Los Estados Unidos fueron la nación elegida para la realización del Mundial del año 1994 tras ganarles en las votaciones a Brasil y Marruecos. El país de las barras y las estrellas fue el anfitrión para una Copa en la que las sorpresas no faltaron y, de hecho, dos de ellas se colaron hasta las semifinales del torneo. Tal como en la Copa de este año, las sorpresas abundaron en el '94.

Particularmente, tanto hoy como hace 24 años, una de las sorpresas lleva por nombre Suecia y porta en su camiseta amarilla las ilusiones de un país que aspira a clasificar a las semifinales y repetir la proeza conseguida en tierras americanas. Esta vez de la mano de Janne Andersson y sin figuras de la talla de Kenneth Andersson, Martin Dahlin o Henrik Larsson, la selección sueca tiene, ante Inglaterra, la oportunidad de entrar a semifinales y, por qué no, colarse en la gran final.

El equipo sueco que finalizó tercero en USA 1994 | Foto: Getty Images
El equipo sueco que finalizó tercero en USA 1994 | Foto: Getty Images

Aquel seleccionado sueco llegó a Estados Unidos siendo un equipo de peso medio en la competencia. Además, teniendo en cuenta el nivel y la calidad de otros equipos que participaron, el andar sueco se puede definir como un rendimiento heroico. Por eso, a vísperas del duelo ante Inglaterra, es interesante recordar aquella Copa del Mundo.

Tres rivales, tres continentes

El camino de Suecia en el Mundial comenzó cuando fue designado su grupo para la primera fase. Allí le tocó un grupo bastante complicado, en el que debían luchar por el segundo lugar, pues lo esperado era que Brasil ganara la zona. Sus rivales, además de la ‘verde-amarela’, eran Rusia y el siempre peligroso combinado de Camerún.

La principal preocupación llegaba a la hora de enfrentar a los sudamericanos y a los africanos, pues los primeros eran tricampeones del mundo, mientras que los segundos habían llegado a los cuartos de final del torneo anterior. Esto se notó en los resultados obtenidos por el conjunto dirigido por Tommy Svensson.

Larsson, debutó en los Mundiales en 1994 | Foto: @UEFAEURO
Larsson, debutó en los Mundiales en 1994 | Foto: @UEFAEURO

El primer encuentro lo jugaron contra el combinado camerunés y consiguieron un empate a dos goles. Para los suecos anotaron Ljung y el mítico Dahlin, a su vez, para Camerún anotaron Embé y Omam-Biyik. De manera paralela, los brasileños le ganaban a Rusia 2-0 y se perfilaban, aún más, como favoritos. El segundo partido de la fase de grupos fue ante Rusia y los suecos sacaron su mejor cara cuando más lo requerían. Derrotaron a sus rivales con un contundente 3-1, dándole vuelta a un resultado en contra conseguido con un penal en el minuto cuatro por Salenko. Brolin empató y Dahlin marcó un doblete para sellar la victoria.

Finalmente, el tercer compromiso fue ante la poderosa Brasil de Parreira que tenía seis puntos de seis posibles. Con Larsson en cancha reemplazando al suspendido Dahlin, Suecia se adelantaba con un gol de Andersson en el minuto 23. Solo hasta que Romário consiguió el gol del empate definitivo en el encuentro. Gracias al golazo marcado por Andersson, Suecia conseguía un punto vital que le aseguraba la clasificación a la siguiente ronda como segunda de grupo.

El idilio consecuente

Al ser segunda de su grupo, el seleccionado sueco tuvo que jugar ante la selección de Arabia Saudí, un equipo que había clasificado segunda de su grupo por detrás de Holanda y superando a Bélgica y Marruecos. En el Cotton Bowl de Dallas, el partido finalizó con un 1-3 a favor del equipo de Svensson.

La travesía seguía para Suecia gracias al gol de Dahlin sobre el comienzo del encuentro y un doblete de Andersson que doblegaron al conjunto rival. La siguiente ronda era aún más dura para el equipo sueco, pues debían enfrentar a la selección de Rumania en San Francisco.

Tomas Brolin, autor de tres goles en la Copa | Foto: @FIFAcom
Tomas Brolin, autor de tres goles en la Copa | Foto: @FIFAcom

Los rumanos venían de dar la sorpresa y eliminar a la selección de Argentina en los octavos de final, pero no podrían con Suecia. A falta de doce minutos para finalizar los 90 reglamentarios, Andersson volvió a convertir un gol. Los suecos ganaban, pero en el 88, Răducioiu empató el partido y obligó a que se jugara la prórroga. Nuevamente, en el 101, los rumanos anotaron a través de Răducioiu, pero esta vez los suecos empataron a falta de cinco minutos para acabar la prorroga y enviaron todo a disparos desde el punto penal.

A pesar de fallar el primer penal, Suecia se clasificó a la siguiente ronda del Mundial después de que Belodedici fallara su penal y Larsson anotara el suyo.

La desilusión y el tercer lugar

Las semifinales vieron cómo Suecia se enfrentaba, nuevamente, con la Brasil de Romário, Dunga y Bebeto. En un partido con más de 90,000 espectadores en el Rose Bowl Arena, los sudamericanos derrotaron a una aguerrida y apasionada Suecia a falta de 10 minutos para finalizar el juego. A pesar de su increíble actuación, el portero sueco Ravelli poco pudo hacer con el remate de cabeza de Romario. El genio brasileño cabeceó un centro desde la derecha y rematando el balón contra el suelo, lo puso al lado del palo de la mano derecha de un vencido arquero.

Martin Dahlin, autor de cuatro goles en la Copa del Mundo | Foto: @Bundesliga_DE
Martin Dahlin, autor de cuatro goles en la Copa del Mundo | Foto: @Bundesliga_DE

El sueño de llegar a la final se acabó para Suecia, perdieron contra el equipo que posteriormente saldría campeón y, por tanto, debían jugar el partido para definir tercer y cuarto puesto. Enfrentaron al combinado búlgaro al cual despacharon con un contundente 4-0 en el Rose Bowl. En aquel partido, los suecos lograron liquidarlo todo en el primer tiempo. Abrieron el marcador en el minuto ocho a través de Brolin, luego Mild y Larsson marcaron y para cerrar el partido, Andersson marcó en el minuto 40 el cuarto definitivo.

La Suecia de Svensson se proclamó en el tercer lugar de la Copa del Mundo, detrás de la subcampeona Italia y la campeona Brasil. Además de la sorpresa, los suecos le brindaron al mundo actuaciones individuales destacadas como la del joven Larsson, la de Andersson que fue botín de bronce con cinco goles y la del dúo formado por Brolin y Dahlin que marcaron siete goles entre ambos.