Victoria para el conjunto neoyorkino gracias a dos goles del austríaco Royer. Durante la gran mayoría del partido, el conjunto local llevó la iniciativa y tuvo las mejores ocasione, lo que le permitió adelantarse en el marcador. En la segundo mitad los angelinos consiguieron igualar el marcador en una acción aislada, pero en los minutos finales, los locales fueron los que sacaron mayor provecho del cansancio y lograron un segundo gol que les permitió la victoria.

New York aprovecha los fallos

Intenso inicio de partido entre dos de los gallitos de la competición, que desde el primer minuto dejaron una clara intención de su objetivo, marcar. Los locales estuvieron a punto de conseguirlo en la primera llegada cuando un disparo a la media vuelta de Bradley Wright-Phillips se marchó ligeramente por fuera de la portería.

La intensa presión con la que salieron al terreno de juego hizo que los locales tuviesen varios acercamientos sobre el área rival, aunque los californianos también tuvieron sus oportunidades. Aprovechando los espacios creados a la espalda de la defensa local, Los Angeles FC consiguió formar un par de contraataques que se quedaron a poca distancia de haber finalizado en gol.

Con el paso de los minutos ambos rivales fueron disputándose el control de la pelota, lo que hizo que el partido se igualase. Sin embargo, un par de fallos de concentración en la defensa neoyorkina a punto estuvieron de transformares en gol para los visitantes. Primero Diomande y después Rossi estuvieron cerca de haber adelantado a los angelinos en el marcador.

Con el encuentro habiendo superado la primera media hora, Los Angeles FC volvió a poner el riesgo el resultado. Tras unos minutos en el que apenas se vieron llegadas a las áreas, una acción visitante le permitió a Caros Vela disparar a puerta, con tan mala suerte que el disparo golpeó en el larguero.

En los últimos minutos de la primera parte, un arreón de los locales permitió que esto consiguiese adelantarse en el marcador. Gracias a un error del guardamente visitante, que no atrapó un balón sencillo en el área, permitió que el rechace llegase a Royer, para que el austriaco anotase a portería vacía.

Este tanto dejó muy tocado al conjunto visitante que aún pudo recibir un segundo gol, si el disparo de Wright-Phillips hubiese ido unos centímetros más abajo.

LAFC no encuentra su estilo

La segunda mitad tuvo comenzó con un New York Red Bulls insistiendo sobre la portería de su rival, aunque fueron estos los que en su primera llegada consiguieron igualar el marcador. Vela vio un buen desmarque de ruptura de Rossi para filtrarle el balón y que el uruguayo definiese a la perfección.

Este gol obligó a New York Red Bulls a volver a tomar el control de la pelota, sino quería que un equipo tan peligroso como el angelino les sorprendiese en cualquier momento. Pero a pesar de este incremento en la intensidad de su juego, les costó mucho generar ocasiones de peligro. Los únicos acercamientos se dieron con acciones a balón parado en el que la mala puntería les negó el gol.

Con el paso de los minutos, ambos entrenadores comenzaron a realizar varios cambios en el once inicial, ya que el ritmo del partido fue bajando, debido al cansancio de los futbolistas.

Esta serie de carrusel de cambios le dio una mayor ventaja a los locales, que comenzaron a tener nuevamente mayor protagonismo en campo rival. Volvió a ofrecer un dominio sobre la pelota que le permitió tener mayor cantidad de ocasiones de peligro. Mientras tanto, al equipo angelino sólo le quedó la opción de buscar en el contraataque su mejor opción para anotar.

Sin embargo, con el partido entrando en los minutos finales, los locales consiguieron anotar un gol con una gran acción que pilló descolocada  a la defensa californiana. Un desplazamiento en largo de Rzatkowski dejó a Bradley Wright-Pillips con espacio por delante y sin defensores que le presionara. Viendo a su compañero Royer acompañándole en la jugada, el inglés decidió regalarle el gol a su compañero para poner al equipo por delante en el marcador.

A partir de ese momento el partido se abrió con un equipo como el visitante volcado al ataque en busca de un gol que no llegaba, y con los neoyorkinos generando varias ocasiones a la contra. Derrick Ettiene fue el protagonista de algunas de ellas, que sólo su falta de puntería impidió a su equipo cerrar el resultado.