Inglaterra se deshizo de Colombia en los octavos de final y ya cuenta las horas para el partido ante Suecia en busca de las semifinales. Sin embargo, el encuentro ante el combinado cafetero fue más complicado de lo que esperaban los de Gareth Southgate y estuvo muy cerca de acabar en tragedia para los Three Lions.

Cada selección registró un solo tiro a puerta en la primera parte

El equipo británico dominó de principio a fin la primera parte aunque las ocasiones brillaron por su ausencia. Un tiro a puerta por cada uno en los 45 minutos iniciales resume bastante bien lo que ofrecieron ambos. La estrategia de los europeos consistía en un jugador: Harry Kane. El futbolista se convirtió en la única y más clara referencia arriba. Además, el balón parado, una función que salió a brillar en partidos anteriores, sobre todo ante Túnez, no dio el resultado esperado. Trippier estuvo muy cerca en el descuento del primer tiempo pero desaprovechó una falta al borde del área. En cuanto a Colombia, la pizarra de Pekerman dibujaba una idea clara: terminar las jugadas, aprovechar cualquier mínima oportunidad de crear peligro e intentar disimular la baja de James, algo de lo que Yerry Mina se terminó de encargar con su gol en el minuto 94.

La mayor diferencia: el cansancio. La exigencia de Inglaterra en la primera fase fue ciertamente baja. Solo Túnez apretó, aunque más bien fue el marcador, en el debut de la selección. Panamá fue un mero trámite y Bélgica, pese a estar en juego la primera plaza, Inglaterra jugó con hasta nueve suplentes. Todo al revés que Colombia, que sufrió un desgaste mucho mayor. Primero, contra Japón tuvo que luchar en inferioridad numérica desde el minuto tres, con un esfuerzo titánico para revertir el marcador y que, al final, no acabó dando sus frutos. La derrota en la primera fecha obligó a los sudamericanos a lograr los tres puntos ante Polonia y Senegal, dos choques que obligaron a dar lo máximo en ambos, sobre todo frente a los africanos.

En cuanto al sistema utilizado por ambos técnicos no hubo ninguna variación. Southgate le dio continuidad a su tradicional 3-5-2, con Young y Trippier como laterales más adelantados, una opción que Inglaterra aprovechó a la hora de trenzar jugadas más rápidas. En cuanto al equipo de Pekerman, la baja de James modificó el esquema. El entrenador cafetero cambió de su típico 4-2-3-1 a una alineación en rombo con Carlos Sánchez, Cuadrado, Quintero y Falcao.