El encuentro comenzó con un claro dominio del conjunto red, que se apoderó de la posesión del balón desde el primer minuto. Circulándolo con bastante dinamismo en terreno de juego contrario gracias a la gran movilidad de los interiores, en especial, del debutante Naby Keïta el cual estaba siendo el mejor jugador de los 22 en los primeros minutos, queue se estaban moviendo con bastante libertad, y que sorprendentemente estaban encontrando muchos espacios por las bandas, ante la telaraña tejida por Manuel Pellegrini con ese 4-1-4-1, algo engañoso. Pues ante el férreo estratagema defensivo que estaba planteando con los hombres de bandas, Michail Antonio y Felipe Anderson, que ya estaba dejando detalles de su calidad técnica, alternándose para defender por su respectiva banda, y generar así una falsa defensa de 5, que neutralizase la mayor vía de ataque de su contrincante: la banda.

Dominio apabullante de los reds

Salah logró anotar el primer gol del encuentro, tras rematar a portería vacía, un pase de la muerte del lateral Robertson, que ha cuajado una sobresaliente actuación, precedido por una conducción magistral del interior guineano, Keita. Tras el tanto, el conjunto dirigido por Jürgen Klopp siguió llevando la iniciativa del enfrentamiento con bastante claridad, presionando la salida de balón del oponente constantemente, como suele ser habitual en los locales, y generando diversas ocasiones de gol, tanto por el lado izquierdo, como por el centro, en el que los atacantes reds, se veían obligados a batallar con los defensores, que estaban formando jaulas entorno a los delanteros rivales. Conforme fueron pasando los minutos, y la contienda se aproximaba a la media hora de juego, el conjunto londinense empezó a presionar más a su rival en la salida de balón, y fruto de ello, tuvo la posibilidad de aproximarse algo más a la meta del guardameta Alisson, por medio de un Arnautovic muy aislado en ataque, y poco acertado de cara a gol.

Fotografía: Liverpool
Fotografía: Liverpool

Sin embargo, esa ligera mejoría de los hammers, no supuso nada más que un receso para el Subcampeón de Europa, que no tardó en retomar su dinámica de asedio, y de ocasiones, con un exquisito juego de combinación, casi al primer toque, iniciado por una excepcional salida de balón, liderada por un omnipresente James Milner, que se incrustaba por todos los frentes de la defensa, para dar ese segundo pase tan necesario. Lo cual confirmaba una evolución futbolística de este Liverpool de Jürgen Klopp, que estaba demostrando ser capaz de dominar un encuentro con el esférico, y con una notable brillantez, lo cual es novedoso en un equipo del técnico alemán, que siempre ha sido un técnico contra golpeador. Mané logró poner el 2-0 tras una gran triangulación, entre Robertson, Milner y el senegalés, que remató a portería vacía, para poner tierra de por medio, con todo el merecimiento.

Control y sentencia de los locales, con menor intensidad

El segundo acto comenzó con el mismo dominio del pentacampeón de Europa, que siguió teniendo la posesión, y manejaba el encuentro con la misma autoridad que en los primeros 45 minutos, ante un West Ham, muy preocupado de conceder espacios por miedo a salir goleado de Anfield. Mané logró anotar el 3-0, que suponía su segundo gol, desde el interior del área en clara posición de fuera de juego, con un disparo raso y ajustado, con un buen pase filtrado de Milner. Tras el tercer tanto, el Liverpool cedió más el balón durante unos minutos, y recuperó esa faceta del juego, de mayor verticalidad, tanto en la conducción como en los pases, y de atacar con más transiciones rápidas, tan típica de Jürgen Klopp y del fútbol inglés, que destaparon la debilidad hammer. Tras unos minutos de más velocidad en el juego red, estos volvieron a los tramos de posesiones largas, y de control del juego, con una menor intensidad en la presión.

Fotografía: Liverpool
Fotografía: Liverpool

Llegado el partido al ecuador de la segunda parte, mantuvo esa misma dinámica del juego, en la que el equipo de Jürgen Klopp empezó a dosificarse, con cambios un tanto incomprensibles, como el dar entrada a Henderson por Firmino, y retrocedió las líneas y redujo la presión sobre el rival, siendo más selectivo a la hora de desplegarse para atacar. Mientras tanto, el conjunto londinense, que se veía sentenciado, adelantó las líneas y buscó algo más la portería contraria, introduciendo en el campo a Chicharito Hernández y a Yarmolenko, que debutaba en Premier. Aunque conforme se acercaba el final buscaba la portería contraria con más desgana cuando tenía el cuero, y únicamente deseaba que el colegiado señalase el pitido final. El 4-0 llegó por medio de Sturridge a los diez segundos de entrar al campo por Salah, al rematar en el segundo palo, un córner botado por Milner desde la izquierda, y mal defendido por Sturridge.

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Sobre el autor
Tarek Guerrero
Redactor de fútbol inglés en VAVEL España.