Rumbo al séptimo título consecutivo, el Bayern tenía una prueba más. Teniendo en cuenta que la principal prioridad es la Champions, el técnico bávaro se dio el lujo de colocar un equipo alternativo, como cada vez que se disputa una jornada entre semana. 

A pesar de que los jugadores conformaban una alineación ''suplente'', cada nombre llevaba bastante jerarquía en cuanto a las habilidades individuales. Por esta razón se esperaba mucho de ellos ante un rival de poca envergadura.

James, Ribéry, Thiago y Lewandowski fueron relevados al banquillo.

Sin talentosos futbolistas como Tolisso, Rafinha y Coman, el esquema que propuso Kovac fue improvisado. Con mediocampistas de sobra y carencia de laterales, el entrenador no tuvo más opción que mover fichas sin cambiar el clásico 4-3-3 del Bayern.

Por otro lado, el Augsburg no tuvo su mejor inicio de temporada. Además de la larga lista de lesionados que posee en su nómina, el tímido juego  demostrado no le permitió sonreír de más en esta Bundesliga. Solo sacó 4 de los 10 puntos disponibles. La obligación de ganar era importante.

Su meta es lograr alguna posición provechosa de cara a la próxima temporada o morir en el intento. La primera victoria ante el recién ascendido Düsseldorf elevó la confianza que se extendió con la igualdad frente al complicado Mönchengladbach. Sin embargo, dos derrotas al hilo colocaron al Augsburg en la necesidad de sumar de a tres en su visita al Allianz Arena, la casa del último campeón.

Tímido arranque 

El partido tardó unos minutos en empezar tras el pitazo inicial. Como es costumbre, el Bayern intentó dominar con la tenencia de pelota sin contar con que el visitante se lanzó a presionar hasta la última línea. 

A pesar de las diferencias en construcción de jugadas, el Augsburg demostró estar a la altura de las circunstancias, al menos, en los primeros minutos del encuentro. Promediando la mitad del primer tiempo, el juego se volvió trabado. El Bayern no encontraba su verdadera y temerosa identidad. Los visitantes aprovechaban esta situación para incomodar a Neuer en más de una ocasión

Goreztka jugó en el lateral izquierdo, lo que limitó la proyección del equipo por ese andarivel. 

Sin embargo, solo fue cuestión de tiempo para que los bávaros reaccionaran y marcharon rumbo a la portería rival con todo su potencial característico. Renato Sanches lideró sin que sus compañeros de más experiencia aparecieran

Si bien los de Múnich atosigaron al contrincante, Luthe se convirtió en el héroe sobre los minutos finales. El portero del Augsburg tapó una de Sanches y luego ahogó el grito de gol de Wagner en dos oportunidades. La última fue una magnifica atajada a Gnabry para que ambos equipos se marcharan al vestuario con una igualdad en el marcador.

El motor alemán finalmente se encendió

Hacía falta un cambio de mentalidad para la segunda etapa. Kovac tenía la tarea de ajustar varias piezas en el esquema. La primera medida fue colocar a David Alaba sobre León Goretzka, desaparecido en acción debido a que el técnico lo recostó sobre el lateral izquierdo.

Todo funcionó a la perfección. Wagner impulsó un balón desde el fondo y lo mandó a correr a Gnabry, quien pivoteó y habilitó a Robben. Con la portería cubierta por los defensores visitantes, el holandés se tomó su tiempo y definió con potencia para que Seven Nation Army resonara en las tribunas del Allianz Arena.

Renato Sanches fue uno de los mejores en el Bayern | Foto: @FCBayern_Es
Renato Sanches fue uno de los mejores en el Bayern | Foto: @FCBayern_Es

El encuentro se tornó emocionante. El Augsburg nunca resignó el resultado a pesar de la superioridad de los locales. Luthe continuó por el camino del estrellato al taparle un remate de manera sublime a Renato Sanches.

El control de los de Múnich se mantuvo incesante en el juego. El único llamado de atención que le dio el equipo visitante fue un remate desde afuera del área, el cual Götze completó de taco y Neuer contuvo con facilidad. Promediando la mitad de la segunda etapa, Alaba tuvo una oportunidad desde un tiro libre que Luthe despejó hacia el córner. Replicó la acción con un centro de Ribéry unos minutos después.

Premio al esfuerzo 

Los datos dicen que si te duermes ante los bávaros lo pagas caro. Esta vez fue al revés. El equipo local se durmió y dejó llegar al rival, quien atacó con un gran temple hasta el final. En un tiro de esquina, la defensa de Múnich se durmió ante la mirada de su público. Gouweleeuw aprovechó para impulsar el balón hacia el centro y Felix Götze apareció para colocarlo adentro de la portería con el pecho.

Los últimos minutos significaron una pesadilla para el Bayern. No supieron cerrar el encuentro a tiempo, algo que les jugó en contra dentro del contexto de superioridad que se les había presentado. El Augsburg logró sacar un valioso punto de cara a lo que se avecina en la temporada.