Partido especial en el King Power Stadium, era el primer partido que los chicos de Claude Puel jugaban en casa después del accidente de helicóptero pero no fueron capaces de dedicarle la victoria a su ex propietario.
En Leicester, los aficionados empezaron el partido mucho antes del pitido inicial. Toda la ciudad se agolpó en Jubilee Square, para caminar rumbo al estadio con mensajes póstumos para "The Boss". Una vez en el campo, una multitudinaria ofrenda floral antecedió al minuto de silencio que estremeció toda la ciudad.
Una vez el árbitro decretó el inicio del partido, los locales salieron a por el mismo con la intención de brindarle un homenaje más especial todavía a su difunto presidente. La ocasión más clara del primer tiempo, estuvo en las botas de Jamie Vardy, el estadio ya cantaba gol pero el defensa del Burnley, Matthew Lowton, fue capaz de despejar el balón sobre la misma línea cuando rondaba el cuarto de hora de partido. Tan solo cinco minutos más tarde era Rachid Ghezzal el que estrellaba el balón el poste.
En el segundo tiempo, el encuentro se mantuvo por los mismos lares, el Leicester mantuvo el pie en el acelerador y si no llega a ser por el guardameta, Joe Hart, el resultado del encuentro podría haber sido bien distinto.
El análisis
Los foxes tuvieron ataques dinámicos, puesto que crearon numerosas ocasiones de gol y dominaron cualquier aspecto del juego ofensivo, hicieron daño desde los laterales, gracias al despliegue de Mark Albrighton por la derecha y Demarai Gray por la izquierda. Dispararon desde largas distancias e incluso tuvieron peligro a balón parado, pero todo ello pareció poco dado que no consiguieron abrir el marcador, por la falta de puntería que padecían. Ni siquiera la entrada de Okazaki o Iheanacho le proporcionó al equipo esa chispa de gol que era incapaz de encontrar.
Por otro lado los chicos de Sean Dyche, perdían la posesión a menudo y sus pocas ocasiones de peligro fueron mediante disparos lejanos (el 50% de sus lanzamientos fueron desde fuera del área) y desplazamientos largos en busca de sus delanteros, Sam Vokes y Chris Wood que estuvieron prácticamente los noventa minutos fuera del partido.
Un empate que sabe a poco
Más allá de que los locales merecieron ser los claros ganadores del partido, con este empate pierden un poco de fuelle en su lucha por clasificarse a Europa League, siempre y cuando Manchester United, Everton o incluso Wolves no consigan llevarse los tres puntos en su compromiso liguero de este fin de semana.
La situación es más grave para un Burnley que lleva cuatro jornadas consecutivas perdiendo, no consigue ganar en Premier desde que venciese a domicilio al Cardiff City (1-2) partido que se jugó el 30 de septiembre, unos resultados muy pobres para un equipo que lucha por mantenerse en la máxima categoría de el fútbol inglés, todos estos resultados desilusionan a una afición que el año pasado vio como su equipo se convirtió en la gran revelación de la competición,al terminar en un honorable séptimo puesto, y coquetear durante mucho tiempo con puestos europeos.
Último adiós a Vichai
Una vez finalizado el encuentro, todos los jugadores de la plantilla del Leicester City dieron una vuelta al campo junto con familiares del presidente fallecido, con la intención de realizar la despedida al hombre que marcó la historia del club, que consiguió ganar por primera vez la Premier League en la temporada 15-16. Él ha dejado al fútbol, pero lo que realizó nunca lo olvidará ningún aficionado del deporte rey, ni mucho menos un aficionado del Leicester, además de ser una lección para cualquier club del mundo.
