desmarque, pero casi sin éxito. En el 44' fue cuando lograron encontrar el hueco. Llegó tras una gran combinación entre el jugador del Besiktas y João Mário, que el 20 finalizó con el exterior. 

Portugal dominó la posesión de balón

Por su parte, Irán regaló el balón a su rival. En los primeros minutos a penas presionaron. Intentaron sorprender a la contra o a balón parado, sin embargo no lo consiguieron. Pepe y Fonte cortaron cada una de las jugadas, sin necesidad de hacer falta. Al contrario que ellos, los dos laterales, Soares y Guerreiro, sí vieron tarjeta.

El VAR protagonista

El verdadero protagonista del partido no fue Cristiano, como hubiera sido normal, sino el VAR. El videoarbitraje cambió el rumbo del partido. Hasta en tres ocasiones tuvo el árbitro que parar el juego. La primera de ellas fue un penalti dudoso al siete del Real Madrid. En un principio no señaló la pena máxima, pero tras recibir un aviso del VAR, revisó la jugada. Y lo pitó. Ronaldo cogió el balón dispuesto a igualar a Kane, pero el portero se lo negó parándole el disparo.  

La siguiente ocasión, tuvo a el astro portugués frente a los focos. Esta vez por una presunta agresión, que al igual que la primera vez, el arbitro no había percibido. La situación acabó con amarilla para el capitán portugués. La última, fue un penalti a favor de Irán. Una mano de Soares dentro del área, que a punto estuvo de no costar nada, significó el empate.

Finalmente el encuentro acabó con tablas en el marcador. De esta manera, Portugal se clasificó como segundo de grupo tras empatar a puntos con España. Pese a que intentaron evitarlo, su próximo rival será Uruguay. Al contrario, Irán vuelve a casa tras casi lograr la gesta.