Las redes sociales en su esencia son contradictorias, puede ser una herramienta muy útil para la vida cotidiana; como también un arma destructiva dónde la ligereza de soltar opiniones se une al tsunami informativo actual. Es una realidad. 

Ayer, muchos salieron a elogiar con datos y opiniones sustentadas el trabajo de Dudamel y sus dirigidos, mostrando lo que debería ser la esencia de las redes; otros, decidieron desmeritar una hazaña histórica con la simple excusa de los goles anulados a través del VAR. Es válido, pero no correcto.



Y la teoría se desmonta con el análisis del contexto del desarrollo

Venezuela no fue más que Brasil, ni le impuso condiciones en su territorio, pero sí supo cómo reducir y confundir a lo que es, una de las grandes candidatas a llevarse el torneo sudamericano. 

En el puesto por puesto la diferencia sigue siendo abismal. Pese a que Venezuela ha crecido muchísimo en el siglo XXI futbolísticamente hablando, es incomparable con el talento brasilero.

El jugador más importante de Venezuela en la actualidad juega en el Newcastle de Inglaterra (Salomón Rondón), un equipo histórico pero que acostumbra a pelear puestos de descenso – y en el mejor de los casos – la mitad de la tabla. Su capitán, Tomás Rincón, juega en el Torino, histórico de Italia pero que no está entre los grandes del fútbol italiano. Wuilker Fariñez – hoy día, top-3 de los arqueros que militan en Sudamérica – hace vida en el Millonarios; ayer, a unos metros de él, su contraparte, Alisson, hace poco salió figura en la final de la UEFA Champions League con el Liverpool

Roberto Firmino contra Tomás Rincón / Foto: Getty images
Roberto Firmino contra Tomás Rincón / Foto: Getty images



¿A qué se va? Es imposible que la Vinotinto ayer hiciera el papel de Brasil. Crecer, también es entender de capacidades y posibilidades, Dudamel lo entendió y consiguió algo que ninguna selección en el continente había logrado: sacarle puntos al Scratch de Tité en Brasil.

La premisa también era: “El VAR salvó a Venezuela”, o, “Si no era por el VAR Venezuela no sacaba puntos”. Y en parte es cierto, pero es una verdad a medias, ¿Dónde quedan los Osorio, Villanueva, Fariñez, Moreno, Rincón, Herrera, Salomón y compañía? Ayer, la Vinotinto dio una cátedra de lo que es el fútbol: Un deporte colectivo dónde las individualidades no son nada sin un respaldo estructural. Ayer la estructura venezolana – por momentos – fue impenetrable para jugadores campeones de Europa, de Inglaterra, España o Francia
 

Datos que corroboran

Yordan Osorio tuvo una actuación heroica ante Brasil: 11 despejes, 5 intercepciones, 3 disparos bloqueados y 86% pases acertados.

Un central que además de liderar la defensa venezolana, se animó a conducir, sortear rivales, enviar cambios de frente y filtrar pases. Todo con la presión del público local, el mínimo margen de error y el pressing brasilero. Personalidad, talento y seguridad. 

Pero qué reconocimiento se la va a pedir a la Vinotinto cuándo la misma Conmebol decidió darle el MVP a Phillipe Coutinho. Claramente, los que eligen a quién darle este reconocimiento, vieron el partido de espaldas. Con los datos anteriores no hace falta ni decir a quién debieron dárselo. 

Yordan Osorio ganándole la posición a David Neres / Foto: Getty images
Yordan Osorio ganándole la posición a David Neres / Foto: Getty images



Y es que no sólo Osorio tuvo un partido brillante, su compañero de zaga, Villanueva, firmó probablemente su mejor actuación con Venezuela. Salomón Rondón, fue el mejor atacante del partido contando ambos equipos (quizás Everton le pelea ese lugar). Yangel, Rincón y Moreno fueron pilares para sostener el cero. Fariñez volvió a demostrar que es un talento especial. Dudamel, supo llevar el trámite para el lado dónde Venezuela no fuera tan vulnerable; ajustó después de esos primeros minutos de asedio brasilero y logró reducir al mínimo la influencia de Coutinho, Firmino, Neres y Richarlison. Gabriel Jesús y Everton fueron los únicos capaces de romper el cerrojo Vinotinto con su dinámica. 

Hasta los cambios funcionaron, Soteldo, el diez del Santos de Brasil – camiseta que vistió Pelé – ingresó por Herrera, un volante Box to box; siendo Yeferson un ‘enganche’ tradicional. Es decir, Dudamel incluso hizo cambios ofensivos. Venezuela no solo fue replegarse y posicionarse bien en su campo, por lapsos, tuvo buen dominio de la pelota, manejándola con mucho criterio y moviéndola de izquierda a derecha intentando vulnerar la defensa brasileña.

Soteldo ante Fernandinho / Foto: Twitter oficial de la Vinotinto
Soteldo ante Fernandinho / Foto: Twitter oficial de la Vinotinto


Inclusive, sobre el final, llegó a bajar tímidamente el “Ole, Ole” de las tribunas, justo cuando la Vinotinto se atrevía a enfriar el cotejo distribuyendo el balón. 

Análisis táctico

Rafael Dudamel decidió enviar al campo un 4-3-2-1, repitiendo el mismo once implementado en el Wanda Metropolitano en la victoria por 3-1 ante Argentina. Con diferencia al debut contra Perú, el técnico Vinotinto realizó tres variantes: Yordan Osorio en lugar de Jhon Chancellor en la zaga, Ronald Hernández reemplazó el sancionado Luis Mago y Darwin Machís en lugar de Jefferson Savarino.

Por su parte, Tité rompió el eje con el que había salido ante Bolivia, dándole ingreso a Arthur por Fernandinho. En el papel parecía que la Canarinha iba a plantarse con un 4-3-3, teniendo a Coutinho y a Arthur compitiendo de interiores; pero Philippe se movió más en zona de mediapunta. Arthur era el conductor de juego y jugaba libre en la medular, mientras que Casemiro ejercía su labor de mediocentro defensivo.

Venezuela hizo algo muy bien después de esos primeros minutos de constante asedio brasilero, que fue cerrarle los carriles interiores a Coutinho y Firmino. Fueron contadas las ocasiones en  las que el volante del Barcelona y el delantero del Liverpool pudieron recibir con el arco rival de frente; siempre tuvieron que retroceder por la férrea marca o simplemente no llegaban a contactar con el balón (era interceptado).

Villanueva bloqueando el tiro de Firmino / Foto: Getty images
Villanueva bloqueando el tiro de Firmino / Foto: Getty images

De eso se encargó el trivote conformado por: Moreno, Rincón y Herrera. Tres perros de caza que comparten trabajo y distribuyen esfuerzo complementándose en labores de recuperación. Gran partido de los medios vinotintos, en especial de Moreno, que se ubicó entre los centrales – Osorio y Villanueva – y los interiores, Herrera y Rincón; siendo clave en el posicionamiento interno de la estructura venezolana, haciendo que las líneas estuvieran bien juntas y apenas permitiendo escasos espacios.

Moreno marcando a Philippe Coutinho, una postal constante en el partido / Foto: Getty images
Moreno marcando a Philippe Coutinho, una postal constante en el partido / Foto: Getty images

 

La falla venezolana

Así como se destaca su impresionante trabajo táctico en defensa, hubo una falencia grave en el medio; y era al momento de lanzar las transiciones defensa-ataque post-recuperación. Brasil tuvo de laterales a Alves y Filipe Luis, dos jugadores de gran trayectoria, experimentados y que pasan muy bien al ataque. De las subidas de ellos se encargaron muy bien Murillo y Machís, colaborando con Hernández y Rosales  respectivamente.

¿Cuál fue el problema? Que los piques de Murillo y Machís jamás fueron detectadas por los volantes: Herrera, Rincón y Moreno. Fueron múltiples las oportunidades de poder explotar las espaldas de Alves y Filipe, pero no las encontraron casi nunca, y cuando lo hicieron, no ejecutaron de buena forma. Imagínense que hubiera ocurrido si la Vinotinto lograba completar tres o cuatro contragolpes con peligro. La historia hubiera sido completamente diferente. 

Machís desbordando a Dani Alves / Foto: Twitter oficial Selección Venezolana de Fútbol.
Machís desbordando a Dani Alves / Foto: Twitter oficial Selección Venezolana de Fútbol.

Injusticia mediática

Decir que el VAR fue el máximo responsable del 0-0, es restar reconocimiento a una hazaña inconmensurable, decir que fue protagonista va más a lugar. Porque es cierto, si el VAR no existiera, ahora mismo Venezuela tendría cero puntos injustamente. Porque le hubieran marcado varios goles ilícitos que no fueron anulados en primera instancia por los encargados de impartir justicia, paradójicamente.

Mesura, coraje, esfuerzo, gallardía, espíritu competitivo, ir a tope a cada disputa, creerse capaz. Esos fueron los responsables del 0-0. Es increíble cómo querían minimizar lo obtenido por Dudamel y la Vintotinto, olvidándose por completo del contexto y la historia. 

Luego, hay muchas discusiones y matices para analizar, pero en cuanto al resultados, hay una analogía que me gusta aplicar: El fútbol puede verse representado en la Diosa Astrea, la diosa de la justicia. Esa que lleva venda, espada y balanza. La venda para no ver a quién juzga, en este caso, para no impartir justicia mediante sus gustos personales del juego. La balanza es un objeto simple, ahí se colocan los goles para ver quién gana. Y la espada, se utiliza para castigar a los que pierdan; la fuerza aplicada será la que merezca el más afectado según el resultado. 

El fútbol no entiende de otra justicia que no sea la estricta verdad de marcar goles. Los merecimientos son evaluados según nuestros gustos personales, simpatía y muy rara vez, un porcentaje alto de la gente coincide en algo; tiene que ser un hecho muy claro para que exista un consenso general. 

Lo cierto es que, obviando el merecimiento y hablando estrictamente de lo justo, Venezuela mereció ganar su punto histórico. Así que, volvamos atrás en el tiempo, a la era de Cristo y recordemos sus célebres palabras “Denle al César lo que es de del César”, la Vinotinto merece lo que es de ella: reconocimiento.