El campeón tuvo un partido más difícil de lo que pareció en un inicio, teniendo que acudir a un jugador como Jordan Morris, que salió desde el banquillo, para llevarse los tres puntos. En la primera mitad los Sounders se mostraron muy cómodos, manejando los tiempos del partido a su antojo y teniendo alguna ocasión de gol en la que sólo la falta de acierto les privó de llegar con ventaja al descanso. El Fire FC se fue encontrando más cómodo con la pelota conforme el partido maduró, logrando adelantarse en el marcador con el inicio de la segunda mitad. Sin embargo, este gol despertó a los locales que con una sustitución cambió por completo el partido. Jordan Morris entró al partido y revitalizó el ataque de su equipo, ofreciéndole mayor profundidad. Tal fue su importancia que anotó los dos goles que le dieron la victoria a su equipo.

Seattle maneja las tiempos pero no las ocasiones

El actual campeón de la MLS dejó claro desde el primer minuto que no concedería ni lo más mínimo a cualquier rival que llegase a su estadio. La presión realizada en campo rival provocó que recuperarse el balón muy cerca del área de estos y generase varios acercamientos muy peligrosos en los primeros minutos. La más clara llegó en este tiempo con un remate a bocajarro de Ibarra que el portero logró despejar en la línea de gol.

Los minutos pasaron y la presión inicial que ejercieron los Sounders fue desapareciendo, lo que facilitó que los visitantes comenzasen a tener un mayor protagonismo en el partido, controlando el balón y buscando los espacios en la defensa local. Pero les fue muy complicado conseguir su objetivo. La transición defensiva realizada por los locales les permitía recuperar posiciones muy rápido y así detener el avance rival.

Los locales eran sabedores de su superioridad y manejaron a la perfección el ritmo del partido, sabiendo cuando imprimirles mayor verticalidad a sus acciones para generar acciones de peligro. Aunque estas apenas entramasen peligro para la defensa visitante, la sola llegada de la ‘marea esmeralda’ obligaba a estos a fortalecerse y no cometer errores.

Sin embargo, durante los siguientes minutos, Chicago Fire FC encontró en los contraataques su mejor recurso para generar ocasiones de gol, y en dos ocasiones, dio el susto al equipo local, anotando dos goles que fueron anulados por fuera de juego. Estos avisos obligaron a los locales a tener que dar un par de pasos hacia atrás, porque en cualquier momento, la sorpresa podría llegar al CenturyLink Field.

En los últimos compases de la primera mitad, los locales bajaron los brazos, permitiendo que el encuentro se convirtiese en un monólogo del Fire, que a diferencia de los minutos anteriores, no generó ocasiones claras de gol, pero si consiguieron encerrarlos y tener que restos tuviesen que rechazar un gran números de balones.

Victoria desde el banquillo

La segunda mitad tuvo el inicio perfecto para el equipo visitante, que en la primera llegada a portería consiguió adelantarse en el marcador, obteniendo la recompensa a su insistencia en los minutos finales de la anterior mitad. Fue un balón en largo que Mihailovic dejó con el pecho para que, de primeras, Beric se estrenase en la MLS con una perfecta definición.

Este gol terminó por espolear a los Sounders. Verse por detrás en el marcador en el marcador les obligó a tener que adelantar nuevamente sus líneas de presión. Además de este cambio en el planteamiento, el entrenador dio entrada a un jugador que cambió por completo el partido, Jordan Morris. El delantero estadounidense dio al equipo mucha profundidad por banda y constantes ocasiones de peligro.

En la primera ocasión en la que Morris pudo correr, los Sounders consiguieron igualar el resultado, con una definición al primer toque de Cristian Roldan. Esta ocasión no hizo otra cosa que espolear al equipo local que en la siguiente acción, cumplió con sus amenazas y logró el gol del empate. En esta ocasión los papeles se cambiaron y fue Roldan quien cedió el balón a Morris para que este anotase el tanto del empate.

Tras este gol se abrió un nuevo partido en el que los dos equipos no quisieron arriesgar el resultado y dejaron de aparecer en las inmediaciones de ambas áreas durante los siguientes minutos. Sólo alguna llegada esporádica sin demasiado peligro fueron los únicos acercamientos hasta los minutos finales.

Fue entonces cuando Seattle, queriendo llevarse los tres puntos, apretó en este tiempo. Primero tuvo una clara ocasión al contraataque en la que Morris sirvió un balón a Ruidíaz, pero el delantero peruano, no consiguió estar acertado de cara a portería. Todo parecía decantarse para que el partido finalizase con un empate, pero en el tiempo de descuento, el mejor jugador del partido, dio la puntilla a los visitantes. En una acción a balón parado, un despiste de la defensa visitante permitió a Jordan Morris rematar a portería vacía, dando la victoria in extremis a su equipo.