Más allá de ganar en el estreno al Leicester por 2-1, el Manchester United de José Mourinho nunca logró convencer a sus fanáticos. La crisis fue aumentando sabiendo que los jugadores de categoría que se esperaban en el mercado, nunca llegaron. 

Sin embargo, le tocaba este domingo enfrentar al Burnley por la cuarta jornada de la Premier League en Turf Moor, con el objetivo imperioso de volver a sumar de a tres para sumarse a la pelea por el título, luego de las derrotas ante el Brighton y el Tottenham en las dos fechas anteriores. 

Pero, en frente, estaba otro necesitado y con urgencias, el Burnley. El equipo de Sean Dyche que se enfocó en hacer historia en la Europa League para llegar a la zona de grupos, pero su cuento de hadas llegó a su fin tras caer eliminado por el Olympiakos. 

De esta forma, y sin darse cuenta, fue dejando de lado el torneo local lo que llegó a sumar sólo un punto, producto de un empate ante el Southampton y dos derrotas, ante el Watford y ante el Fulham.

En este contexto, se aproximaba un gran partido a disputarse en esta competencia. Dos equipos con el objetivo necesario de volver a sumar los tres puntos para que la Premier League no se haga dura y difícil.  

Volver a ser

El United empezó a dar señales de vida ya en los primeros minutos de juego. En sólo tres minutos de haber comenzado el partido, una buena combinación entre Lukaku y Alexis Sánchez, terminó en un remate de Lingard que se iba apenas desviado. 

Unos minutos más tarde, otra vez el protagonista era Lingard. En este caso, el futbolista de la selección inglesa desvió un centro rasante y el portero alcanzó a cambiar su trayectoria con un ligero toque. De esta forma, los de José Mourinho mostraban su superioridad ante un Burnley que no lograba reaccionar. 

Pero, de todas formas, el Burnley comenzó a agarrar el balón y jugar más cerca de la portería defendida por David De Gea, pero sin peligro para el portero español. Aunque la visita era el que generaba más peligro. 

El reloj marcó 27 minutos de la primera parte. En ese instante, llegó el primer gol del encuentro. Alexis Sánchez habilitó de forma perfecta a Romelu Lukaku, y el delantero belga definió ante la salida del portero y anotó el 1-0 en favor del Manchester United. 

Con la anotación a su favor, el equipo de Mourinho se apoderó del juego y los tres delanteros fueron los amos y señores del partido generando cada vez más peligro en la portería defendida por Joe Hart, pero sin suerte. 

Hasta que, a un minuto del cierre de la primera mitad, el ex delantero del Everton aumentaba su ventaja cuando encontró un rebote dentro del área y anotaba su segundo tanto personal como del partido.

De esta forma, el Manchester United se llevaba dos goles de ventaja al vestuario ante un Burnley débil, que todavía parecía afectado por la eliminación en la Europa League. 

Los sostuvo ante la adversidad

En la segunda parte, mientras que se esperaba el cambio de mentalidad del local y que le comenzara a generar más peligro al Manchetser United, lejos estuvo de eso y el equipo visitante se afianzó más al encuentro. 

Hasta en el minuto 56 de juego, Antonio Valencia lanzó un centro al área para Alexis Sánchez, pero el ex portero del Manchester City se volvía a destacar y le quitaba el gol al chileno. 

Pero, en el minuto 65 de juego, la tarde el United comenzaba a oscureserse. Marcus Rashford caía en el área y el árbitro del encuentro cobraba penalti a favor de los de Mourinho. El mayor problema fue Paul Pogba reamtó y Hart evitó, una vez más, la caída de su valla. 

De esta forma, los locales comenzaban a generar peligro a la visita, pero sin ese desequilibrio como para preocupar a De Gea o para poder descontar ya que todos sus remates se iban desviados. 

Y eso no fue todo. Todo empezaba a empeorar más para el Manchester que en una acción infantil, Rashford reaccionó dándole un cabezazo a un rival y veía la tarjeta roja.

Sin embargo, el dominio de la visita seguía destacándose en el juego y pudo estirar su ventaja. El encargo, otra vez Lukaku que recibió un pase de Pogba, pero que el portero visitante logró controlar. 

Sobre el final, la última también sería para el Manchester United, pero con polémica por una supuesta mano de Mee, para evitar otro gol de Lukaku. En respuesta a eso, Vokes tuvo cabezazo a quemarropa dentro del área, pero que quedó en manos de De Gea. 

De esta forma, el United vuelve a sonreir tras conseguir el triunfo fuera de casa. A pesar de que está lejos, los de Mourinho alcanzaron la mitad de tabla mientras que, por el lado del Burnley, quedó en la posición número 19°, con un solo punto junto con Newcastle.