Este sábado dos de los elencos más sorprendentes de la llamada clase media de la Premier, Wolverhampton y Watford, se midieron en el Molineux. El local llegó al parón internacional en gran forma y querían una victoria que los acerque a puestos de Europa League. Sin embargo, fueron los Hornets quienes salieron airosos, alcanzando la séptima posición en la tabla, cancelando una racha adversa de cuatro encuentros sin victorias, y de paso cortando con el invicto de su oponente en su casa.

Dos impactos certeros

No había pasado demasiado hasta los veinte minutos de partido. El choque no había tenido demasiadas emociones y tampoco presentaba un dominador claro, pese a la intención primaria de Wolverhampton de intentar pararse en campo rival. Fue entonces que, en un abrir y cerrar de ojos, Watford destrabó la contienda con un par de goles tan fugaces como inesperados que decantaron el pleito en su favor. Abdoulaye Doucouré sacó el balón hacia atrás en dirección de Ettiene Capoué, quien ejecutó un remate seco desde algo más de veinte metros que dejó estacado a Rui Patrício, decretando el 1-0. Nadie había culminado de asimilar ese zapatazo que, cual rayo que cae del cielo, el cuadro visitante propinó a los Wolves un segundo golpe. Una recuperación inmediata tras el saque local le permitió a Watford subir el balón con rapidez y nuevamente Doucouré ofició de asistente ubicando la subida eléctrica de Roberto Pereyra, quien superó la salida de Rui Patrício con una definición de zurda llena de categoría. En tan sólo 38 segundos, los de Javi Gracia habían logrado una posición de comodidad en el encuentro que no abandonaron jamás.

Roberto Pereyra y un gran presente. Luego de sumar otra convocatoria con Argentina, su vuelta al ruedo en liga fue anotándose en el marcador. (Foto: Watford FC)
Roberto Pereyra y un gran presente. Luego de sumar otra convocatoria con Argentina, su vuelta al ruedo en liga fue anotándose en el marcador. (Foto: Watford FC)

Los Wolves, sin respuesta

Nuno Espírito Santo intentó dar vuelta la historia con un cambio de timón desde el banco: Jonny le dejó su lugar a Rubén Vinagre y más tarde Ivan Cavaleiro ingresó por Raúl Jiménez. Sin embargo el Wolverhampton careció de ideas para inquietar a su rival. Watford defendió como acostumbra, replegando sus dos líneas de cuatro para no dejar espacios ni a Diogo Jota ni a Hélder Costa. Inclusive, un contragolpe pudo haber estirado la distancia para la visita, pero Conor Coady apareció justo para cerrar a un Doucouré que estaba presto a definir. En los últimos quince minutos recién pudieron verse algunas llegadas de riesgo del local, aunque ninguna pudo caer al marcador. Hélder Costa, el más incisivo, lo intentó sin suerte en dos ocasiones, mientras que Cavaleiro desperdició un cabezazo desde el punto penal. No fue el día de los Wolves en el Molineux y los Hornets, cuyo arranque había sido perfecto pero luego hilaron cuatro partidos seguidos sin victorias, consiguieron reponerse de esa mala racha ante un adversario cuyo presente (cuatro victorias, tres empates y solamente una caída) comenzaba a ilusionar a sus hinchas. En el duelo de la clase media en ascenso, los puntos viajaron hacia Vicarage Road.

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