New York City FC se llevó la victoria en un encuentro que se le puso en contra durante los primeros minutes, pero que consiguió dar la vuelta al quedarse en superioridad por la expulsión de un futbolista rival. En el inicio de la primera mitad los locales se adelantaron en el marcador, pero unos pocos minutos después, el mismo protagonista vio al roja directa, dejando a su equipo con un futbolista menos. En los minutos previos al descanso los visitantes empatarían el resultado tras lo que se vio un dominio total de estos, consiguiendo el gol en de la victoria en el final gracias a la profundidad de banquillo.

Héroe y villano

Encuentro con claro sabor visitante en el que los neoyorkinos fueron los que levaron la iniciativa, manteniendo el control de la pelota, pero imprimiéndole escasa profundidad a sus acciones. Ya fuese por la falta de intensidad o por el buen hacer defensivo de los Rapids, los visitantes apenas consiguieron llegar sobre portería rival.

Sin embargo, los locales supieron leer a la perfección el inicio de partido y en la primera ocasión que pudieron salir a la contra, sorprendieron a su rival, adelantándose en el marcador. Fue Jonathan Lewis el que superó en velocidad a su marcador y llegando a línea de fondo colocó el balón en el área pequeña donde apareció Sebastian Anderson para empujar el balón al fondo de la red. El jugador se convirtió en el futbolista más joven en la historia de los Rapids en conseguir un gol.

Este tanto no cambió el planteamiento de los visitantes que continuaron llevando el peso del partido, buscando espacios en la defensa rival que no consiguieron generar. Los Rapids colocaron dos líneas de cuatro jugadores en las inmediaciones del área, dejando muy pocas opciones a su rival. En ataque, los locales mantuvieron los contraataques como su mejor arma para generar peligro, aunque no fueron capaces de superar a su rival.

Los minutos transcurrían y el juego entre ambos conjuntos si igualó, no dejando protagonistas sobre el terreno de juego. Sin embargo, sobre la media hora cambió el sino del partido al ver un futbolista local la roja directa por una dura entrada. Fue el protagonista de la anterior acción importante, Anderson, quien vio esta tarjeta y dejó a su equipo con un futbolista menos.

En el último tramo de la primera mitad, los neoyorkinos encontraron al recompensa a la insistencia mostrada desde el inicio. En una larga jugada de saque de esquina, la defensa local se despistó y habilitó a Heber para dejarlo solo ante el portero y que este anotase con una gran definición. Con esta acción finalizaron los primeros 45 minutos, con el mismo tiempo por delante para que uno de los dos equipos tratase de llevarse los tres puntos.

Remontada desde el banquillo

Como era de esperar, el inicio de la segunda parte tuvo un claro protagonismo visitante, asediando la portería de su rival, mientras que aprovechaba su superioridad sobre el terreno de juego. Esta insistencia no tuvo su mejor momento hasta pasados los primeros cinco minutos cuando lograron generar varias ocasiones en las que sus disparos se quedaron a poca distancia de convertirse en gol.

Con el paso de los minutos, el partido era un monólogo del New York City FC que apenas daba opciones a su rival de tener el control de la pelota y ya menos de llegar sobre su área. Este planteamiento y el marcador en empate, obligó a los visitantes a realizar varios cambios en su once inicial, tratando de aportar al equipo ese plus en ataque que necesitaban para terminar de dar la vuelta al marcador.

Tuvieron que pasar varios minutos para que se viesen las primeras llegadas de los Rapids sobre la meta rival y fueron algunas acciones al contraataque que no llevaron apenas peligro. La entrada de Nicholson fue lo que cambió levemente la imagen de los locales, pero esto no fue suficiente para generar ocasiones de gol.

A falta de poco menos de 20 minutos para el final del partido, los neoyorkinos gozaron de la mejor ocasión hasta el momento. Keaton Parks, que estuvo muy activo durante los segundos 45 minutos, disparó a puerta desde las inmediaciones del área, respondiendo el portero con un rechace que dejó el balón para que Heber pudiese anotar con comodidad. Sin embargo, el delantero brasileño no estuvo acertado de cara a puerta y mandó el balón fuera.

En el último tramo del partido, los neoyorkinos lograron encontrar ese gol que levaban buscando hacia tiempo y colocarse por delante en el marcador por primera vez en el encuentro. En uno de los pocos errores de la defensa local, Mitrita recogió el balón en la frontal del área y sin pensárselo disparó a puerta y anotó el segundo gol que a la postre sería definitivo.

Tras este gol el partido se quedó en stand by, con unos locales totalmente noqueados y con un jugador menos, y unos neoyorkinos que estando por delante en el marcador, lograron finalmente llevarse unos tres puntos muy importantes.