La mañana se presentaba ilusionante en Sheffield para la mitad rojiblanca de la ciudad. Tras 12 largos años vagando sin pena ni gloria por las divisiones inferiores del fútbol inglés, nada menos que el vigente campeón de Europa visitaba Bramall Lane con el objetivo de continuar con su pleno de victorias en las siete jornadas disputadas de la Premier League. El conjunto de Chris Wilder afrontaba el encuentro rebosante de confianza gracias al prometedor arranque de campaña que han realizado, culminado con un meritorio triunfo en Goodison Park hace una semana. Sin embargo, la fortuna no les sonrió esta vez.

El Sheffield United saltó al terreno de juego con su once de gala ordenado en torno a un 5-3-2 con McBurney y Robinson actuando como punta de lanza. Por su parte, Klopp no planteó ningún tipo de rotación pese a recibir al RB Salzburg el próximo miércoles en la Champions League -competición que se le ha complicado al perder en la jornada inaugural en San Paolo-. Esta apuesta del técnico alemán por sus mejores futbolistas refleja claramente que el objetivo de este año en Liverpool es alzarse con la tan deseada Premier League, quedando en un segundo plano el resto de torneos.

Mané como única alternativa

El partido arrancó bajo la lluvia en un ambiente puramente británico. El Liverpool tenía la posesión del esférico, pero lo movía de un lado a otro sin crear peligro alguno hacia la meta de Dean Henderson. El Sheffield United proponía un bloque medio que permitía manejar el cuero a los centrales reds para después presionar ferozmente a los interiores y delanteros, evitando así que se pudieran girar hacia su campo. Los balones largos a la espalda de la defensa local buscando las carreras de Sadio Mané aparecieron como la única alternativa que hizo daño a los blades. De esta manera llegaron las dos ocasiones más claras del primer tiempo, en las que el senegalés erró por partida doble dos mano a mano estrellando el balón en el palo en uno de ellos.

Un error de Henderson da la victoria al Liverpool

El paso por el túnel de vestuarios no hizo ni mucho menos reaccionar al Liverpool, y el Sheffield United siguió dando la sensación de poder empatar en cualquier momento, ya que, aunque apenas se produjeron remates a portería, los centros al área de Adrián San Miguel eran constantes. En ese momento emergieron las figuras de Van Dijk y Matip para realizar un impecable ejercicio de defensa rechazando cualquier posible amenaza para los suyos. El cronómetro avanzaba y el Sheffield aguantaba el resultado, pero en el minuto 69 un tiro inofensivo de Wijnaldum desde la frontal acabó en las mallas de Henderson tras un fatídico fallo del joven guardameta, que, no obstante, está realizando una excelente temporada afianzándose como titular en la selección inglesa sub-21. En la recta final los locales empujaron en busca del empate y permitieron que se abriera el choque. Henderson le sacó un uno contra uno a Salah, y a nueve minutos del final, Clarke pudo igualar el marcador con un disparo que se marchó ligeramente alto.

Con esta victoria ya son siete las jornadas que el Liverpool acumula sin tropezar, y mantiene la distancia de cinco puntos respecto al City en lo que parece que va a ser un tira y afloja permanente hasta la última fecha del campeonato. El Leicester visitará Anfield antes de los compromisos de selecciones, y el clásico de las islas frente al Manchester United será el plato fuerte posterior al parón. Por su parte, el Sheffield United se coloca en la duodécima posición de la tabla con ocho unidades y deberá visitar Vicarage Road el próximo sábado.