Dos tiempos completamente distintos, en la primera mitad el Napoli salió a resguardarse e intentar crear peligro mediante contragolpes. El plan de Ancelotti se estaba ejecutando de gran manera, al PSG le costó horrores transformar la posesión de balón en peligro para su rival; no había pases entre líneas, no encontraban espacios para las combinaciones, los ataques parisinos sólo prosperaron cuando Neymar iba a buscar el balón a 80 metros del arco, creando y armando ocasiones a través de gambeta, magia y visión de juego. "Neymardependencia" en Paris. Del resto poco y nada, Tuchel solo utilizó un mediocampista nominal - Verrati – apostó de nuevo por Di María y Draxler de interiores (contra el Lille también salió así), dejó en el banco a Cavani y ni siquiera dio minutos a Rabiot. A veces parece que le cuesta al DT alemán encontrarle la caída al equipo, el cual sigue dejando muchas dudas en sus presentaciones.

Cavani ingresando en la segunda mitad. Foto: Getty images.
Cavani ingresando en la segunda mitad. Foto: Getty images.

El Napoli estuvo muy cómodo en la primera mitad, la presión se efectuaba cuando el rival intentaba cruzar el mediocampo, impidiendo la llegada con comodidad al último tercio de cancha. Un trámite tranquilo con efectos contraproducentes para los italianos, ¿Por qué? Porque renunció a su identidad de juego. Ancelotti dejó de lado lo que venía realizando para trabajar algo en lo cual su equipo no se siente cómodo: Ceder la iniciativa del ataque a su contrario. El plan no le estaba saliendo del todo mal, de hecho, el PSG no había tenido oportunidades claras de gol, apenas habían conseguido generar peligro de cara al arco de Ospina. Parecía que finalizaba el final del primer tiempo sin goles, pero después de una larga e inofensiva posesión se le encendió el foco al crack, le vino la luz a Neymar; que sin tener recorrido en su pierna derecha y rodeado de rivales, le puso un extraordinario balón a Kilian Mbappé, para que este se inventara una gran jugada individual a pura potencia, y así asistir a Juan Bernat para poner el 0-1 dejando enmudecido al San Paolo en la última acción de la primera parte. No tardaron en llegar las quejas de los protagonistas, porque el gol llegó unos segundos después de haber finalizado el minuto extra, agregado por el principal Bjorn Kuipers. Terminó el primer tiempo con todo Napoli protestando –Incluido Ancelotti- y con el ex  del Betis Fabián Ruiz, amonestado por una actitud antideportiva.

Neymar conduciendo. Foto: Getty images.
Neymar conduciendo. Foto: Getty images.

Despertó el Nápoles

Tras sufrir el 0-1 parcial de la forma más dolorosa (última acción del primer tiempo), el Nápoles saltó al césped de San Paolo a comerse vivo al rival. Era una actitud y disposición totalmente distinta al primer tiempo; presión alta, recuperación del esférico tras pérdida inmediata, combinaciones en campo adversario y mucho peligro generado. Fueron 20-25 minutos intensos del conjunto del sur de Italia, que iban a tener su recompensa. No tardaron las aproximaciones y los avisos de parte del combinado napolitano, el incansable Buffon tuvo que intervenir cinco veces en quince minutos para salvar su valla, dos fueron atajadas monumentales ante remates de Insigne y Mertens. Sino era por Gigi el resultado en Nápoles hubiera terminado con tres puntos a favor del cuadro italiano, aunque se debe recalcar que el mismo Gianluigi fue el infractor en la jugada del penal que empató el partido. Un error de Thiago Silva dejó el balón botando en el área, obligando a Buffon a salir al corte, pero Callejón anticipó a la leyenda italiana y este le cometió una clara infracción. La pena máxima seria ejecutada por Lorenzo Insigne, el joven atacante no titubeo y cruzo su remate rasante al palo derecho de Buffon, que adivinó la intención pero era un disparo inatajable.

El momento del penal. Foto: Getty images.
El momento del penal. Foto: Getty images.

Nervios e imprecisiones

Después del empate parcial, al conjunto napolitano le pasó factura el desgaste realizado para encontrar la igualdad. Se ubicaron más atrás, buscando aguantar el resultado que los dejaba primeros grupo. La defensa tuvo un desempeño formidable, prácticamente no se inquietó a Ospina los últimos 20´ de partido, y en general tuvo poca acción el arquero colombiano.

El PSG no encontró los caminos para generar ocasiones de riesgo, el colectivo se montó a la espalda de Neymar que fue absorbido por la férrea defensa napolitana. El diez intentó, buscó, no se rindió pero no logró darle a su equipo la victoria. ¿El resto? Poco ayudaron al brasileño, algún destello de Mbappé o un pique al espacio de Bernat (el español fue de lo mejorcito del equipo de Tuchel.) Muy pobre versión del combinado de la capital francesa, que ahora están en una situación complicada para conseguir el pase a los octavos de final. Los parisinos están terceros con cinco unidades de doce posibles y les toca recibir al Liverpool y viajar a Serbia para enfrentar al Estrella Roja. Dos encuentros muy complicados y donde están obligados a sumar de a tres.

Foto: Getty images
Foto: Getty images

El anfitrión de la noche no quedó clasificado ni mucho menos, pero se van con la sensación y satisfacción de haber sido mejor que el PSG no solo en el San Paolo, sino también en el primer partido disputado en Paris. Ni hablar de la tranquilidad de estar primeros de grupo, si bien están compartiendo el primer puesto junto al Liverpool con seis unidades, los de Ancelotti son primeros por la victoria conseguida a domicilio sobre los de Klopp. Los últimos dos partidos de Napoli en la fase grupos son: la visita a Liverpool en Anfield y el cotejo ante el Estrella Roja de local. Una victoria y un empate significaría prácticamente amarrar el pase a octavos, dos victorias el primer puesto del grupo, dos derrotas la eliminación y dos empates la incógnita de los demás resultados. Va a ser tremendo el final de este grupo.