El pasado nueve de marzo, Harvey Barnes corría feliz por la banda del King Power Stadium tras marcar. El joven jugador británico ni siquiera podía sospechar que iba a marcar el último gol de la Premier League hasta nuevo aviso. 

El parón en la Premier League se originó tras el positivo de Mikel Arteta, entrenador del Arsenal, antes de ello no se tenía pensado tomar medida alguna. En ese momento el #Covid-19 no se había expandido de una manera tan brutal por las islas. A día de hoy la pérdida económica que están sufriendo en conjunto todos los equipos ingleses sería imposible recuperar en caso de no reanudar y acabar la temporada. Pese a ello y, con la esperanza de la vuelta a la competición a puerta cerrada, algunos clubes podrían sacar provecho de la situación.

El actual dueño de la orejona, el Liverpool FC, que estaba a solo dos partidos de ser campeón de Liga 29 años después, se fue al parón eliminado en Champions por el Atlético de Madrid siendo claramente favorito. Un golpe duro, ya que tras la derrota en la ida su racha récord de victorias se vio afectada. A los hombres de Klopp les vino bien despejarse y olvidar tras salir eliminados en el caso de que se reanude su temporada en la que para muchos, pase lo que pase, será campeón moral por su gran año competitivo en la Premier League.

Afición Leicester (vía: VAVEL)
Afición Leicester (vía: VAVEL)

 Beneficiado podría salir el Leicester, pese a ganar el último partido contra el Aston Villa y estar tercero, el equipo de Brendan Rodgers se estaba cayendo. Los foxes habían pasado en un mes; de luchar con el City la segunda plaza, a pelear con sus vecinos y seis equipos más por un puesto en Champions. El 0-4 del Liverpool en el King Power Stadium sería un punto de inflexión, desde ese momento los de Rodgers han sufrido un bajón lógico.

Al Leicester se le suma el Brighton. El equipo entrenado por Graham Potter se estaba viniendo abajo en este tramo de temporada. En principios los sureños tenían un colchón suficiente con el descenso como para no tener que sufrir en enero, pero con el año nuevo llegó una terrible racha de derrotas. A cuatro puntos del descenso y sin respuesta, sobretodo en la parte ofensiva para contener esa hemorragia de puntos. Ahora Potter puede hacer trabajo psicológico individualizado, su equipo lo necesita. 

West Ham pasa por el mismo aro. Tras un comienzo horroroso de temporada a las órdenes de Pellegrini, se apostaría por un cambio que resultaría poco eficaz. Llegaría Moyes para no solucionar nada. El conjunto hammer ha entrado al parón empatado a puntos con los puestos de descenso cuando a priori, por plantilla, tendría que estar por luchando por entrar en competiciones europeas para la próxima temporada. Nadie ve a un equipo como el West Ham en Segunda División, y la cuarentena puede venir muy bien al club para pensar iniciativas coherentes y que den resultado de cara a la mala situación en el campeonato. 

¿Qué pasa con la lesiones? Se siguen muy de cerca los graves golpes en Sané (Manchester City), Laporte (Manchester City), Marcus Rashford (Manchester United) o Harry Kane (Tottenham). El parón por cuarentena sin duda da más tiempo de recuperación a estos jugadores, lo que beneficiaria el tener la posibilidad de volver en el caso de que se reanude la Premier League. Una buena noticia para sus equipos. 

La Premier League en su perfil de Twitter (@premierleague) anunció el pasado tres de abril que no se reanudará la competición en mayo, desmintiendo todas las especulaciones que daban por reanudada la temporada a finales de mayo.

Tuit del perfil oficial @premierleague 
Tuit del perfil oficial @premierleague 

Sin embargo, como informa AS; en Daily Mail explican que hay una creencia generalizada que apunta a que el torneo se retomará a principios de junio, lo que haría que el calendario se apretase, teniendo en cuenta que deben acabar antes del 30 de junio. Esto implicaría que hubiera que disputar dos o tres partidos por semana, algo que temen los doctores de la Premier League. Estos aseguran que un calendario así traería graves consecuencias para la salud de los jugadores, que se arriesgarían a sufrir lesiones con más frecuencia, siendo los isquiotibiales y las ingles los puntos más débiles en este caso.