Con caminos curiosamente similares en fase de grupos y octavos de final, junto a una evolución en el juego de menos a más, Liverpool y Tottenham se verán las caras en esta final. Un libreto escrito por ingleses, pero dirigidos por un alemán y un argentino. 

Ambos con caminos difíciles, Tottenham compartió grupo con Barcelona, Inter de Milán y PSV.  Mientras que Liverpool, hizo lo propio con PSG, Nápoles y Estrella Roja. Los dos tuvieron que esperar hasta el último instante para ver pasar de ronda, los Reds se aferraron a una mano salvadora de Becker sobre el final en el duelo ante Nápoles en Anfield, Tottenham se encomendó al PSV, que no tenía que perder en Italia mientras ellos debían sacar un punto – al menos – en el Camp Nou. Todo se dio, clasificaron por la ventana, pero lo consiguieron. 

En octavos entre los dos se repartieron a los clubes más importantes de la actualidad en Alemania: Borussia Dortmund y Bayern Múnich. Los Spurs barrieron, el global fue un abultado 4-0. Los Reds sufrieron un poco más en Inglaterra, pero en Alemania dieron un golpe de autoridad superando 1-3 en el Allianz Arena

En cuartos, los de Klopp resolvieron de forma “sencilla” su eliminatoria, sin necesidad de ser brillantes, demostraron toda se pegada y contundencia de cara a puerta. Los de Pochettino, por otro lado, sufrieron hasta el final en una de las series más emocionantes de la historia de la competencia, el 4-4 (global) ante el City de Guardiola. Se hicieron fuerte de locales, supieron sufrir en el Etihad y El VAR les dio una mano en el último suspiro. Así llegaban ambos a las semifinales.

Un idealista contra un realista


Klopp tiene un estilo de juego bien definido, su propuesta es innegociable y la lleva a dónde va sin importar la situación. No hay excusas, si su estrella se lesiona o si el rival enfrente es nominalmente superior, él va a la guerra y su adversario ya sabe cómo va a plantarse, que dará batalla y que sin importar casi nada, no traicionará su estilo/propuesta. 

Klopp celebrando la clasificación ante el FC Barcelona / Foto: getty images
Klopp celebrando la clasificación ante el FC Barcelona / Foto: getty images



Del otro lado, Pochettino. Un técnico que entiende de contextos y ha construido un equipo capaz de adaptarse a casi cualquier circunstancia. En esta Champions, hemos visto distintas versiones del Tottenham para cada partido/eliminatoria, escenario – y sobre todo – contexto.

Ante PSV, por ejemplo, eran favoritos y debían actuar como tal, proponiendo y llevando el peso del encuentro. Lo mismo sucedió ante el Inter, tanto en Italia cómo en Londres. Ante el Barça, le tocó ejercer un rol menos protagónico, algo parecido a lo sucedido en el Etihad en la vuelta contra el City. Y la eliminatoria de Semis – vs Ajax – se vio la versión más versátil y desarticulada de Pochettino. En ambos duelos, planteó de dos formas distintas, ninguna le funcionó, por eso le tocó tirar de cambios estructurales y nominales. Erik Ten Hag ganó la batalla táctica en ambas primeras partes, reduciendo al Tottenham a su mínima expresión en Holanda.

Mauricio en los entretiempos logró reponerse, emparejó los trámites desde su inteligencia estratégica y supo dar en las teclas claves. En Londres no pudo plasmar esa recuperación en el marcador, en Holanda sí, y terminó llevándose el pase a la final con una remontada histórica. 

Liverpool también hizo historia, pero en un contexto muy diferente, de local con el Anfield entonando el “You'all never walk alone” ante un Barcelona frágil mentalmente. ¿Menos mérito? Por supuesto que no, Klopp y su Liverpool ejecutaron un plan perfecto, una hazaña épica, sin dos de sus máximas figuras, dejando en cero a jugadores cómo Suárez y Messi, algo nunca visto en esta competencia. Pero hay que decir, que tuvo una realidad algo más favorable, tiempo de preparación, en su casa, etc. Tottenham no, y eso debe reconocerse. 

Las defensas ganan campeonatos 

Mucho se habla de la faceta ofensiva de ambos clubes. Las transiciones defensa-ataque de los dos son fenomenales, la circulación de la pelota del Tottenham, el Rock and roll del Liverpool, del tridente red, el momento de Son... pero poco se habla de lo importante que será el trabajo defensivo. 

Liverpool, en esta faceta, llega mucho mejor. Ciertamente, Messi los vulneró y exhibió en el Camp Nou con sus genialidades, y en Anfield, Barcelona tuvo cuatro situaciones concretas para liquidar la eliminatoria. Pero eso no resta puntaje a la espectacular performance defensivo de los Reds. Y hay que citar un nombre puntual, Van Dijk.

Van Dijk celebrando / Foto: Getty images
Van Dijk celebrando / Foto: Getty images

El holandés es imprescindible en el fondo. Desde su llegada, el Liverpool dio un salto de calidad incuantificable. Su sentido de anticipación y posicionamiento cumple con el primer requisito del ‘atacar defendiendo’, en un conjunto tan ofensivo y poco especulativo, tener un central de sus características es impagable. Al final, salió económico el central más caro de la historia. 

Pochettino, el indescifrable

Acá hay disyuntivas, porque Mauricio no tiene esquema fijo. Te sale con línea de tres con carrileros ofensivos, cómo con una línea de cuatro. Incluso planteó una línea con cuatro centrales, donde uno de los stopper quedó reconvertido a la banda y un carrilero derecho, fue en la ida de los octavos ante el Dortmund (Revisen el gol de Vertonghen ante el Borussia, el belga jugó de carrilero por izquierda, Aurier, carrilero por derecha, puso la asistencia).

La formación del Tottenham en el 3-0 vs el Borussia Dortmund / Foto: LaPizarraDelMister.com
La formación del Tottenham en el 3-0 vs el Borussia Dortmund / Foto: LaPizarraDelMister.com

Pochettino es un acertijo muy difícil de resolver, quizás, ni el mismo Bruce Wayne pueda ayudarnos con esta disyuntiva. ¿Por qué? Porque se enfrentó siempre a rivales con esquemas parecidos. Casi todos con tres atacantes y en casi todos los duelos, cambió formación.

Lo cierto es, que se ve bien afianzada la línea Davinson, Vertonghen y Alderweireld. Acompañados por dos carrileros (¿Aurier y Rose?) puede ser una opción viable para el sábado.
 

La intransigente ley del que gobierna el medio, gobierna el partido y por ende, el desarrollo

Hay distintas formas de gobernar el juego, pero la forma más clara es gobernando el medio sector. ¿Cómo haces esto?, ¿Con la posesión? No necesariamente. La mejor forma es hacer jugar a tu rival como quieres. El ejemplo claro fue la primera mitad de la Final de Copa del Rey, Barcelona - Valencia. Dónde los de Marcelino, pese a no tener dominio territorial lograron gobernar durante el primer tiempo haciendo jugar a su rival cómo querían. “Oye, pero es que el Barça dominó el medio en ese partido”, No. El medio campo lo dominaron Parejo y Coquelin con dos actuaciones soberbias en defensa y elaboración. Destruyendo y creando, ellos dos le pintaron la cara a Rakitić, Busquets y Arthur (hablando exclusivamente del primer tiempo). 

En esta final, el dominio territorial no será más importante que en la final de Copa del Rey, pues el que dominé será el que imponga condiciones desde su planteamiento. Sometiendo al rival desde lo mental y emocional, haciendo que juegue como ellos deseen.

Después, en el fútbol hay muchas matices, el que imponga condiciones no quiere decir que ya ganó. Este es un deporte de momentos y cualquier cosa puede pasar en un trámite tan peculiar. Pero la misión principal es esa, dominar y someter de arranque, “el que pega primero, pega dos veces".  

Duelo en el medio

Klopp ha demostrado no ‘casarse’ con ninguna alineación, Nabil Keita, Milner, Fabinho, Wijnaldum y Henderson, cinco nombres para tres puestos considerando que Klopp saldrá con su 4-3-3 marca registrada.

Dependiendo de lo que busque decidirá, quizás la única certeza sea Fabinho, que tuvo un rendimiento fantástico en su rol de volante central ante el Barça y en toda la campaña. Luego tendrá el problema de los interiores, los cuatro nombres que restan cada uno son para funciones diferentes. Wijnaldum es el de mayor dinámica, Milner aporta experiencia, liderazgo y despliegue, Henderson, es similar a su compatriota, pero con más llegada, en cambio James, con más inteligencia y visión. Mientras que Nabil, es un interior muy ofensivo, con gran habilidad, pase y capacidad asociativa. Seguramente habrá un mix, pero la elección no es simple. 

En Tottenham la situación no es mucho más clara, pero sí hay nombres seguros

Es muy difícil que Pochettino prescinda ciertos nombres:  Eriksen, Sissoko y Dele Alli (pese a que el último no ha tenido buen rendimiento). Eriksen es el distinto de los Spurs, de sus pies, nace la creatividad del equipo, jugador top. Sissoko es una aspiradora, absorbe todos los balones en faceta defensiva y después distribuye con mucho criterio, además, aporta llegada y un gran despliegue. Dele Alli, es el elemento de impacto, el que tiene que asistir y lanzar a los delanteros sin descuidar su función de “medio delantero” por eso es importantísimo que el inglés puede mostrar su mejor versión, como lo hizo ante el Ajax durante el segundo tiempo en Holanda.

Eriksen y Sissoko celebran en Holanda /  Foto: Getty images
Eriksen y Sissoko celebran en Holanda / Foto: Getty images



Luego hay varios jugadores que pueden acompañar a estos tres, dependiendo del esquema claro está, pero la duda es ¿Quién ejercerá ese rol complementario? ¿Winks, Wanyama? Si Klopp la tiene complicada, Pochettino no se queda atrás

Jugadores importantes, pero con menos marketing

¿Salah, Mané, Firmino? Por supuesto, son jugadores que están llamados a marcar diferencia, pero hay dos defensores reds manos mediáticos y que tienen un peso especial en ataque: Andrew Robertson y Trent Alexander-Arnold. El escocés y el inglés han tenido un rendimiento fantástico en faceta ofensiva, sus registros de asistencias son impactantes para el rol. Será interesante ver qué acciones tomará Pochettino para bloquear esta clave por las bandas de Jürgen Klopp.

Arnold y Robertson en rueda de prensa / Foto: Getty images
Arnold y Robertson en rueda de prensa / Foto: Getty images

Los llamados a marcar diferencias

Esos son los delanteros, aquellos capaces de cambiar el rumbo de un partido por el rol que ejercen dentro del campo. Por puesto, son los que mayores oportunidades tienen de anotar, por eso, deben marcar la diferencia.

Del lado Red está el temible tridente conformado por Salah, Mané y Firmino. El senegalés y el egipcio muchas veces se llevan los reflectores por su velocidad y capacidad para atacar los espacios entre centrales y laterales, de allí nacen las mayorías de sus goles y asistencias. Pero, ¿De dónde se generan estos espacios que conceden las defensas contrarias? De los movimientos con – y sobre todo – sin balón de Roberto Firmino.

Firmino lanzando lujos en el entrenamiento de fútbol / Fotos: Twitter oficial del Liverpool
Firmino lanzando lujos en el entrenamiento de fútbol / Fotos: Twitter oficial del Liverpool

El brasilero es un jugador que rompe partidos, no le hace falta anotar para sobresalir, le basta con cumplir su tarea de hacer jugar al equipo y mejorar a sus compañeros. Bobby, forma parte de ese reducido grupo de jugadores que son figuras cuando saltan al campo, y que cuando no está, se siente aún más su importancia.

La dupla de los Spurs

La letalidad del segundo coreano más peligroso del mundo y de un Hurrikane desenfrenado que llega con hambre de gloria. Heung min está atravesando el mejor momento de su carrera profesional, después de ganar la medalla de oro con su selección y gambetear el servicio militar, no ha  parado de marcar diferencias. En la historia quedará su actuación en la serie contra el Manchester City, una performance que le permitió a su equipo vencer a uno de los mejores equipos de toda Europa y en especial, clasificarse a la segunda semifinal de Champions de toda su historia.

Harry Kane por otro lado llega con el arco entre ceja y ceja, su titularidad no es segura, pero su capacidad goleadora es indiscutible. El Tottenham confirmó su presencia para este sábado, pero el inglés recién viene saliendo de una lesión, así que Pochetinno tendrá que elegir entre arriesgar a Harry, o resguardarlo para la segunda mitad. Una decisión cuanto menos, complicada.

Enjoy the show

El fútbol es hermoso porque es inexplicable a veces. ¿Cómo explicas que dos equipos que estuvieron 3-0 abajo en sus respectivos globales terminen clasificándose? Es muy difícil, quizás la respuesta que más se asemeje es que esto es una ciencia poco exacta. En donde los momentos, las matices, los “pequeños” detalles marcan la diferencia.

Analizar a dos técnicos y dos equipos tan fascinantes, es un privilegio. Pero la verdad  es que todos estos análisis terminan desfasados cuando el árbitro pita el final, o cuando el último penal de la tanda decide el desenlace, porque el fútbol en indescifrable. Se intuye que puede llegar a pasar, ¿pero acaso alguien puede saberlo con total certeza? La respuesta es no. En el fútbol como en la vida, nadie tiene la verdad absoluta.

Sólo queda esperar y disfrutar de esta pugna épica e histórica, de las figuras, del ambiente, del encuentro que todos esperan. Porque el que ama este deporte, no puede perderse este partido. Un gigante que quiere volver a lo más alto después de aquella lejana remontada en Estambul, frente a un gran proyecto que ya ha hecho historia al llegar a su primera final, pero que desea escribir una página más en el glorioso libro del fútbol. Tottenham y Liverpool, las dos caras de un libreto perfecto para una final.