Ocho años han pasado desde que el diecinueve de mayo del dos mil doce se juntaran dos de los mejores equipos europeos de la historia, Chelsea y Bayern de Múnich. Con motivo del enfrentamiento de octavos de final de la UEFA Champions League, se rememora esta final histórica.

El retorno del Bayern

Fueron tiempos en Alemania donde emergió el Borussia Dortmund de Jurgen Klopp, ex jugador del Mainz en los noventa, que cambió el rumbo del fútbol alemán por completo. En Baviera eran tiempos de transición. La temporada 2009/2010 fue la última gran temporada del Bayern antes de la final del 2012. Ganaron la Bundesliga con diecinueve puntos de ventaja sobre el Schalke 04, y la DFB-Pokal ante el Werder Bremen de Mesut Ozil. Un año más tarde ganarían la Supercopa alemana ante el Schalke de Raúl, pero en Bundesliga seguía imponiéndose el Borussia Dortmund, que también les endosaron un doloroso cinco a dos en contra en la final de la DFB-Pokal.

Esta década fue el punto álgido de una etapa de jugadores muy exitosa en el conjunto bávaro. En 2011 llegaron jugadores como Manuel Neuer (Shalke 04), Jerome Boateng (Manchester City), Luiz Gustavo (Hoffenheim) o Rafinha (Genoa). Este fue el comienzo de la hegemonía del Bayern en Europa, aunque, como se mostrará más adelante, el desenlace de este encuentro no fue el deseado para los muniqueses.

Un Chelsea campeón

La primera década del siglo XXI para el Chelsea fue bastante meritoria. Ganó la Premier League en tres ocasiones, y durante siete años (exceptuando la temporada 2008/2009), alternó el primer y segundo puesto en Premier. En la Champions League fueron finalistas en 2007 ante el Manchester United, perdiendo en los penaltis tras un fallo de Nicolas Anelka. 

Ashley Cole, Raúl Meireles, Fernando Torres y Nicolas Anelka celebrando un gol | Fuente: UEFA
Ashley Cole, Raúl Meireles, Fernando Torres y Nicolas Anelka celebrando un gol | Fuente: UEFA

La temporada 2011/2012 no fue como se esperaba, y finalizaron sextos en la Premier League. A pesar de ello salvaron la temporada ganando la FA Cup ante el Liverpool, y la UEFA Champions League ante los alemanes. El equipo que presentaba ese año los de Roberto Di Matteo es uno de los más reconocibles de la historia. Destacaban: Petr Cech, Ivanovic, Ashley Cole, Frank Lampard, John Terry, Didier Drogba o Fernando Torres; entre muchos otros. 

Una oportunidad única

El Bayern de Heynckes pasó como primera de grupo, como hiciera el Chelsea también, imponiéndose a Nápoles, Manchester City y Villarreal. Los de Di Matteo (los de André Villas-Boas hasta que fuera despedido en marzo), por otra parte, hicieron lo propio con Bayer Leverkusen, Valencia y Genk. En los octavos de final, el Bayern se midió al Basilea suizo, perdiendo sorprendentemente la ida por un gol a cero. Pero el Bayern no dio posibilidades, y les endosaron siete tantos en el Allianz Arena, sede de la final de ese mismo año. El Chelsea lo haría con el Nápoles, aunque también con apuros. Olympique de Marsella y Benfica cayeron en cuartos, y en las semifinales del torneo se toparon con los dos equipos españoles más duros, el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona. 

Cayó 'el coco'

El Barça de Guardiola ganó la anterior edición del torneo, y se presentaban como los claros favoritos para revalidar el título continental. Fue la última temporada de Pep Guardiola al mando del banquillo culé, y el equipo mostraba poco a poco síntomas de que el proyecto no tendría mucha más continuidad. Se cerraba, así, la etapa del entrenador más laureado en la historia del club. 

El Fútbol Club Barcelona era favorito en la eliminatoria frente al Chelsea por dos razones, una por tener al considerado mejor entrenador del mundo, y otra por tener a uno de los mejores del mundo (junto con Cristiano Ronaldo). En el partido de ida en Stamford Bridge, Didier Drogba anotó el único tanto del partido. Pero todavía tenían que jugar en el Camp Nou, e Andrés Iniesta y Sergio Busquets marcaron en la primera mitad, resultado que les valía para pasar a la final de Múnich. El brasileño Ramires anotó nada más comenzar la segunda mitad con un disparo que batió a Víctor Valdés. En el minuto ochenta de partido, Roberto Di Matteo daba entrada a Fernando Torres por Didier Drogba. 

Diez minutos restaban de partido, y el Barcelona atacaba sin parar, llegando a anularles un gol en fuera de juego, y Leo Messi estrelló un disparo en el palo. Es por ello que costaba creer que el Chelsea pudiera aguantar mucho tiempo más. Fernando Torres no pasaba por buenos momentos en el Chelsea, pero lo que pasaría a continuación cambiaría para siempre su relación con la afición y con la entidad. Al minuto noventa, el Barcelona iba con todo para intentar marcar, y en un despeje del Chelsea, el delantero español se encontró con toda la mitad del campo del Barcelona para él solo. Víctor Valdés salió a su encuentro, pero Torres se zafó de él con un recorte que le dejaba la portería vacía para anotar el gol que mandaba al Chelsea a la final de Múnich. "Fifty million pounds have just been repaid", "cincuenta millones de libras acaban de ser recuperadas", narraban los locutores de Sky Sports esa noche.

Fuente: UEFA
Fuente: UEFA

Lo consiguieron en los penaltis

Los de Heynckes se midieron a todo un Real Madrid, que desde que llegara al club José Mourinho, volvieron a alcanzar las semifinales del torneo y recobrando importancia en la competición. El resultado fue el mismo tanto en la ida como en la vuelta, pero el Real Madrid cuajó un gran partido en la vuelta en el Santiago Bernabéu. En tan solo catorce minutos, Cristiano Ronaldo anotó dos goles, poniendo por delante al conjunto blanco en la eliminatoria. Arjen Robben igualó la eliminatoria desde el punto de penalti, por lo que acabaron jugando la prórroga y los penaltis. La tanda de penaltis será recordada por el lanzamiento de Sergio Ramos, que se marchó muy alto de la portería de Neuer. Fallaron, también, Cristiano Ronaldo y Kaká, y el Bayern de Múnich alcanzaría la final en su estadio, ganando la tanda por un gol a tres.

La ansiada final

La final de Múnich enfrentaría, pues, a Chelsea y Bayern de Múnich. Tuvo especial importancia para los alemanes, pues la jugaban en su propia casa. Las alineaciones de los equipos fueron las siguientes:

Alineación del Chelsea | Fuente: UEFA
Alineación del Chelsea | Fuente: UEFA

Chelsea FC: Petr Cech; Bosingwa, David Luiz, Gary Cahill, Ashley Cole; Salomon Kalou, Obi Mikel, Lampard, Mata, Bertrand; Drogba.

Alineación del Bayern de Múnich | Fuente: UEFA
Alineación del Bayern de Múnich | Fuente: UEFA

Bayern de Múnich: Neuer; Lahm, Contento, Boateng, Tymoshchuk; Robben, Schweinsteiger, Kroos, Ribery; Muller, Mario Gómez.

Más de una hora sin gol

El partido dio comienzo, y los bávaros tenían la presión añadida de jugar en casa contra su gente. El partido era un ida y vuelta constante, y en la segunda parte fue anulado un gol a Ribery por fuera de juego, y se creó polémica por un posible penalti por mano de Ashley Cole. Los minutos transcurrieron y nadie era capaz de batir las puertas del rival. En el minuto ochenta y dos de partido, se adelantó el Bayern de Múnich con un cabezazo de Muller, tras un centro de Toni Kroos. El Chelsea haría lo propio, de cabeza también, y Didier Drogba lanzó un cañonazo a la portería de Neuer para poner el empate unos minutos más tarde. Llegaron a la prórroga y al comienzo de esta, el Bayern gozaría de un penalti de Drogba sobre Ribery. A Arjen Robben se le presentaron los fantasmas de la final del Mundial contra España, y falló el penalti que podría haber puesto de cara a los suyos. Petr Cech le adivinó el lado, y realizó una gran parada. Los de Heynckes gozaron de más oportunidades, pero tendrían que resolver el partido en los penaltis. 

Arjen Robben tras la final que disputó contra su ex equipo | Fuente: UEFA
Arjen Robben tras la final que disputó contra su ex equipo | Fuente: UEFA

Un duro final

Dieron comienzo los penaltis, y el Bayern estaba por delante. Llegó a lanzar el tercer penalti Manuel Neuer, hecho que será recordado porque, además, marcó. El devenir de la tanda de los penaltis cambió cuando Petr Cech paró a mano cambiada un lanzamiento de Olic, igualando una tanda de penaltis más que emocionante. Schweinsteiger falló desde los once metros, porque Cech la tocó lo suficiente para que el balón golpease en el palo. Si Drogba marcaba, el Chelsea era campeón de la Champions. Se dispuso a lanzar el costamarfileño, que estaba disputando su última gran temporada en el fútbol (regresó al Chelsea en 2014 tras dos excéntricos traspasos al Shangái y al Galatasaray). Por ese motivo quiso despedirse en condiciones, y con la frialdad de un jugador veterano como él, engañó a Neuer y dio la primera UEFA Champions League de la historia al Chelsea, arrebatándosela al anfitrión esa noche, que se resarciría de las heridas causadas ese diecinueve de mayo un año más tarde, ganando al Borussia Dortmund de Klopp. 

Una de las mejores finales de Champions de la historia tenía que tener a dos titanes como Chelsea y Bayern, y los octavos de final de la competición han querido que se volviesen a ver las caras ocho años más tarde de esa fatídica noche para el Bayern y esa mágica noche para los ingleses. De esa final nadie queda del Chelsea, salvo Frank Lampard, ahora entrenador de los londinenses. De los bávaros Neuer, Boateng y Muller, vivieron esa final y siguen a día de hoy en el club. Quién sabe el desenlace que tendrá el encuentro, pero lo que está claro es que se disfrutará viendo el partido con añoranza de esos equipos que un día regalaron una final para el recuerdo.