Son las cinco de la tarde en Londres. La temperatura no es insoportable, pero sí un poco más elevada de lo habitual. En un callejón perdido por la ciudad, un grupo de chavales llegados desde Birmingham planea su gran golpe. El golpe que les pondría en el mapa, el que les acercaría a las leyendas delictivas de su localidad. A la cabeza, Jack Grealish, un líder desde la cuna -como Tommy Shelby-,  alienta a sus compañeros: "Vamos a robar en el nuevo White Hart Lane", afirma con descaro. Y el caso es que, de no ser por la espectacular aparición de Harry Kane, lo habrían conseguido.

El Tottenham Hotspur se hizo con los tres puntos en su estreno ante un buen Aston Villa. El conjunto dirigido por Mauricio Pochettino realizó un encuentro sólido en el que las apariciones de Kane y Eriksen resultaron absolutamente determinantes. Por su parte, los 'villanos' demostraron que su vuelta a la Premier League no ha sido casualidad y que van a pelear por permanecer en la élite del fútbol inglés durante muchos años.

Los 'spurs' actuaron de inicio con una especie de 4-3-3 que realmente derivaba en un 4-3-1-2 en el que Erik Lamela se situaba por detrás de Lucas Moura y Harry Kane. Así, Pochettino buscaba la amplitud a través de los laterales -hoy Walker Peters y Rose-, los cuales quedarían encargados de surtir de centros a la doble punta londinense. Mientras tanto, el Aston Villa saltó al campo con un claro 4-5-1 en el que Wesley aparecía como único atacante.

Se puede separar lo ocurrido durante el encuentro en dos tramos muy marcados: la primera y la segunda parte.

Durante el primer tiempo, el atraco fue más que factible

Al final no lo conseguirían pero, durante los primeros 45 minutos, el grupo de chavales comandado por Jack Grealish y John Mcginn estuvo realmente cerca de llevarse el botín para casa.

El partido comenzó con un gol tempranero del centrocampista escocés, que aprovechó un nuevo error de posicionamiento de Davinson Sánchez para llegar desde segunda línea y batir por bajo a Hugo Lloris. Mcginn es un futbolista de primer nivel, dominante en los duelos individuales y con una capacidad para pisar área desde la posición de interior sobresaliente -la temporada pasada anotó 7 goles y repartió 8 asistencias en Championship-.

A raíz del gol hubo un atisbo de reacción por parte del Tottenham pero, nada más lejos de la realidad, a los de Pochettino les costaba un mundo superar el bloque bajo planteado por Dean Smith. Un bloque bajo en el que tanto Grealish como -sobre todo- Mcginn saltaban constantemente a por el futbolista que recibía de espaldas, dificultando una circulación de balón dañada por la ausencia de Christian Eriksen. El Tottenham ficha a Lo Celso porque se teme la marcha del danés pero, si está a este nivel, es irremplazable.

No obstante, también es importante destacar que, al final de la primera parte, se reconoció una mejoría 'spur' liderada por Harry Kane. Ndombélé comenzó a relacionarse más con el juego y, a partir de ahí, el Tottenham creció. De hecho, estuvieron cerca de irse al descanso con el encuentro empatado gracias a una jugada comandada por el ex-Ol. de Lyon y finalizada sin éxito por el goleador inglés.

Un segundo tiempo en el que los 'villanos' despertaron del sueño

El Tottenham salió mucho mejor a la segunda parte. Los de Pochettino movían la pelota a un ritmo mucho mayor, no tenía nada que ver. Ndombélé ya se había integrado en el circuito de pases y las posesiones comenzaron a tener mucha más calidad y determinación -ya no eran combinaciones intrascendentes entre los centrales y el pivote-.

El Villa, quizás por el cansancio, pasó de defender a través de un bloque bajo en el que podían salir al contragolpe a -prácticamente- meter ocho futbolistas en el área. Ahí emergió la figura de Tyrone Mings, que se mostró dominante en el juego aéreo pero que, al final, acabó sucumbiendo ante el asedio 'spur'. 

Aún así, puede que nada hubiese sido igual sin la entrada en el terreno de juego de Christian Eriksen. El centrocampista lo cambió todo. Aportó un nivel de dinamismo del que carecía la posesión de los de Pochettino y, con él en el campo, el Tottenham conseguiría darle la vuelta al marcador.

Primero le llegaría el turno a Tanguy Ndombélé, que enganchó un balón suelto en la frontal del área para batir la portería defendida por Tom Heaton y anotar así su primer gol con la camiseta 'spur'. Más tarde, Kane se encontraría con dos oportunidades que un futbolista como él nunca desaprovecha y culminaría así la remontada. 

Los sucesores de la familia Shelby tendrán que esperar un poco más para dar su primer golpe. Pero seguro que lo harán, al fin y al cabo, toda buena historia tiene un final complicado.