Croacia y Dinamarca se enfrentaron mutuamente en Rusia con el deseo de lograr un desenlace positivo en este partidazo de octavos de final. Modric y Eriksen. Eriksen y Modric. Da igual el orden. El encuentro del pasado domingo parecía limitarse a ambos. A dos grandes futbolistas pasados por las ansias en sus mentes para dar miedo a las defensas rivales con sus grandes pases telescópicos o sus proyectiles de largo alcance. Aún así, fueron otras estrellas del fútbol los que determinaron el resultado. Iluminados con guantes. Subasic y Schmeichel decidieron prácticamente a suertes la corona de Rey del match. Y se lo quedó el primero después de que lo pidiera a gritos el segundo.

El partido fue de iguales, pero primero focalizado en dos jugadores, uno de cada equipo, y más tarde marcado por el papel de los arqueros

El enfrentamiento fue agotador para ambos equipos europeos, porque se llegó hasta la tanda de penaltis, ya que Schmeichel le paró una pena máxima a Luka Modric justamente cuando el crono marcaba el 115' tras una acción de gol que frenó Mathias Jorgensen. Fue una sabia culpa. Si Rebic hubiera goleado tras quedarse a puerta vacía, no se habría llegado a la tanda de está forma. Pero Schmeichel es garantía en el arte de los once metros. Es toda una figura futbolística. Y en ese momento se arriesgó a bloquear a Modric su fuerte disparo. Era un penalti tirado con excelencia. También la parada lo fue sin la menor duda. Lujo en todos los sentidos, aunque la pelota terminó colocada en los grandes brazos del danés. Subidón para él y los suyos. Y claramente merecido, tras la exhibición del portero, los penaltis simulaban un juego a su favor. Error.

El resultado del partido dependió de Subasic

Subasic, herido en su orgullo, sin un linaje tan relevante como el de su oponente, se tiró a tumba abierta para ser protagonista en la ruleta rusa (nunca mejor dicho) de los penaltis. Paró hasta tres. Schmeichel también paró, pero únicamente dos. El tercero de la noche lo había 'malgastado' con Modric. El fútbol es así. Por ello, toda la responsabilidad en el pitido final fue para el mediocentro Rakitic, último goleador que asestó un pase a la red (¡qué maestría lanzando un penal!) para clasificar definitivamente a Croacia, que jugará ante Rusia los cuartos de final del Mundial de Rusia 2018. ¿Y el resto del encuentro? Un intercambio de liderazgo sin ocasiones muy visuales que fue frenético en los primeros tres minutos (en el 1' marcó Jorgensen, en el 3' empató Mandzukic) hasta agotar paulatinamente en la cúspide de los penaltis, ese azar en el que la brujería la determinaron los guantes y no las botas de manera incuestionable. 

En conclusión, Croacia elimina a Dinamarca en una histórica tanda de penaltis, en la Subasic supera a Schmeichel y lleva a los croatas a los cuartos ante Rusia. La selección de Croacia se ha llevado la victoria (3-2, en penaltis, tras un 1-1 en 120 minutos) frente a Dinamarca, en una tanda histórica con los porteros como protagonistas decisivos parando hasta cinco de los 10 lanzamientos realizados, asegurándose los croatas el pase a los cuartos de final donde se verá las caras con la anfitriona, Rusia, verdugo de España este mismo domingo. No obstante, conviene recordar que al comenzar  el partido, el fútbol de los dos equipos estaba mucho más cargado de sinergias y dos goles en menos de cinco minutos, el cuarto cruce de los octavos de final dejó una nueva tanda de penaltis tras la vista en el España - Rusia, donde Schmeichel se postulaba como héroe danés, después frustrar otro penal a Modric en el minuto 116, pero que terminó con los de Zlatko Dalic como campeones gracias a las tres paradas de Subasic y el último tanto de Rakitic.

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Sobre el autor
Erik Encinas Ortega
Periodismo en la Universidad Pompeu Fabra y articulista en varios diarios, además de trabajar en varios medios de comunicación. Instagram: http://instagram.com/erik.encinas/ Email: [email protected]