Los dos equipos venían en un forma muy similar (dos partidos consecutivos ganados, 3 goles marcados, ninguno en contra, cuartos en su liga respectiva) y dejaba prever un partido parejo. El Marsella empezó fuerte atacando en los primeros minutos e imponiendo un ritmo elevado en el partido pero sin mucha creatividad al acercarse al arco italiano.

Pero a los 10 minutos en un córner cualquiera, Mandanda anticipó mal su salida y dejó Wallace poner un gol de cabeza a la altura del primer palo.

Muchos fallos defensivos marselleses

Lo que más resaltó del partido fue la pésima prestación de la defensa marsellesa, que dejaba muchísimos espacios para los atacantes laziales, sobre todo Immobile, que parecía imparable y que hacía de todo, remates, carreras, pases muy precisos.

Rami parecía seguir de vacaciones. Pero no hay que culpar únicamente a los defensas ya que en el medio campo hubo muchos errores técnicos y poca inspiración individual. Strootman no se parece para nada al jugador que jugaba los derbis de Roma los años anteriores.

Muy preocupante de cara al Classique del domingo

Ya que hablamos de la prestación defensiva y del medio campo, tampoco podemos estar satisfechos de la animación ofensiva del equipo galo. Las únicas ocasiones de gol fueron tiros desde fuera del área, desde los 30 metros muy poco peligrosos para captar para Strakosha el guardameta de la Lazio.

También esa repetición de tiros desde lejos con poca potencia revelaba la carencia de movimientos ofensivos y de velocidad en los desmarques para poder tirar desde dentro del área. Un golazo del montenegrino Marusic en los últimos segundos del partido enterró las últimas esperanzas del Marsella empatar y seguir luchando por el segundo puesto del grupo. Esta pésima prestación, la peor hasta ahora según Rudi García deja muy pesimista a los aficionados marselleses. Ojalá vuelva el goleador del momento Florian Thauvin para el domingo para (tal vez) soñar con un empate.