Poco menos de media hora fue suficiente para que los Red Bulls consiguiesen llevarse la victoria en este encuentro, ante un rival que le puso las cosas muy difíciles durante gran parte del mismo. La primera mitad estuvo muy igualada donde no se vio que ninguno de los equipos consiguiese mostrar superioridad sobre el otro. Fue en la segunda parte cuando el partido comenzó a decantarse del lado local con cuatro goles que les permitió llevarse la victoria y dar un empujón a una temporada que inició de forma muy extraña para ellos.

Respeto y pocas ocasiones

Inicio muy disputando entre dos equipos con una filosofía de juego muy similar, donde no se pudo ver que ninguno de ellos mostrase superioridad sobre el otro. Esto provocó que el balón estuviese en constante cambio de posesión en el centro del campo y sólo alguna acción aislada con balones a la espalda de la defensa fueron los únicos acercamientos sobre las áreas.

Con el paso de los minutos, ambos equipos comenzaron a imprimir mayor velocidad en sus acciones, tratando así de aprovechar posibles espacios en las defensas. Esta vertibilidad en el juego de ambos equipos provocó que se viesen las primeras llegadas de peligro, siendo New York Red Bulls los que estuvieron más cerca de adelantarse en el marcador. Muyl fue el protagonista con una doble ocasión en la que se topó con el guardameta visitante, desbaratando este la oportunidad de anotar para los neoyorkinos.

De manera aislada, los ‘Royals’ consiguieron sacudirse el dominio de su rival e imprimiendo velocidad a sus acciones, trató de poner en riesgo a estos. A pesar de encontrar muchos espacios, sobre todo en ambas bandas, la defensa local fue capaz de rechazar todas las llegadas, impidiendo incluso que disparasen a puerta.

El conjunto local no cejó en su empeño por lograr adelantarse en el marcador. De manera constante percutió la portería de su rival, tratando de decantar el resultado, pero no consiguió su objetivo. A pesar de su insistencia, el buen planteamiento de los visitantes consiguió desbaratas todas las acciones, salvo un par de ocasiones en las que la falta de puntería de los delanteros ‘taurinos’ impidió decantar el marcador.

En los últimos minutos y tratando de dar la sorpresa, Real Salt Lake contó con un par de avisos, con disparos desde fuera del área, pero nada pudo impedir que se llegase al descanso con el empate inicial.

30 minutos arrolladores

La segunda mitad tuvo un inicio completamente diferente a lo visto con anterioridad. Real Salt Lake dio un paso adelante e imprimiendo velocidad a sus acciones, consiguió llegar con peligro sobre la portería en varias ocasiones. La presión que ejerció en salida de balón a los locales fue otro de los aspectos que permitió estos buenos primeros minutos por parte de los ‘Royals’.

Pero cerca de la hora de partido, este declinó de manera definitiva a favor de los neoyorkinos en apenas unos minutos, con dos goles que colocaban la victoria muy encarrilada. Primero fue una acción por banda derecha en la que Murillo colocó un centro al área, pero en su intento por despejar, Silva introdujo el balón en el interior de la portería. A los pocos minutos, ‘Kaku’ encontró un espacio en la defensa por el que filtró un pase a Royer y que este se quedase solo ante el guardameta al que superó con una buena definición en un uno contra uno.

Estos dos goles provocaron que los visitantes mantuviesen su presión en campo rival, generando a su vez, espacios en su defensa. Tras varios minutos sin conseguir generar el peligro necesario que les diese la oportunidad de marcar, los locales encontraron un espacio por el que anotaron un tercer gol que les dejaba en sus manos la victoria.

Amir Murillo, que estaba cuajando un gran partido, llegó con el control de la pelota hasta el interior del área. Tras perfilarse sobre portería y deshacerse de alguno defensores, disparó a puerta y anotó el tercer tanto.

Este gol terminó por dejar tocado al conjunto visitante, que desde ese momento perdió gran parte de su presencia en el ataque y sólo con acciones a la contra consiguieron llegar sobre la portería neoyorkina. Sin embargo, ninguna de estas jugadas generó el peligro suficiente para poner en riesgo el resultado, provocando que los locales recuperasen la iniciativa.

Este cambio en el partido permitió que a unos minutos del final, la banda derecha de los neoyorkinos volviese a dar sus frutos y en una nueva ocasión con Murillo de protagonista, Omir Fernández recibió un pase en el interior del área con el que anotó el cuarto y definitivo gol.

Hasta que el árbitro señalase el final de los 90 minutos, los visitantes trataron de dibujar un mejor resultado para ellos con un gol que no llegó y certificó la goleada de los locales.