La Selección de Corea del Sur sorprendió a la Selección de Alemania venciéndola guapamente por 2-0. Resultado que decretó la histórica eliminación del conjunto alemán en fase de grupos tras quedar sin chances matemáticas de avanzar de ronda. Algo que no ocurría desde hace 80 años, cuando en el año 1938 los teutones tampoco pudieron superar la primera ronda.
Última oportunidad y cambios en el once
Los teutones, tras la agónica victoria conseguida en el último minuto en la segunda jornada ante Suecia llegaban a la última jornada de la fase de grupos con la posibilidad en mano de sellar su pase a la siguiente ronda del campeonato mundial, ante un conjunto coreano ya eliminado tras cosechar dos derrotas en sus anteriores presentaciones.
Para dicho encuentro, el estratega germano realizó un total de cinco modificaciones en su onceno titular en diferencia al disputado contra los suecos. En la zaga defensiva introdujo a Niklas Süle en reemplazo de Rüdiger para acompañar a Hummels, quien no participó del partido anterior por un golpe en el cuello. En el mediocampo colocó a Khedira en lugar de Rudy, junto con Kroos y Ózil, por las bandas colocó a Reus en lugar de Muller y permitió el debut de Goretzka en sustitución de Draxler.
Formando un sistema táctico de 4-2-3-1 con Neuer en el arco, Kimmich, Hummels, Rüdiger y Héctor en la defensa, Khedira y Kroos los equilibradores en el centro del campo, Goretzka y Reus por los extremos derecho e izquierdo, Ózil en el medio encargado de la conexión con el referente en área, Timo Werner.
Por su parte, los coreanos presentaron una alineación similar al encuentro anterior, con Heung-Min Son como hombre más peligroso arriba.
Löw y su advertencia
El entrenador alemán Joachim Löw había advertido en la previa que Corea del Sur buscaría despedirse de manera digna del torneo y que no les facilitarían la tarea a los teutones, quienes estaban obligados a sumar los tres puntos para avanzar a los octavos de final. El DT recalcó que el equipo asiático contaba con jugadores veloces capaces de aprovechar los espacios que los alemanes podían dejar en el fondo, y vaya que fue así.
El partido
Como era de esperarse, Alemania tuvo el control del juego mediante la posesión del balón desde el inicio del lance. Por su parte, los surcoreanos se dedicaban a esperar al rival en su campo y buscar el momento preciso para herir a los alemanes con los contragolpes.
A pesar del control del juego, mediante el manejo del esférico por parte de Toni Kroos, haciendo o tratando de hacer conexión con Reus o Goretzka los alemanes no eran lo suficientemente peligrosos de cara al arco rival ya que los asiáticos cortaban bastante cada intento de llegada de los dirigidos por Löw, lo que por momentos el encuentro se tornaba bastante cortado.
Las dudas y la impaciencia que se adueñaron del conjunto de Löw en los encuentros anteriores comenzaron a aparecer nuevamente en este encuentro, sobre todo sabiendo el marcador del otro partido, donde Suecia conseguía una contundente victoria sobre los mexicanos en Ekaterimburgo y obligando así a los teutones a buscar la victoria para pensar en la siguiente ronda.
Corrían los minutos, y al no romper la muralla surcoreana el estratega alemán se vió obligado a realizar modificaciones en su equipo, refrescando el ataque permitiendo el ingreso de Muller, Brandt y Gómez para buscar el anhelado gol.
Alemania insistía, aunque ya no con el orden que caracteriza a los teutones, con más esfuerzo que ideas la desesperación comenzaba a adueñarse del conjunto de Joachim Löw a medida que corrián los minutos tras no romper el empate.
Kim y el VAR tumbaban a toda Alemania
Sobre los minutos finales, ya en tiempo de adición, llegaría el tanto sorpresivo por parte de Kim en una confusa jugada en el área de los teutones. Sin embargo, el juez del encuentro tuvo que recurrir al VAR ya que el línea había observado primeramente una posición adelantada no existente, finalmente Geiger convalida el tanto que derrumbaba las esperanzas de los alemanes.
Ante la desesperación total, Manuel Neuer salió de su portería y fue para apoyar a sus compañeros con la ilusión de encontrar el empate, pero tal cosa no ocurrió. El portero pierde un balón cerca del área de los coreanos y permite que Heung-Min Son, gracias a un rechace que terminó convirtiéndose en una genial asistencia de su compañero anote el segundo tanto lapidario para concretar así la histórica victoria de Corea del Sur ante los vigentes campeones del mundo, quienes con apenas tres puntos, caían eliminados de la Copa Mundial de Rusia en plena fase de grupos, continuando así con el mito de la “Maldición del Campeón del Mundo”, quienes no pueden siquiera avanzar en la primera ronda tras haber alcanzado la gloria mundial cuatro años atrás.
