New York City se hizo con los tres puntos en el Hudson River Derby menos intenso de los últimos años. Ambos entrenadores se estrenaban en este encuentro y sabedores de la importancia del mismo, prefirieron plantear un partido más conservador que dar un espectáculo acorde a lo visto en temporadas anteriores. En la primera mitad, ninguno de los equipos consiguió mostrarse superior a su rival, quedando sus acciones muy lejos de las porterías. En la segunda mitad, a pesar que por momentos los equipos mostraron mejoría, sólo un gol de Maxi Morález en los últimos minutos dio la victoria a los locales.

Demasiado respeto

El ambiente que se vivió en el Yankee Stadium recordó a grandes partidos. Dos rivales acérrimos y una disputa que desde el pitido inicial quedó marcada por la intensidad en el juego de ambos equipo. Sin embargo, fueron los ‘citizens’ los que espoleados por su afición y jugando en casa, llevaron la manija desde un primer momento, consiguiendo llegar con una facilidad pasmosa a las inmediaciones del área.

Con el paso de los minutos, la aportación de los visitantes fue siendo mayor, sacudiéndose a presión a la que le estaba sometiendo su rival. Buscó tener el control del balón, pero el centro del campo apenas conseguía enlazar con los jugadores de ataque. La única manera en la que se pudo ver acciones contra la portería local fue con jugadas a balón parado que apenas conllevaron peligro.

Sobre la primera media hora, el respeto entre ambos rivales comenzó a aparecer. El miedo a recibir un gol pudo más que la ambición por adelantarse en el marcador, generando un excedente de juego en el centro del campo y sin apenas llegadas.

@NewYorkRedBulls

Esta dinámica viró 180º conforme el encuentro se acercaba al final de la primera mitad. La posibilidad de irse con un gol de ventaja sobre el rival hizo que sobre todo, New York Red Bulls incrementase la intensidad de su juego, teniendo cada vez más acercamientos. Un balón rechazado en el interior del área y que Wright-Phillips no llegó a rematar fue la ocasión más cercana para los visitantes durante la primera mitad.

Tras este acercamiento llegaron un par de ocasiones en las que Red Bulls obligó a trabajar al guardameta local para despejar los balones lejos de sus dominios

Los locales no se quedaron atrás y viendo lo que les ocurrió en los últimos minutos, tuvo un par de balones a la espalada de la defensa en los que sólo la falta de puntería de los delanteros impidieron los goles.  

Salvados por la campana

La segunda mitad comenzó con New York City FC más presente en el ataque, aunque con acciones sin demasiado peligro. Aunque con un juego poco profundo y sin convicción, pareció que con el mínimo esfuerzo, lograrían adelantarse en el marcador.

Según se fue desarrollando el encuentro, el rigor táctico de ambos entrenadores empezó a dejar un partido sin apenas genialidades y en el que el miedo a perder se mantuvo durante los siguientes minutos. Las únicas acciones que se vieron en estos momentos fueron leves disparos desde fuera del área que apenas tuvieron repercusión en el desarrollo del encuentro.

Sobre la hora de partido, los equipos comenzaron a dar otra cara de sí mismo. El encuentro entró en su último periodo en el que un gol sería clave para el que lo consiguiese. Durante muchos minutos el control de la pelota varió en el centro del capo de unos jugadores a otros.

@NYCFC

A falta de poco más de 20 minutos para el final, el partido entró en una fase muy dura en la que apenas se vio un juego fluido y continuo. Las constantes faltas sobre todo por parte del conjunto visitante, hicieron que las esperanzas porque algún equipo remontase eran ínfimas.

En este período ‘Kaku’ Gamarra tuvo la mejor acción para su equipo hasta el momento. Una jugada por banda derecha finalizó con un centro al área donde apareció el futbolista para definir. Sin embargo, su disparo se marchó ligeramente por el lateral de la portería.

La respuesta del conjunto local no se hizo esperar y a los pocos minutos Jesús Medina contó con la ocasión más claro hasta el momento para el equipo ‘citizen’. En el borde del área recibió un balón y con una volea mandó la escuadra, pero el guardameta estuvo muy atento para con una estirada, atajar el balón con gran seguridad.

 Pero en los minutos finales, el único fallo de una de las dos defensas, permitió que su rival lograse un gol muy importante. New York City aprovechó un fallo de Long para recuperar el balón en las inmediaciones del área y de esta manera permitir a Lewis colocar un centro al segundo palo donde apareció Morález para dar un pase al fondo de la red.

Hasta los minutos finales, los dos equipos buscaron incesantemente la portería aunque ninguno de los dos logró sacar provechó de la circunstancia. El poco énfasis y la rigidez defensiva hicieron que le marcador no se moviese y los ‘citizens’ lograsen su primera victoria de la temporada en un Hudson River Derby,

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Sobre el autor
Manuel Vaquero Rodríguez
Apasionado del deporte rey. Disfruto con todo lo que tenga que ver con el fútbol, ver, escuchar, jugar, escribir. Entrenador de fútbol base, disfruto enseñando, pero más aprendiendo. Un buen entrenador es aquel que se hace así mismo, de campos de tierra a grandes estadios. Amante del fútbol internacional y poder descubrir jugadores desconocidos.