En una semana en la que el Liverpool venía de golear 1-4 al Genk en Bélgica, el líder de la Premier recibía a un Tottenham inmerso en una dinámica negativa que está durando bastante más de lo deseado en el norte de Londres. Séptimo clasificado antes del inicio del encuentro, el Tottenham esperaba dar un golpe de efecto a la preocupante situación que atraviesan asaltando Anfield Road. Sin embargo, el extremadamente conservador planteamiento que había trazado Pochettino no obtuvo los frutos deseados y deberán seguir trabajando para optar a entrar en Europa, ya que tanto Leicester como Chelsea vencieron a domicilio por 0-9 y 2-4 a Southampton y Burnley respectivamente.

El conjunto local alineó su once de gala con la excepción de Lovren ocupando el lugar del lesionado Matip, y con un plenamente recuperado Alisson Becker bajo palos. Por su parte, los spurs se ordenaron en torno a un 4-5-1 en el que Eriksen y Son cerraban como teóricos extremos arropando al trivote formado con Sissoko, Alli y Winks.

El Tottenham se adelanta y el  Liverpool asedia

El partido arrancó de forma prometedora para el Tottenham al adelantarse en el marcador en el primer minuto de juego debido a un plácido remate de cabeza de Kane derivado de un tiro al palo de Son. Apenas le había dado tiempo al Liverpool de meterse en el choque y ya tenían que remar contra corriente ante un Tottenham muy replegado en su área. No obstante, los reds no se pusieron para nada nerviosos y no dudaron en llevar a cabo su plan, basado en hacer entrar en juego a los laterales en campo adversario para abastecer con constantes centros  a los centrocampistas y delanteros que entraban al remate. Pochettino, conocedor de esta virtud del Liverpool, había diseñado un sistema mediante el cual sus jugadores siempre estarían en ventaja defendiendo, ya que se juntaban el extremo y el lateral del lado en cuestión más el mediocentro más cercano que debía hacer la ayuda, frente al extremo y el lateral rival. Sin embargo, la velocidad del Liverpool para llevar el balón de lado a lado – al vascular el mediocentro citado a veces no llegaba a la ayuda- y la habilidad de Mané, Salah, Robertson y Alexander-Arnold para salir de la situación de inferioridad explicada acabaron por desarbolar al Tottenham. De esta manera, Gazzaniga emergió como héroe visitante sosteniendo a su equipo en el encuentro con hasta 4 paradas de mérito entre el 26 y el 30 de la primera parte.

El error de Aurier da la victoria al Liverpool

El paso por el túnel de vestuarios no hizo más que acrecentar el dominio local y Gazzaniga se vio obligado a realizar otra intervención sobre la línea de gol a remate de Firmino al inicio del segundo periodo. En el minuto 52 nada pudo hacer el guardameta argentino para evitar el tanto del empate firmado por Henderson al cruzar con la zurda un pase de cuchara de Fabinho- excelente en la distribución todo el partido-. El Liverpool seguía teniendo el esférico en su poder y el Tottenham apenas consiguió mantener una posesión de más de 10 pases hasta los 15 minutos finales, pero seguía resistiendo a base de un gran trabajo táctico con Toby Alderweireld destacando especialmente en el achique de espacios. Una torpeza de Aurier dentro del área- jugador bastante acostumbrado a cometer estos errores infantiles- pateando a Mané al intentar despejar un balón que tenía controlado, provocó el penalti que le daría los 3 puntos al Liverpool al ser transformado por Salah a falta de 17 minutos para la conclusión. Los de Pochettino reaccionaron a este tanto en la recta final inclinando el terreno de juego hacia la meta de Allison, pero sin llegar a ponerle en aprietos, y el Liverpool sumó su novena victoria de la temporada.

De esta manera, el Liverpool mantiene la diferencia  de 6 unidades con un City que había hecho los deberes el sábado imponiéndose al Aston Villa por un cómodo 3-0. El Tottenham se sitúa en la undécima posición, a la misma distancia de la sexta plaza que de los puestos de descenso.

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