Quién le iba a decir al bueno de Lucas Torreira que, cuatro años después de estar viendo desde un televisor de Montevideo cómo la Celeste caía en Brasil, iba a ser una pieza tan indispensable en la próxima cita mundialista. Quién se lo iba a decir también cuando ni siquiera había vestido la zamarra uruguaya en las inferiores. Y quién se lo iba a decir cuando, teniendo dos monstruos de la medular por delante como Vecino y Bentancur, iba a ser él, el 'regista' que desahogara toda la medular charrúa.

Torreira, un futbolista que, extrañamente, nunca vistió la celeste en inferiores

Porque esta es una realidad como un templo. La llegada de Lucas Torreira a la selección de Tabárez y a la titularidad, ha sido una bendición para el combinado celeste. Apenas tres meses después de su debut ante la República Checa, afronta este duelo de octavos de final como una pieza indiscutible en la medular uruguaya tras su exhibición en el último partido contra Rusia.

Bien es cierto que partió en Rusia con un rol secundario, pero la falta de frescura y claridad en la medular uruguaya hizo al Maestro Tabárez trastocar sus planes iniciales hasta en dos ocasiones hasta dar con la tecla, justo cuando dio entrada a Torreira. En primer lugar, la idea era jugar con un típico 1-4-4-2 con De Arrascaeta y Nández en bandas y con Vecino como mediocentro organizador. En el amistoso ante Uzbeskistán y en la primera jornada ante Egipto ya se vieron todas las carencias creativas de los celestes y se decidió cambiar hacia la vieja guardia.

Esa siguiente opción por la veteranía fue la entrada de dos históricos de la Selección como Carlos Sánchez y 'Cebolla' Rodríguez, que aportaban mayor dinamismo y fuerza en bandas, pero el problema seguía estando en la escasa generación de fútbol desde la medular. Aquí entró en escena Lucas Torreira. Tabárez optó por cambiar ese esquema más abierto por uno más central y escalonado, un 1-4-4-2 en rombo, con el que serían mucho más protagonistas y poseedores de lo que aconteciera en la medular.

Torreira ante Miranchuk.
Torreira ante Miranchuk.

La nueva Uruguay con el 'rombo' Lucas Torreira

Y dicho y hecho, Uruguay mejoró cuantiosamente en salida de balón, en organización, en ocupación de espacios...y todo, en gran parte, por la posición de 'regista' que tan bien entienda y mejor ejecuta el '14' charrúa. Su partido ante Rusia fue el mejor de los uruguayos hasta la fecha, coincidiendo en ser su cita también más difícil, y destacó sobremanera el show en la medular de Torreira. Siempre encontraba un pase 'limpio', siempre daba ventajas con sus aportes, todo más fluido, todo más seguro. Y, para más inri, su actuación no es solo 'con', sino que es un auténtico perro de presa sin balón. En definitiva, indispensable.

Aportó fluidez, liberó compañeros y desatascó el medio

Este último sistema en rombo, encontró la mejor versión de Nahitán Nandez, no tan escorado en banda y más oficioso por el volante derecho. Arrastró a Vecino a izquierda, con más espacios para pensar y una mayor relevancia al pase y al juego. Y, el gran perjudicado (al menos ante Rusia), fue Rodrigo Bentancur, que tuvo que actuar más en el enganche, zonas demasiado adelantadas para su hábitat natural en la Juventus y en el combinado nacional.

De esta forma se espera que Óscar Washington Tabárez disponga su once de inicio ante Portugal. En un partido que puede ser el de la definitiva consagración de un menudo futbolista que llevaba siendo pedido a gritos desde Uruguay durante todo el año y que, ahora, está recogiendo los frutos a su gran trabajo por Italia.

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