Noche de lunes o, Monday Night Football, de lujo en Wembley. Spurs y Cityzens llenaban de alegría la amarga noche de lunes inglés tras el fallecimiento del dueño del Leicester City, y el resto de tripulantes del helicóptero que se estrelló en los aledaños del estadio. Dos equipazos querían hacer olvidar la tragedia aérea, y, aunque el estado lamentable y bochornoso del césped de Wembley no ayudase, puede ser que lo consiguieran.

Zarpazo y a sufrir

Siendo un lunes posterior a jornada de Champions y previo a ronda copera, se esperaba alguna noticia en los onces, y así fue. Guardiola optó por seguir dosificando a De Bruyne, mientras Mahrez y Bernardo sigan a un nivel superlativo. Los otros damnificados volvieron a ser Gabriel Jesús, Sané y Otamendi, que siguen perdiendo importancia en el equipo, de hecho, solo el brasileño entró al partido, y en el descuento. Pochettino, por su parte, dejó en el banquillo a Eriksen, Alli y Son, dando entrada a Sissoko, Moura o Lamela. Pero el partido no decepcionó, excepto por el césped.

Mahrez celebra su gol. Foto: getty Images
Mahrez celebra su gol. Foto: Getty Images

El Manchester City salió con todo a resolver el encuentro del barrizal de Wembley, haciendo justicia al apodo que se le ha puesto en Inglaterra, el Shark Team. La mordiente inicial del equipo visitante permitió a los de Guardiola superar la defensa local una sola vez, y suficiente, a los siete minutos. Un pase atrás de Sterling habilitaba al argelino Mahrez, que está, como diría aquel, con el picorcito, y lograba batir a Lloris de primeras con la zurda.

Sin embargo, a partir de ahí, el fútbol fue cambiando de manos, o en este caso, de pies. El equipo local dispuso una tela de araña con los cinco hombres del centro del campo, y puso en aprietos al City de Guardiola, que sufrió en exceso. Tan solo Mahrez y Bernardo Silva mantenían el nivel del City. Aún así, la primera mitad tuvo muchos matices futbolísticos, que hubieran sido más, con un césped a la altura del partidazo del lunes.

Foto: Getty Images
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Cambio de papeles

Otra actitud es posible, debió pensar Guardiola, al parecer. Y es que los suyos salieron totalmente cambiados del paso por los vestuarios. Porque el Manchester City salió a ganar, a dominar, a asfixiar al Tottenham, y lo consiguió, en parte, ya que no materializó las ocasiones que tuvo, pero aguantó el resultado, con sustos eso sí.

El equipo Cityzen decidió juntar líneas para robar y abrirse mucho a la hora de enfocar la portería de Lloris y consiguió recuperar la pelota totalmente, y así, el dominio. Silva y Bernardo se pusieron a repartir fútbol ante una pareja Dembelé-Dier que perdió protagonismo y espacio en el segundo tiempo. 

Foto: Getty Images
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El número de ocasiones claras se disparó en la segunda mitad, teniendo en vilo el marcador hasta el final. La primera clamorosa fue para los visitantes, cuando Silva tuvo la opción de tirar en el área pequeña pero decidió ceder el esférico a Sterling que, de manera forzada y ante una portería repleta ya de defensas, no pudo marcar.

Casi acto seguido llegaron más llegadas a un lado y a otro del campo, siendo la más destacada la de Lamela. El City arriesgó en la salida de balón y Mahrez cayó en la trampa Spur, perdiendo un balón trágico con el equipo totalmente abierto. Dele Alli condujo el esférico casi regalándole el gol a Lamela en el momento idóneo, pero un mal remate del argentino, unido al mal bote del balón, desviaron la pelota muy por encima del travesaño de la portería de Ederson, dejando sin empate a los locales.

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Al final, 0-1 merecido para el City que vuelve a ser líder, y que afronta la semana copera con garantías y certezas. Los Spurs pierden comba con el liderato y con los puestos Champions, y se ven obligados a apretar en las próximas semanas para no descolgarse de todos los objetivos, ya que están lejos del título liguero, casi eliminados en Champions, y se juegan la continuidad copera ante el West Ham a domicilio.