Es difícil para un equipo conseguir la motivación necesaria para nuevos objetivos, luego de haber conseguido uno tan importante. Francia se coronó campeón del mundo luego de 20 años, con una generación de jugadores jóvenes que son figuras en sus equipos, pero acompañados por otros futbolistas que ya llevan una vasta experiencia en lo que es vestir una camiseta tan importante como la de los 'Bleus'.

Sin embargo, los dirigidos por Didier Deschamps no se duermen en los laureles de ser los mejores del mundo, sino que van en busca de ser líderes absolutos de todas las competencias que disputen. Con vistas en lo que será la próxima Euro 2020, en la que buscarán quitarse la espina del torneo que organizaron en 2016, en el cual llegaron a la final y cayeron ante Portugal, los franceses querrán alcanzar el mejor nivel posible antes de que el balón ruede en ese certamen.

Para ello, la mejor opción es la UEFA Nations League, torneo creado por la entidad rectora del fútbol europeo y que engloba a todas las Selecciones Nacionales de ese continente en diferentes grupos con formato liguilla, del que se irán desprendiendo ascensos y descensos, además de las clasificaciones a Eurocopa y Mundial. Por supuesto, Francia se ubica en el Grupo A, junto con otras potencias europeas, como Alemania, rival al que enfrentó en la primera jornada, frente al que empató, y Holanda, con el que se midió en este segundo compromiso.

Los holandeses llegan en medio de una refundación tras haber quedado fuera de la pasada cita mundialista, a sabiendas de que es momento de barajar y dar de nuevo. Es así como ya no se ven nombres de enorme trayectoria en esta nueva Holanda, como Arjen Robben, Wesley Sneijder o Robin Van Persie, sino que aparecen otros de menor rodaje, como Memphis Depay, Frenkie de Jong o Kenny Tete, más allá de experimentados como Daley Blind o Virgil van Dijk.

Con un clásico 3-4-3, el equipo de Ronald Koeman buscó tomar por asalto un mítico Stade de France que se vistió de gala para recibir nuevamente a los campeones del mundo, con una fiesta digna de un equipo que hizo feliz a un país luego de mucho tiempo. Casi todos los habituales titulares en Rusia 2018 repitieron en este partido, a excepción de Hugo Lloris, quien fue reemplazado por Alphonse Aréola en esta nueva etapa.

No hubo que esperar mucho tiempo para que la paridad del marcador se rompiera en el minuto 14, cuando Babel y Daley Blind fallaron en despejar una chance peligrosa creada por Blaise Matuidi desde el extremo izquierdo, quien envió un centro corto que fue rematado a gol por Kylian Mbappé, el joven maravilla del que todo el mundo habló tras Rusia 2018. El delantero del París Saint Germain lleva nueve goles en sólo 24 partidos con la camiseta de Francia, números que demuestran su importancia.

Sólo Mbappé remató más veces durante la primera etapa que la propia Holanda, con una chance de cabeza que Jasper Cillessen evitó que acabase en gol. Tras el descanso, los holandeses comenzaron a animarse un poco más en busca de la igualdad, hasta que Ryan Babel logró convertir el centro de Kenny Tete, marcando así su primer gol internacional desde marzo de 2005.

Pero los campeones del mundo tienen un as bajo la manga. Resistido por muchos, es cierto, criticado a veces por su falta de gol, pero su trabajo en el campo de juego va mucho más allá de eso, y cuando se lo necesita, siempre está ahí para marcar la diferencia. Olivier Giroud apareció para rescatar a los locales en el último cuarto de hora, anticipando a Virgil van Dijk para rematar de volea y poner fin a una racha negativa que no había podido quebrar durante el Mundial de Rusia 2018.

De esta forma, el delantero francés alcanzó las 32 dianas con la camiseta de Francia, superando a Zinedine Zidane y quedando como el cuarto goleador histórico de ese país. Además, los de Didier Deschamps suman cuatro unidades y quedan como líderes tras las primeras jornadas de la UEFA Nations League.