Expectantes de buen fútbol llegaron los aficionados del Dortmund y del Leverkusen al BayArena. Y se fueron con ese deseo satisfecho. Uno más contentos que otros, pero sin ningún reclamo por la emotividad que tuvo el encuentro. El choque entre ambos conjuntos era uno de los más prometedores del fin de semana y no decepcionó.
El partido tuvo un comienzo ajetreado. En tan solo nueve minutos de juego, el equipo local ya se había puesto por delante. Lucas Alario salió del centro del ataque para mandar un centro desde la banda izquierda. El esférico atravesó toda el área y quedo picando sobre el borde frontal de la misma para la llegada del lateral Weiser. Con un potente y certero remate de primera, el alemán anotó el primer tanto.
Los locales siguieron imponiendo el ritmo del encuentro y, por ende, poniendo las ocasiones de gol. El argentino Alario tuvo un cabezazo sobre el minuto 18 para poder anotar el segundo, pero salió sin potencia. A ocho minutos del cierre del primer tiempo, el Leverkusen aprovechó las fallas del Dortmund en defensa y convirtió el segundo tanto.
Un tiro de esquina cobrado por Julian Brandt no pudo ser rechazado por la defensa. El balón quedó rebotando cerca al área chica entre un mar de piernas. Havertz logró puntearlo, se desvió en un defensor y quedó en los botines del central Tah. Con gran lectura de juego, el defensor enganchó y se acomodó para su pierna derecha y remató con libertad para poner el 2-0.
De esta manera terminó la primera mitad. Un panorama muy oscuro para el equipo que visitaba el BayArena, pues ni el marcador ni el juego estaban de su lado. Sin embargo, la segunda mitad tenía preparada otra cosa distinta para el partido.
Aunque hay que decir que esta comenzó igual que el primer tiempo, el Leverkusen tuvo oportunidades de aumentar la distancia apenas empezar. Bürki en una ocasión y el palo en otra fueron lo único que impidieron el tanto rival. El Leverkusen veía que podía hacer daño y cada vez atacaba con más ímpetu y con más efectivos.
El Dortmund intentaba contragolpear y Larsen tuvo un remate que prendió alarmas en el pórtico de Hrádecký. Sobre los 65 minutos volvió a aparecer el joven danés para concretar lo que había avisado previamente. Hakimi centró desde la banda derecha y Reus remató de primera contra el arco. El portero del Leverkusen atajó, pero dejó el balón muerto dentro del área chica y Larsen aprovechó para puntearla al fondo de la red.
Este gol fue el envión anímico que estaba buscando el BVB y fue un golpe que el Leverkusen no pudo resistir. Solo cuatro minutos más tardaron en empatar el encuentro. Los cambios de Favre empezaban a darle un nuevo aire a su equipo. Sancho, ingresado pocos minutos antes, se llevó el balón por la banda derecha, se lo dejó a Reus, quien la devolvió para el inglés dentro del área. Allí, el joven extremo pasó nuevamente para Reus y el alemán remató de primera. Un disparo inatajable.
Tomando en cuenta lo que había sido el encuentro en la primera mitad, el Dortmund se pudo haber conformado con el marcador. Pero no, pasó de largo y buscó mucho más.
Fue hasta los últimos momentos del encuentro cuando el Dortmund consiguió lo que buscaba. En el minuto 85, una jugada colectiva sobre la banda derecha terminó con un centro de Hakimi para Paco Alcácer. El español había comenzado la jugada y fue a finalizarla con un sutil toque con el botín derecho que venció al arquero rival.
El 2-3 era una realidad, aunque una muy momentánea y breve. El español tardó pocos minutos en aumentar su cuenta. El último minuto vio cómo el arquero local subía a cabecear para un tiro de esquina que quedó en los pies de un jugador del Dortmund. Rápidamente desplegaron el contragolpe y Alcácer quedo solo frente a un arco abandonado para poner el lapidario 2-4.