Dicen que los cambios son buenos para oxigenar y descomprimir situaciones tensas, y vaya si lo han entendido en el Manchester United. Con el despido de José Mourinho, llegó la etapa como entrenador interino de Ole Gunnar Solskjaer, quien consiguió un juego mucho más suelto de la plantilla, distinto a lo que se veía con el portugués, y en su primera jornada al mando, ante Cardiff City, consiguió un contundente triunfo por 5-1.
Lejos de ser una mera casualidad y una anécdota más para esa frase hecha que dice que “entrenador nuevo siempre triunfa,” el noruego revalidó lo conseguido con otros tres puntos de oro, esta vez ante Huddersfield Town, en el Boxing Day. Con el empujón anímico que supuso la goleada ante Cardiff City, Old Trafford recibió con nuevos aires a los de Solskjaer, que se mostraron en un nivel mucho más alto, que incluso ha comenzado a despertar sospechas de si lo que ocurría con Mourinho no era un asunto por fuera del campo.
Anthony Martial no pudo formar parte de la nómina para este partido, debido a una enfermedad, por lo que el United perdió a ese jugador desequilibrante y con capacidad goleadora en el que se ha convertido el volante francés. Terence Kongolo advirtió a David De Gea y todo Old Trafford con un remate muy cercano que se marchó desviado, pero que en el primer cuarto de hora supuso un susto grande para el conjunto local.
Huddersield se reconfortó en la retaguardia del campo, cediéndole el protagonismo a un United que pocas ideas lograba realizar. Sin embargo, la fortuna que le era esquiva con Mourinho en el banquillo, esta vez le sonrío a los ‘Red Devils’, ya que Nemanja Matic capturó un balón suelto tras el desvío del remate de cabeza de Victor Lindelof y lo canjeó por el gol que significaba la apertura del marcador.
El nuevo cantico que se hizo popular entre los aficionados bajó desde cada una de las tribunas de Old Trafford, que entonaron el “Ole, Ole, Ole”, en honor a su entrenador interino. Mientras tanto, el Manchester United comenzó a encontrar los espacios para poder jugar más holgado, con Diogo Dalot teniendo su oportunidad de marcar.
Así los minutos finales de la primera etapa se extinguieron y el Huddersfield tuvo que salir renovado a la segunda mitad, para intentar conseguir el empate, pero allí comenzó a aparecer el Santa Claus del Manchester United: David De Gea. El guardameta español salvó la caída de su valla y despertó a sus compañeros, que habían salido un tanto dormidos a jugar el segundo tiempo.
Con ese ímpetu que lo caracteriza, Marcus Rashford escaló por la derecha, cortó camino con Juan Mata y el español asistió a su compatriota, Ander Herrera, para que este le cediera el festejo a Paul Pogba, quien repetiría unos minutos después, con un remate que aseguró el triunfo y le dio un poco de aire a un Manchester United que no deseaba pasar sobresaltos en el final del encuentro.
Sin embargo, los locales fallaron nuevamente en mantener la valla invicta, puesto que en los últimos minutos apareció Jorgensen para que Huddersfield convirtiera el gol del honor. Pese a esa decepción sobre el final, los rostros de los aficionados del United mantuvieron su sonrisa ante el segundo triunfo consecutivo de su equipo, con puntaje perfecto de seis puntos conseguidos en seis posibles para el entrenador interino.
El calendario marca que el siguiente compromiso de los dirigidos por Ole Gunnar Solksjaer será Bournemouth, también en Old Trafford, mientras que Huddersfield Town deberá viajar al Craven Cottage para enfrentar al Fulham, otro equipo que necesita imperiosamente los tres puntos.