Una noche distinta se vivió en Anfield. El actual campeón de la UEFA Champions League volvía a jugar en su casa. Con el título. Con la sexta marcada en cada uno de los brazos de esos futbolistas que hicieron historia la edición anterior. No era una noche igual. La orejona se reencontraba en el mítico estadio de Anfield, en el estadio de los milagros, y este miércoles no fue la excepción.

Esto se debe a que, con pura emoción, sufrimiento, intriga, y emoción, Liverpool comenzaba su camino en búsqueda de un triunfo si quiere volver a ser protagonista de esta nueva edición de la Liga de Campeones, porque no tenía otra opción. Especialmente, luego de la sorpresiva derrota ante Napoli en la primera jornada, tenia que cambiar completamente la cara.

Y así fue. Los primeros 45 minutos de los dirigidos por Klopp fue cuando se vio su mejor versión en lo que va de la temporada ya que, a pesar de que ganaba y bien, se volvió a ver esa identidad característica del equipo alemán de atacar, ser claro en el área rival, presión, asfixia al rival, preciso, dinámico y puro ataque. Es por eso que, en los primeros 36 minutos, ya iba ganando 3-0 ante un rival que, hasta ese momento, parecía que no podía parar la intensidad con la que jugaban los Reds.

¿Podían haber anotado más goles? Por supuesto. También, hubo muchas situaciones de las cuales los locales no anotaron y el marcador quedó corto. De esa forma lo expresó Mohamed Salah, el goleador de la noche, que confesó que, a tal resultado abultado, la mente se relajó y tuvieron que enfocarse en hacer cuatro, cinco, o seis goles de ser posible.

Pero, ¿a qué se debió el comentario del futbolista nacido en Egipto? eso es porque, a pesar de la gran capacidad ofensiva y de juego que mostró el Liverpool, tuvo serias desatenciones defensivas, como no había pasado en la temporada anterior y de estar arriba 3-0, a pocos minutos de transcurrido la segunda mitad, el partido ya estaba igualado en tres. 

Los errores que lo llevaron a eso, fue porque el líder de la Bundesliga Austriaca tuvo la capacidad goleadora para golpear en los momentos precisos para golpear al Liverpool, como así también la joven promesa, Erling Braut Håland, que le bastó cuatro minutos para igualar el juego, como la de Takumi Minamino y Hwang Hee-cha.

Luego de una solidez defensiva casi perfecta la temporada anterior, este partido sufrió más de la cuenta. Además de contar con la figura destacada de Virgil van Dijk, para poder conformar esa muralla, mucho ayudó la compañía de Joel Matip en la zaga centra. Este partido, el compañero del holandés fue Joe Gomez, que luego de la lesión, pareciera que no volvió a encontrar su nivel, por lo que este partido sufrió mucho más de la cuenta. 

A parte de las claves ofensivas, como la capacidad goleadora de Salah, la habilidad de Mané, la inteligencia de Firmino, más la ayuda en los extremos de Alexander-Arnold y Robertson, la clave fundamental fue Fabinho. El brasilero se comió la cancha con la recuperación del balón, los pases, las marcas, asistencias, visión de juego. Definitivamente, una de las figuras del juego. 

De esta manera, Liverpool consiguió su primer triunfo en UEFA Champions League. Competición que está obligado a sacar puntos si quiere defender la orejona. Lo hizo con autoridad, con justicia. Sin embargo, y por ser principio de temporada, queda mucho recorrido, además de cosas por mejorar. Cosas que, sin dudas, alguien como Klopp sobra reponer para volver a ser ese equipo invencible de la temporada 2018/2019. 

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